27 de julio de 1992
Vassula, Mi miserable esposa, Yo había previsto todos tus fallos y debilidades mucho antes de que nacieras. Supe todo el tiempo que aquella en quien Yo Me había fijado para lanzarla a la corrupción del mundo, a fin de ser Mi Red, se agitaría y retorcería en Mis Manos. Sabía que el demonio tendería trampas arteras para atrapar a aquella a quien ama Mi Corazón. Por tanto, no te asombres y tampoco creas que Yo estoy asombrado… ¿Aún quieres seguir cargando Mi Cruz que con tanto amor te he ofrecido?
Sí, quiero. No me escondas Tu Rostro ni Tu Cruz. Tu Santo Rostro, mirándome, me dará la fuerza necesaria para llevar Tu Cruz. Esto es todo lo que necesito. Yo no merezco que el Rey de reyes me mire tan amorosamente desde el Cielo.
Vassula, no Me hagas cambiar de idea acerca de tu firmeza de corazón1 para llevar a cabo la tarea que tan favorablemente te he ofrecido. Tu espíritu debe estar unido a Mi Espíritu, tu corazón a Mi Corazón, y en esta unión perfecta tú serás capaz de ser Mi Eco.¡Mira! ¡Ánimo, hija! Tu Amado vendrá pronto para acabar con las penas y los lamentos de esta tierra. Escucha, hija, ¿acaso te he privado Yo de algo?
No, Señor,
sólo has hecho todo lo contrario:
Has llenado mi boca de Maná Celestial,
has alimentado mi alma,
has hecho grandes cosas por mí.
¡Sí! Te he ofrecido una mesa llena. Te he ofrecido Mi Casa, Mi Corazón y a Mí Mismo. Te he ofrecido vivir Conmigo, en Mi Luz. Te he ofrecido Mi Maná Celestial en la Palma de Mi Mano. Te he ofrecido parte de Mi Manto mientras atraviesas este desierto. Para mantenerte viva, te he ofrecido que comas Mi Cuerpo y bebas Mi Sangre.
He acostumbrado tus pasos a seguir Mis Pasos. He instituido en ti Mis favores y las Riquezas de Mi Sagrado Corazón. He contenido legiones de demonios que estaban preparados para despedazarte. Como un Guerrero, he peleado y defendido tu causa frente al Embaucador. He derramado Mis bendiciones sobre ti y sobre tu casa. He restaurado tu casa2 de la ruina y de la muerte. He apretado con mucho amor tus labios sobre Mis Llagas y he compartido Mi Cáliz contigo. Y como un Esposo ofreciendo Su lecho matrimonial, te he ofrecido Mi Cruz, Mi Corona de Espinas y Mis Clavos para santificarte. ¿Qué más podría haber hecho por ti que no haya hecho?… Vassiliki3, no cedas a las inclinaciones de tu naturaleza, no sea que pierdas tus frutos y se te abandone como un árbol marchito. Te he cortejado, Vassiliki, con toda Mi Alma, y con toda Mi Alma Me propongo conservarte Conmigo para siempre. Sin embargo, a partir de ahora exigiré de ti mucho más que antes. Si no respondes a las exigencias de Mi Sagrado Corazón, te enfrentarás al doble de cruces. Recuerda, Me debes la Vida, y también tu salvación. Guarda distancias del mundo que lo tiene todo menos a Mí.
Que la Fuerza que recibes de Mí abra tu boca para proclamar Mis maravillas. Que todas las razas del mundo oigan Mi Mensaje. Yo sembraré por todas partes y en cada país. Cultivaré vuestros, desiertos y el ruido de Mis Pasos será escuchado por todos los habitantes de la tierra hasta los confines del mundo.
Hija, trátame con ternura y Yo ofreceré a tu alma delicias y consuelos para aplacar tu sed. De vez en cuando, levántate a media noche para alabarme y darme gracias por los favores y las bendiciones que tan generosamente he derramado sobre ti.
Tú eres muy querida para Mí. Mira a Mi derecha y verás quién está Conmigo… Sí, tu abogada y tu Madre, guardándote de los peligros y de las amenazas. Ella, como una lámpara brillando sobre el candelero sagrado4, te muestra el Camino hacia Mí.