31 de marzo de 1995
(Oita, Japón)
Cuando estaba aprisionada
en la oscuridad,
y cautiva en la mazmorra del pecado,
donde espectros de caras siniestras
atormentaban mi alma,
y mientras creía que permanecería allí,
olvidada y desterrada de Tu Eterna Luz,
Tú, como un millar de soles deslumbrantes,
descendiste de Tu Gloria,
iluminando mi noche espantosa.
De repente, alguien estaba allí de pie
y mi corazón dio un salto de esperanza.
Un Aliento se deslizó por mi cara
abriendo mis ojos:
y el Dios Invisible se hizo Visible,
y mientras me encontraba
cara a cara con la Pureza, el Esplendor
y la Soberanía, empecé a existir:
El Aliento de Omnipotencia me resucitó
y mi anarquía dejó de ser.
Polvo y cenizas, Yo te he dado ahora un corazón de carne y he inspirado en ti un espíritu vivo. Aunque tu mente se había hundido en un profundo olvido, Mi Misericordia vino en tu ayuda y te rescató, sanándote. Dije: “Me convertiré en su Esposo, su Educador y su Protector, y ella será Mi esposa, Mi alumna y Mi hija, y Yo la conduciré por una calzada maravillosa. Sus pies pisarán sobre zafiros. Yo seré su luz de estrellas mientras atraviesa lóbregos valles, y su bastón y cayado cuando sea perseguida y acosada. Aunque esté atravesando desiertos y valles, nunca tendrá sed ni hambre. Yo seré su Copa y Mi Cuerpo será su alimento. Yo seré el tema de sus alabanzas y su Cántico en Mis asambleas.”
Y ahora, hija de Mi predilección, ánimo, tu carrera no está acabada, pero Yo la terminaré contigo, Mi Mano sobre tu mano1. ¡Quédate en Paz y permíteme instruirte cada día! Yo instruí a Mis discípulos y los formé, e igual que los alimenté a ellos con Mi Palabra, así te alimentará a ti Quien te resucitó. Con Mi Espíritu Santo te enseñaré a evitar todo mal.
¿Quieres aún aprender de Mí?
Sí, Señor.
Bien, entonces aprenderás. El Padre y Yo seguiremos derramando Instrucciones en ti, como profecía… Mi placer es enseñar, especialmente a almas como tú que deben depender sólo de Mí, y están bien dispuestas, ¡deseosas como niños que quieren agradar a su Maestro! Yo Me deleito en tales almas.
Finalmente quiero añadir una cosa más a cuenta de Mis Mensajes: He decidido apresurar Mi Retorno. No esperaré demasiado tiempo para regresar a vosotros. Incluso, aunque muchos se niegan a creer esto, creerán cuando ocurra, pero entonces su corazón no estará preparado para recibirme. Mi Retorno es inminente y por eso, hija, estaba impaciente de que te apresuraras a completar la Obra que Mi Padre y Yo te dimos, a través de Mi Espíritu Santo. Tesoro mío, permíteme continuar Mi dictado sin ninguna demora por tu parte.
Mi afecto por ti es grande y te ayudaré a enderezar tu corazón y a complacerme. ¿Lo ves? ¿Ves cómo te he descargado del trabajo de administración? Ahora te tendré sólo para Mí. Yo llamaré y tú estarás disponible. El resto de Mis Mensajes se te darán pronto ahora, antes del día de la aparición del Anticristo…
¿Cómo vamos a continuar cuando él aparezca?
Durante poco más de tres días y tres noches2 no podrás continuar como tú quieres. Pero este silencio se romperá por Mi Propia Mano, al abrir el sexto sello3. ¡Alégrate, porque pronto estaré contigo! Se oirá Mi Voz y Mis enemigos temblarán y se golpearán el pecho.
Estoy sufriendo hoy contigo igual que agonizaba en Getsemaní.
Ven, Vassula, Yo te bendigo por darme honra y alabanza4, y por entregarme tu tiempo para escribir a través de tu mano.
(Notas para que entienda el lector: ‘Durante poco más de tres días’… Ap 11,11: “Después de tres días y medio Dios alentó vida en ellos y se pusieron de pie…” Esto se refiere a los dos testigos, los dos profetas, Elías y Moisés. Hoy, los Dos Corazones, el Corazón Inmaculado de María y el Sagrado Corazón, están profetizándonos en un ministerio paralelo al de Elías y Moisés. Elías representa la profecía y la preparación de la venida del Señor, como Juan el Bautista que vino en el mismo espíritu de Elías. Moisés representa la Ley. Durante los tres días y medio, todas las profecías celestiales serán silenciadas, y será el tiempo del reino del Anticristo.
“Un tiempo y dos tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando aquel que aplasta el poder del pueblo santo encuentre su fin.” Dn 12,7.
“Y gentes de todos los pueblos, razas, lenguas y naciones, contemplarán sus cadáveres tres días y medio: no está permitido sepultar sus cadáveres. Los habitantes de la tierra se alegrarán de ello y celebrarán el acontecimiento intercambiándose regalos, porque estos dos profetas habían atormentado a los habitantes de la tierra.” Ap 11,9-10.
‘Pero este silencio será roto por Mi Propia Mano al abrir el sexto sello.’ Éste será el fin de esos tres años y medio del poder del Anticristo.
“Pasados los tres días y medio, un aliento de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie, y un gran espanto se apoderó de quienes los contemplaban. Entonces escucharon una fuerte voz que les decía desde el cielo: “Subid acá”, y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos. Inmediatamente se produjo un violento terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y con el terremoto perecieron siete mil personas (es decir un gran número de todas las clases), y los supervivientes, presos de espanto, dieron gloria al Dios del cielo.” Ap 11,11-13.
“En mi visión, cuando Él abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda roja como sangre…” Ap 6,12.
‘Se oirá Mi Voz y Mis enemigos temblarán y se golpearán el pecho.’
“Ellos dijeron a los montes y a las peñas, ‘Caed sobre nosotros y ocultadnos de la vista de Quien está sentado en el trono y de la cólera del Cordero’.” Ap 6,16.)