28 de abril de 1995

Vassula, ¡déjame cantarte, amiga Mía, el cántico que tengo en Mi Corazón! Escribe:

¡Oh, pueblo Mío, amigos Míos, familia Mía! Vuestro Señor vendrá a descansar en vuestro corazón. Seréis renovados con Mi Presencia, pues Yo estoy decidido a rodearos a todos de cánticos de liberación. Estoy decidido a reunir a todos los pueblos de la tierra para instruirlos. Mi Nuevo Cántico está escrito para honrar Mi Nombre.

¿No habéis oído que Mi propósito es la Salvación de la humanidad? Mi Plan se mantiene para siempre, y los propósitos de Mi Corazón se mantienen de edad en edad.

¡Escucha, Casa del Este! ¡No te quedes sorda a Mis gritos! Tú, bienamada Casa de Oriente, aguardabas que Mi Soberanía descendiera de lo más alto del Cielo para rescatarte, y ahora Yo te digo: mañana tras mañana irás creciendo en tu trono, porque, mira, de tu tierra aflorará un Brote de esperanza, un Brote de rectitud y de perfecta paz, y los habitantes de esa Casa extenderán la paz por todas partes… Hija de Mi Casa Oriental, declara esto con gritos de júbilo, ve a proclamar Mis Palabras, di:

“El Señor está viniendo
desde Su santa morada,
para consolar a Su pueblo
y consolidar Su Iglesia”.

Hoy Mis Ojos están sobre un hombre de buen augurio y la corona se le dará a él. Aquel que brota de la Orilla Oriental, es el que Me glorificará… Y Mis ángeles descenderán con la insignia real en sus manos y le revestirán para el trono como gobernante.

¡Ah, Vassula! baila y grita de alegría, pues ese día está cerquísima. Yo ya estoy actuando aquí y ahora para traeros ese día de festividad1, a fin de que todos los infortunios pasados sean reemplazados por alegría.

Casa de la Tradición, ¿no has oído? ¿No has comprendido todavía que desde tu Casa seré glorificado tres veces? ¿No has oído que Yo he otorgado las bendiciones del Cielo a tu Brote? Así como una vez fuiste una maldición entre muchas naciones, me propongo ahora elevarte para que seas un bálsamo sanador para Mi Casa de Occidente, y una bendición para las naciones. ¡Casa de Oriente! Un Brote victorioso está brotando para levantar Mi Casa como una sola.

Mis Labios tiemblan de emoción y Mi Corazón canta para el ungido… Y los abismos braman de rabia al sonido de sus pasos, porque Mi Casa será una. La Casa de Occidente y la Casa de Oriente vivirán como una sola, porque Mi Nombre será su vínculo, revistiéndolas de perfecta paz, integridad y amor. Mi Nuevo Nombre será la insignia real entre esas dos Casas… Esto sucederá pronto y en vuestro tiempo, así que no digáis: “El Señor se toma Su tiempo otra vez”.

Te he dicho que, en atención al Amor que te tengo, he decidido acelerar Mi Plan. Me propongo pisotear, junto con Mi Ejército, a Mi Enemigo2 y a las dos Bestias3, ¡antes de lo previsto!

Ven y aprende: los líderes de la destrucción son de hecho tres espíritus diabólicos4, formando un triángulo, uno en cada esquina, que conducen al mundo entero a su mundo abyecto. Ebrios de la sangre de los santos y de todos los que testifican Mi Divinidad. ¿No lo ves? Para completar su obra de destrucción y coronarla con éxito, tendrán que suprimir la Silla de Pedro y al que se sienta en ella. Su designio es destruir Mi Iglesia… Pero, no tengas miedo, Yo he prometido que las “puertas del infierno no prevalecerán nunca contra ella”5.

