28 de julio de 1993

(Después del encuentro de Atenas, muchos volvieron a Dios. Vino también gente desde las islas vecinas para escuchar. Este encuentro también levantó la voz del diablo, así que también escuchamos algunas calumnias. Esto no nos quitó la alegría y la paz que habíamos recibido.)

Hijita Mía, recuerda siempre que estoy cerca de ti, y aún más en tus problemas. Estoy cerca de ti en tus problemas, en tus alegrías y en cada acontecimiento, Yo Estoy. Rodeado de Mis Ángeles vengo a ti para visitarte. Te amo. Hijita Mía, bendita seas y no temas a los orgullosos, déjamelos a Mí, pero tú ruega por ellos. Son también Mis hijos y también tienen que ser salvados.

No creas que no Me doy cuenta de las exigencias de la misión que te he dado. Pero, a tu lado, Yo Estoy para infundirte ánimo… recuerda Mi Presencia.