11 de febrero de 1992

(Mensaje para Nueva York, USA.)

si

Vassula, permíteme utilizar tu mano. Escribe:

La paz esté con todos vosotros. Hijos, os digo solemnemente que la Luz Verdadera ya está en Su camino de Retorno. Os digo esto, hijos Míos, para que estéis todos preparados para recibirme. La noche de vuestra era se acabará pronto. Comprended cómo oscurecen los pecados la luz en vosotros. El amor de este mundo pasajero es vil y no puede traeros más que oscuridad. Pero Yo os digo:

La noche casi ha acabado,

y vuestros tropiezos o caídas llegarán pronto a su fin, porque el Poder de Mi Espíritu Santo estará en completa unión con todos vosotros, para conduciros a vivir

una Verdadera Vida en Mí, vuestro Dios

Dichoso el que admite la Verdad y vive de acuerdo con la Verdad. Su aposento en el Cielo no se quedará vacío para toda la eternidad, sino que se llenará con su presencia.

Yo, Jesús, os pido que Me ofrezcáis vuestro corazón y Yo lo colocaré en Mi Propio Sagrado Corazón, para revivirlo. Perfumaré vuestro corazón y lo purificaré. Llenaré vuestro corazón de Mi Luz y Mi Calor. Impregnaré vuestro corazón de Mi Amor y lo restauraré enteramente, devolviéndolo a la santidad, y lo adornaré de Mi Divinidad. Si tan sólo os dierais cuenta de lo que os estoy ofreciendo, no dudaríais ni vacilaríais en darme todo vuestro corazón, sino que Me escucharíais esta vez:

Buscad el bien y no el mal,
orad con amor
y no juzguéis.

Pronto pasará Mi Luz a través de vosotros, como un Fuego, para limpiar vuestra alma de impurezas. Entraré en Mis ciudades1 y resplandeceré en ellas. Esto significará luz y no tinieblas. Será un desbordamiento de Luz. Entonces, vuestras ciudades2 serán renovadas y santificadas por Mi Luz trascendente, y luego… los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra llegarán sobre vosotros, y el mundo de hoy desaparecerá enrollándose como un pergamino. Y como flores que reciben la vida de la luz, también vosotros, amadísimos Míos, seréis inundados de Mi Luz para reavivaros.

¿Pueden las flores sobrevivir sin agua? Entonces, ¿por qué tantos de vosotros rechazáis hoy la efusión de Mi Espíritu Santo y dudáis de que esta Agua, que brota de Mi Trono3, viene de Mí? Acaso no habéis leído:

“El Trono de Dios y del Cordero
estará en su lugar, en la ciudad.
Sus siervos Le rendirán culto.
Lo verán cara a cara
y Su Nombre estará escrito en sus frentes.
Nunca más será de noche
y ya no tendrán necesidad
de luz de lámpara ni de luz del sol,
porque el Señor Dios
estará resplandeciendo sobre ellos.”4

¿No lo habéis entendido aún? Mi Espíritu es como un Río, y dondequiera que fluya este Río, todos los que pululen en él, enfermos5, lisiados, ciegos6, todos serán sanados y se convertirán en testigos del Altísimo. Como árboles frutales, cuyas hojas nunca se marchitan y donde jamás faltan los frutos7, así seréis todos vosotros. Daréis fruto cada mes, porque esta Agua (Mi Espíritu Santo) viene de Mi Santuario8, en donde vuestro espíritu establecerá su Morada. Me propongo liberaros de las garras del Maligno y devolver la memoria a vuestra alma. Me propongo abrir los corazones de piedra haciéndoles pronunciar, de ahí en adelante, nobles alabanzas hacia Mí, vuestro Dios. Generación, no digas:

“Mis heridas son incurables”

y te niegues de antemano a ser sanada. No digas:

“Mi Redentor nunca me escucha”.

Hoy, tu Redentor te dice: “Las Lágrimas de Sangre que he derramado por ti año tras año, generación, dan testimonio de Mi aflicción. Yo no privo a nadie de Mi Misericordia, así que ven a Mí, arrójate en Mis Brazos y serás sanada. No tengas miedo de Mí. Soy una Fuente Inagotable de Amor y de Perdón.

Y tú, tú que estás diciendo: “Mi Redentor nunca me escucha”, a ti te digo: Yo estoy contigo todo el tiempo y, como un viajero sediento, tengo sed de tus palabras de amor, tengo sed de tus oraciones. Invócame con tu corazón y Yo te responderé.

No digas: “Me está ocultando Su Rostro”. Y luego mires hacia otro lado. Estoy observando cada uno de tus pasos y nunca se aparta Mi Vista de ti. Estoy contigo todo el tiempo, pero en tu oscuridad no logras verme, en tu aridez no Me oyes. Levanta los ojos hacia el Cielo y busca las cosas Celestiales, generación, y verás Mi Gloria.

A ti te toca decidir.

Mi Corazón está abierto para que todos vengan a vivir dentro de Él. Arraigaos en Mí y viviréis.

Os bendigo a todos, dejando el Suspiro de Mi Amor en vuestras frentes.


1 Es decir, nuestras almas.
2 Es decir, nuestras almas.
3 Ap 22,1.
4 Ap 22,3-5.
5 Ez 47,9.
6 Espiritualmente.
7 Ez 47,12.
8 Ez 47,12.