2 de diciembre de 1992
¡Muéstrame la Luz de Tu Santo Rostro,
levanta mi alma a las alturas y déjame verte!
Entonces, compénsame y evangeliza con amor para el Amor. Toda palabra que pronuncies para gloria de Mi Santo Nombre será bendita de manera que aletee como una paloma y llegue a donde establecerá su hogar. IC1, Jesús.
Compénsame y dame tu tiempo, tu mente, tu mano y tu corazón para utilizarlos para Mi Gloria. Entonces, observa Mis Labios, toca Mi Corazón y escribe. ¡No sueltes nunca la orla de Mis vestidos!
(Justo cuando Jesús firmó y selló este mensaje, me dijo en un susurro: “Sarajevo2 perecerá”.)