26 de mayo de 1994
La paz esté contigo. Dime estas palabras:
“Jesús mío
eres el único Amor en mi corazón,
mi única Esperanza en mi vida,
mi única Luz en mi alma.
Por esta razón, quédate conmigo, Cristo.
Mi culpa me está abrumando,
y siento mucho haber pecado.
Ven a librarme de todos mis pecados,
no prolongues Tu silencio.
Ven a renovarme,
estimúlame con Tu Sabiduría,
y que Tu Santo Espíritu
sea Quien me gobierne.
Amén.”
Dímelo ahora con confianza. Estoy de pie, delante de ti, Mi Mano sobre ti. Me has dado lástima. Guarda Mis Reglas bien afianzadas en tu corazón y no te estremezcas cuando veas que vengo a ti con Mi arco y Mis flechas. Mi brazo aún tiene que hacer añicos algunas piedras más en tu interior. Ven a escribir con tu Salvador. No temas Soy Yo, Jesucristo, tu Riqueza. IC.