4 de septiembre de 1996
(Me sentí inspirada a rezar a San Pablo porque, durante días, estuvo grabado en mi mente, haciendo que mi atención se centrara en él. Era como si S. Pablo me estuviera persiguiendo. Le sentí tan cerca de mí como cuando estoy a punto de recibir las palabras de nuestro Señor. Entonces, cuando le invoqué, recibí de San Pablo palabras de consejo:)
Paz, hermana mía en el Señor. Protege a tu grupo1 y no dejes nunca de alentarles… Que vuestros corazones sean santos, que vuestros corazones proclamen a un Cristo resucitado. Tened siempre a Cristo como vuestro Tema.
Dios os ha llamado a todos a compartir Su Gloria. Él favorece a los humildes y a los inocentes. Sobre todo, sed puros para poder presentaros ante el Señor con buena conciencia. El Espíritu de Gracia está sobre vosotros, y cada uno de vosotros ha recibido una gracia especial. Estas gracias espirituales os han sido dadas para beneficio de la Iglesia, para proclamar a un Cristo Resucitado, algo que en vuestros días consideran falso. Vosotros tenéis que romper esa barrera de falsedad que está siendo construida. Igual que diestros albañiles2 construyendo una casa, estos enemigos de la Iglesia también son diestros y astutos en su obra de destrucción.
¡Hoy, Dios está lanzando a los débiles y a los miserables a combatir lo que es espectacular y grande a los ojos de este mundo de Apostasía que languidece! La Presencia de Su Espíritu Santo levantará3 a muchísimos cadáveres. La inmoralidad de vuestros días es la corona de este malvado mundo. Pero vosotros, amigos míos, que habéis recibido la Revelación con una luz brillante, perseverad para proclamar la Gloria de Dios. Proclamad un Cristo vivo y no temáis las persecuciones. Por el contrario, ¡alegraos! ¿Qué mayor favor podría ofreceros el Señor?
No luchéis cuando llegue la lanza. ¿No os habéis dado cuenta de su valor? Disfrutad, en cambio, de la Presencia de Dios. Disfrutad de la Presencia de Su Espíritu y estad deseosos de alabarle, puesto que es en Él en quien todos vivís, es en Él en quien os movéis y respiráis; es en Él en quien descansáis4 y descansaréis eternamente un día…Y tú, hermana mía en el Señor, pasa más tiempo con el Señor, que tu única preocupación sea: Su Iglesia.
Yo, San Pablo, apóstol de nuestro Señor Jesucristo, te digo: ánimo y mantente firme, permanece en gracia de Dios y goza de Su Presencia.
Yo te bendigo, en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Sed uno…