6 de mayo de 1987
(Estoy aprendiendo lo que Dios quiere decir con abandonarse completamente. Estar desprendida. Dejarlo todo para seguirle. Sus palabras son simbólicas.
Abandonarme: Lo he hecho, amándole en primer lugar y por encima de todo y teniendo la convicción de que quiero que me utilice.
Estar desprendida: Sí, hasta el extremo de estar desprendida de mi propio cuerpo, es decir, dándome cuenta de que tengo un alma que quiere, que desea desprenderse del cuerpo para unirse a Él y seguirle únicamente a Él.
Sufrir: Sí, sufrir por no estar con Él, por estar aún materialmente en la tierra, por tener la sensación de ser aquí una viuda. Sufrir por saber que he de seguir con la vida diaria, la vida material. Es realmente una carga sentirse restregada constantemente con una mezcla de Tecnología y Ciencia por descreídos, escépticos, personas que creen que estás perdiendo facultades a causa de la edad. Sufrir por tener que esconder los propios sentimientos, cuando lo único que siento es que quiero disociarme del mundo y estar sola con Dios. Únicamente Él y yo y nadie más; nada más a mi alrededor para distraerme.
Incluso para escribir esto, pedí a Dios que me ayudara a plasmar mis sentimientos, puesto que soy incapaz de expresarme. ¡Y así lo hizo, susurrándome al oído las palabras oportunas! Quiere que yo esté entre la humanidad. Una cruz más que he de llevar. Me duele el cuerpo.)
También a Mí. Todo lo que tú sientes lo siento Yo. Hija, bendíceme.
Yo Te bendigo, mi Dios bienamado.
(Más tarde, me sentía aún disuelta en Dios.)
Te amo, ¿lo ves? El amor hace sufrir, el amor vincula, el amor ofrece una fidelidad desbordante, el Amor se sacrifica sin restricciones.
Vassula, las horas pasan, tu tiempo está próximo. Ofrécete, crece en humildad, come de Mi Mano. Amadísima Mía, Yo soltaré tus cadenas y tu alma volará muy pronto hacia Mí.
Te amo, Dios mío…