Bendito seas, Señor,
todo Misericordioso
Toda la grandeza, el poder,
y el esplendor son Tuyos.
Tuya es la soberanía y Tú
eres el Soberano de todo y sobre todo.
Por Ti y a través de Ti
descenderá la Unidad
como un relámpago
para honrar y glorificar
Tu Cuerpo.
Amén
17 de enero de 1990 (29.12.1989) (Extracto tomado de: Una Llamada Nupcial Divina ‘)