4 de julio de 1994
Vassula Mía, en vuestros días, tu testimonio se verá reforzado por Mi Espíritu. Cuidaré de Mi Mensaje de modo que Mis Palabras encuentren asilo en cada uno de vosotros. Te digo solemnemente: Testifica en Mi Nombre y no temas, Yo estoy contigo. Suscitaré discípulos, los formaré y luego los enviaré a dar testimonio de Mi Mensaje.
Mi Mensaje salva, ¡por eso Satanás, sabiendo cuántas almas se le escaparían, proseguirá su batalla en almas extraviadas y las utilizará para falsear tu vida y la manera en que vives, a través de su pluma mentirosa! ¡Pero serán desenmascarados, hija! Cuanto más te persigan, tanto más os estimularé a ti y a Mi gente, mostrándome a ellos en tu lugar:
Tú eres Mi Eco, el Eco del Muy Amado del Padre. Esto, como te he dicho, Vassula Mía, es un don del Altísimo para animarte, y a la vez un sello de Mi Mensaje.
El Padre y Yo cuidaremos de ti, hijita Mía, y digo a esta generación lo mismo que dije una vez a Mis discípulos: dichosos los ojos que ven lo que ven1, porque hay muchos que desearían ver lo que ellos ven y no lo han visto… así que, ¡considerad el privilegio de los que Me habéis visto, y alegraos! Y tú, hija, permíteme eclipsarte enteramente para glorificar Mi Nombre.
He encargado Mis Mensajes a Mis ángeles, para que los extiendan por todas partes, porque me propongo gobernar el mundo con santidad y pureza. Persevera en tu misión y te digo que Mi Corazón se alegra cuando te veo haciéndolo con gusto… No te dejes influir por los que te critican, apóyate en Mí.
¡Ah! ¡Cómo Me alegraré cuando vea el comienzo de una analogía escrita sobre Mi Mensaje! Bendito aquel que Me sirva y estime Mis Palabras de hoy. Yo le asistiré. Di a2 (…) que tengo en cuenta todo lo que hace.
“Hijo Mío, no asumas gran cantidad de otras obligaciones3. ¡Lo único que harán es multiplicarse y tú sufrirás por falta de tiempo! Ya puedes apresurarte lo que puedas, que nunca llegarás. Si Me preguntaras: “Señor, ¿cuáles son tus necesidades?”, te diría: “Mi Mensaje salva y el tiempo es corto. He bendecido lo que has comenzado. Da de comer a esta generación Mi Pan de entendimiento y de beber el agua de sabiduría. Mi Mensaje alimenta y sacia su sed. Esta generación se está muriendo rápidamente por falta de alimento. El fruto de tus trabajos4 salvará a muchos.
“Apresúrate y consume ahora Mis Mensajes. Extrae de ellos las riquezas de Mi Sagrado Corazón y luego expón a la luz esas riquezas. Te he dado salud para que restablezcas la salud de Mi Iglesia. Extrae de Mis Mensajes toda la luz que se necesite para iluminar los corazones de Mis almas sacerdotales, y los corazones de los laicos. En Mi Mensaje te he dado un tesoro de unidad. Promueve la unidad a la luz de Mi Mensaje. Cita Mis Palabras, estableciendo paralelos. Multitud de naciones serán iluminadas por la belleza de esta obra.
“Has hecho bien en escribir sobre Mi Papa, pero el Alfarero también formó a Mi Patriarca Bartolomé de la misma arcilla. ¡Escribe sobre tu hermano5 con el mismo orgullo con que has escrito sobre Mi Papa! Completa igualmente esta obra. Yo te digo: utiliza Mis Mensajes porque en ellos serás capaz de adquirir el suficiente conocimiento para entender Mis deseos. ¡Que tu única ambición de ahora en adelante sea producir una rica cosecha de La Verdadera Vida en Dios! Te bendigo y te vuelvo a asegurar que Mi Madre y Yo estamos unidos a ti.” IC.