3 de diciembre de 1991

(Otro mensaje para las Filipinas.)

Di a Mi pueblo que son como ladrillos y que puedo utilizarlos para la restauración de Mi Casa. Yo puedo, si Me lo permiten, utilizar a cada uno de ellos. Permitidme guiaros a todos. Abandonaos a Mí sin preguntar por qué. Simplemente, confiad en Mí, vuestro Señor. Ofrecedme vuestra voluntad, no Me pongáis objeciones cuando la utilice. Orad con el corazón y confesad vuestros pecados. Reflexionad sobre Mi Pasión y sobre todo lo que os he ofrecido.