Sí, esto es lo que está sucediendo ahora. Los líderes de la destrucción, brillando con sus títulos de erudición, son repugnantes, y su hedor cubre ahora el mundo entero. A ellos se refieren las Escrituras cuando dicen: pueden hacer milagros6, seducir con su habilidad a las diez torres del mundo y, desde ellas a todas las naciones de la tierra. Todas están cayendo bajo su embrujo… Una vez que su ejército esté completo, levantarán sus insignias7 y, junto con las fuerzas de los tres espíritus inmundos, vendrán unidos a hacer la guerra contra Mi Sacrificio Perpetuo. Esto es lo que las Escrituras llaman:

“La guerra del Gran Día de Dios Todopoderoso…”8

De hecho, esta hora de gran iniquidad y gran pesar ya ha llegado a vosotros, pero Yo los derrotaré, pues soy el Señor de señores y el Rey de reyes. Y el Cielo, junto con todos los santos, apóstoles y profetas celebrarán su caída9.

Apareceré sobre un caballo blanco, como un guerrero de justicia10, y juzgaré por todos Mis santos, apóstoles y profetas11, contra el dragón12, la Bestia, el falso profeta, alias la segunda Bestia, y los tres espíritus inmundos13, y con Mi espada atravesaré a cada uno de ellos14 y se vendrán abajo las torres que han construido, es decir: ¡todos los seguidores de las dos Bestias bajo el nombre de Eruditos! Ellos han penetrado ahora en Mi Cuerpo, como espinas sueltas, pero Yo los extirparé a cada uno y los quemaré en el fuego15. Y Mi Aliento devorará al resto de ellos como un fuego…

Puesto que nada se puede ocultar a Mis Ojos, te digo que la Bestia y sus seguidores han colocado sobre cada nación un gobernador, uno de los suyos, que ha establecido su autoridad incluso sobre cada brizna de hierba. Yo estoy contigo para enseñarte cómo comprender. Escribe: La segunda Bestia, sirviente de la primera, ya está mostrando su inmenso poder, arrastrando estrellas16 del cielo constantemente y arrojándolas a la tierra, como higos. Escucha y comprende: su17 poder alcanzará “hasta los ejércitos del Cielo y precipitará ejércitos y estrellas al suelo, y los pisoteará bajo sus pies. Él retará incluso el poder del Príncipe de ese ejército. Y abolirá el Sacrificio Perpetuo y desbaratará los cimientos de Su Santuario”18.

Éstos son los que una vez fueron y ya no son. Éstos son los que dejaron de ser. Los ejércitos del Cielo y las estrellas fueron Míos una vez, pero decidieron dejarme y asociarse con la bestia. “Ellos están todos de acuerdo en poner su fuerza y sus poderes a disposición de la bestia”19. Me están vendiendo cada día y están profanándome en Mi Sacrificio Perpetuo, en el Santísimo Sacramento de Mi Divino Amor. ¿Lo ves? ¿Ves el gran desorden que se avecina?

Así que, ahora, deja que tu voz vaya por toda la tierra y Mi Mensaje llegue hasta los confines del mundo. Recibe Mi Paz para trabajar con paz. Alábame por dar una nueva vida a tu alma.

Gloria a Dios.
Te doy gracias, de todo corazón,
Te doy gracias. Me has revivido
y me has dado un corazón de carne.
Mi carne ha rejuvenecido una vez más.

Al elegirme, me has resucitado
para gozar de Tu favor,
permitiéndome vivir en Tu Casa
todos los días de mi vida.

Bendito sea Dios
que me permite disfrutar cada hora
de Su dulzura, Su ternura y Sus gracias.
La Palabra de Dios es Vida.
Instruye mi lengua para proclamar
Tu bondad y alabar Tu Santo Nombre,
por siempre jamás.
Amén.

Ven, Yo te bendigo. Seguiré alimentándote y cuidándote.


1 Jesús se refiere a la Unidad.
2 Satanás.
3 Ap 13,1-18.
4 Ap 16,13-14.
5 Mt 16,18.
6 2Ts 2,9
7 También oí, al mismo tiempo, la palabra ‘estandarte’.
8 Ap 16,14.
9 Ap 18,20.
10 Ap 19,11.
11 Ap 18,20.
12 Satanás.
13 Espíritus diabólicos (Ap 16,13).
14 Ap 19,20.
15 Leer Ap 19,11-21.
16 Almas virtuosas.
17 El poder de la bestia.
18 Dn 8,10-11.
19 Ap 17,13