8 de julio de 1996

¿Señor?

Yo Soy.

No vuelvas nunca a caer en la tentación… Haz de Mis Mensajes el deleite de tu vida. Dalos a conocer. Yo estoy a tu lado y la Sabiduría te proveerá de sólidas enseñanzas… Fruto de Mi Corazón, fruto de Mi Misericordia, Yo, el Señor, te ayudaré. Sin embargo, tu consejero…1 No olvides nunca que Yo estoy en ti y tú en Mí. Comparte tus dificultades, tu carrera no ha acabado. Os he dado a ambos una noble tarea. A ti, flor Mía, te he dado este Mensaje, luego te he dado también dones espirituales. Te he proporcionado gracias y favores y, así como hice prodigios con los primeros frutos2 y mostré en ellos Mi gloria, así será también contigo. Mostraré Mi gloria y el poder de Mi Espíritu Santo cuando Me hayas permitido sumergirte totalmente en Mí. Y en cuanto a tu consejero que Yo suscité para Mi gloria y para Mis motivos, te he encomendado a él para ser aconsejada. Te he encomendado a él para que pueda alentarte, consolarte y cuidarte con solicitud.

Pronto Me verás cara a cara junto con aquel que coloqué a tu lado. Preocúpate ahora de vivir para Mis motivos, trayéndome tantas almas como sea posible. Repara Mis altares rotos.

La gracia está sobre ti. Ven.


1 Por discreción se ha omitido esto.
2 Los Apóstoles.