5 de junio de 1993
Vassula, el matrimonio debe ser honrado y guardado santamente. Yo te he desposado1 y te he enseñado a depender de Mi Gracia. He hecho de tu alma un altar y una esposa para Mí, tu Dios. Te he enseñado a obedecer y a rechazar todo lo que no es Mío. Como Esposo, te he confiado Mis Intereses. Te he enseñado disciplina, mera criatura de carne. Yo, el Eterno, te he rodeado de cariño, ¡tu conversión vino de Mí! He derramado en ti enseñanzas, a modo de profecía. ¡Mi paciencia contigo se está acabando, Vassula! Eres culpable de (…)2, que es lo mismo que (…) ¡Debes acabar con todas estas cosas! Te he renovado en una imagen a Mi gusto, y te amo.
¿Por qué (…)?, Pero mira, a pesar de tu infidelidad, Mi Fidelidad se mantendrá Eternamente. ¡Te estoy diciendo estas cosas con bastante dureza, pero es para recordarte que te ha sido encomendada una misión especial! Y de ahora en adelante… no más componendas… ¡ninguna! No voy a aceptarlas. Vive, pues, de la manera que quiero que vivas puesto que Yo vivo en ti ¡No abuses de Mi Paciencia!
Ah, una cosa más… ¡escríbela!3 ¡Sí! Dime ¿qué ha sido de ese entusiasmo que tuviste en un momento? ¿Tendré que decir que no eres fiable? En lugar de ceder a tus impulsos, que podrían conducirte a tu condenación, levanta tus ojos hacia Mí, y cuida de Mis Intereses, y extrae Vida de Mí, revelando a la humanidad la riqueza de Mi Gloria. No temas, nunca te retiraré los dones que te he dado, ni revocaré Mi elección, pero te haré una pregunta: ¿por qué has apartado tus ojos de Mí?
No lo sé.
¡Lo sabes!
¿Tal vez porque no quería verte enfadado?
Prueba otra vez…
¿Tal vez porque no quería ver que no estabas de acuerdo conmigo?
¡Sí! Sí, Vassula. ¡Entrégame todo tu corazón!
¡Habla!
Toma mi corazón Señor.
¡Dilo!
¿Es mi corazón de carne o se ha vuelto de piedra?
Sólo si te separas de Mí, tu corazón se convertirá en piedra…
De modo que hay esperanza para mí…
Te he enviado a recoger una cosecha que tú no has trabajado. Honra esta cosecha, honra nuestro matrimonio.
Ahora, aprende que puedo ser tanto severo como amable. ¡Deja que el mundo se beneficie sin demora de la cosecha que Yo Mismo he trabajado! Y tú no te preocupes, te he injertado en Mí y eres parte de Mí. ¡Por esta razón quiero que estés enteramente sana! Ven a honrarme, recordando Mi Presencia. IC.