3 de junio de 1994
¿Señor?
Yo Soy. Pequeña, te doy Mi Paz.
Hija, mucha gente viene a ti, preguntando: “¿Va todo bien? ¿Qué tiene Jesús que decirnos estos días?”. Hija de Egipto, esto es lo que debes decir a esa gente:
“Jesús te dice, generación, que aún no te has curado de tu enfermedad. Desde luego no te has recuperado de tu apostasía1, y hay más de una viga en tu ojo.
“Generación, hasta el día de hoy, el Amor está siendo rechazado. Sin embargo, por Mi Misericordia, espero pacientemente el tributo que Me debéis a Mí, vuestro Dios. Espero pacientemente que todos vosotros lleguéis a colmar la medida de vuestros pecados, antes de que Mi Justicia caiga sobre vosotros. Dejadme que os lo exprese de este modo: volved a Mí y arrepentíos de corazón. Cambiad este desierto en el que os habéis convertido, por un jardín, por un Edén. ¡Amad! ¡Amaos unos a otros!
“Vivid el Evangelio y no os examinéis unos a otros. Mirad primero vuestra propia viga en vuestro ojo. Orad sin cesar. Vivid santamente. No dejéis que vuestros ojos se echen a dormir. Reconciliaos con vuestros hermanos2 y escaparéis de la muerte. No persigáis todo lo que es santo. Confesaos sinceramente y con todo vuestro ser3. No os engañéis a vosotros mismos4.
“El Creador os dice: despreciad todo lo que no es santo, observad el Cielo y sed testigos del Altísimo. Entregaos más a la oración y suplicad a vuestro Creador que sea vuestra Luz y vuestro Guía.
“Volved a Mí para que Yo pueda lavar los pecados que cometéis día y noche. Vuestra enfermedad no es incurable, aunque vuestra culpa y vuestros tantísimos pecados son como una plaga enconada en vuestra alma. Yo puedo sanar vuestra culpa, puedo perdonaros y restablecer todo vuestro cuerpo… Todo aquel que ama su vida, la pierde. Todo aquel que pierde su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna.
“Muchos de vosotros leéis Mis Mensajes, pero no lográis entender el Alma del Mensaje, porque no estáis bien arraigados en Mí. Seguís la letra de esos Mensajes pero ¡no lográis penetrar en el núcleo del Mensaje! Os digo solemnemente que la libertad se encuentra en nacer de nuevo del Espíritu. Sólo entonces, cuando el Espíritu abra vuestros ojos, conoceréis la Grandeza de Mi Nombre y las profundidades de Mi Sublime Gloria.
“Seguramente sabéis que cosecháis lo que sembráis. Si sembráis en un campo de disensión, conseguiréis una cosecha de peleas y rivalidad. Si sembráis en un campo de acusaciones, conseguiréis una cosecha de propia condenación. Si sembráis en un campo de calumnia, conseguiréis de ello la cosecha de vuestra propia ruina. Sembrad en vuestro campo las semillas del amor y cosecharéis una reciprocidad de amor. Sembrad en un campo de perdón y conseguiréis una cosecha de clemencia. No os constituyáis en jueces, Yo soy el Único Juez…
“Como antes, os digo: No vengo a condenar al mundo, puesto que estoy aquí para salvar al mundo. Estoy aquí, ahora, para advertir al mundo. De modo que, a ti que condenas con tanta rapidez y te has investido como juez, te digo: ¡Ya tienes tu propio Juez!”
Hija, di a todos los que te pregunten si todo va bien, que se mantengan despiertos, pidiendo a todas horas fuerza para sobrevivir a todo lo que va a suceder. Ya es suficiente, hija. Permanece fielmente junto a Mí y mantente en constante oración. Hijita Mía, Yo, Jesús, te ayudaré en ese extenso viaje que vas a emprender por Mi causa5.
Yo, Jesús, te bendigo a ti y al Padre Michael. El Amor está cerca de ti. IC.