6 de julio de 1991

Señor, sáname.

Si escuchas atentamente y no Me planteas objeciones, ni rivales, ni dudas, si vienes admitiendo que eres una pecadora y no muestras ninguna vacilación en arrepentirte, Yo te sanaré. Tú Me perteneces y Yo te he entregado Mi Corazón. Por eso quiero que crucifiques todo lo que eres tú. Que las únicas marcas de tu cuerpo sean las que Yo tengo en el Mío.

Si ves huellas que no Me pertenecen, no las sigas. Mis Huellas están manchadas de Sangre y perfumadas de mirra. Si oyes algo por parte de alguien revestido de espléndidos ropajes, deja que eso muera con él y no prestes atención a lo que diga. Yo, tu Salvador, estoy revestido de harapos hechos de arpillera1 y camino descalzo. Mi manto está empapado de Sangre y Mi Corazón está cubierto de llamas de Fuego. Mis Labios están resecos por falta de Amor.

¡Señor, sana a todos, a todos!

Llena Mi Corazón de alegría y ora por todos aquellos cuyos corazones están cerrados a la razón y a Mi Sabiduría.

Por esa razón, Señor, atráenos junto a Ti. Estamos tan cansados de caminar en este exilio…

El Rocío de Mi Boca aliviará vuestro corazón. Yo os libraré de vuestra aflicción. Mis Ojos contemplan el mundo. Sondean a cada uno de vosotros. Si Yo descendiera ahora, sólo encontraría a un puñado con Mi Señal en sus frentes.

Yo he abierto los Cielos al precio de Mi Vida para que sean vuestros también. Os pregunto: ¿qué hombre se aferra a la muerte y no a la Vida? Sin embargo, ¿por cuánto tiempo más seguiréis sin razonar? ¿Para siempre? ¿Por cuánto tiempo más tenéis que rechazar Mi Amor, renegar y ofender a vuestro Ungido? La Rectitud y la Justicia están sentadas en el Trono que está descendiendo entre vosotros desde el Cielo, para deciros que el camino hacia vuestra habitación en el Cielo, el Hogar de la Luz, es a través de Mí. Si os abandonáis a Mí, Yo os mostraré el camino a Casa. Si confiáis en Mi Amor, Yo os llevaré a la Habitación de Aquella que Me concibió, para que os cuide hasta devolveros la salud. No estoy atando una soga alrededor de vuestra libertad, estoy solo atándoos a vosotros con guirnaldas de Amor.

Yo os amo con un Amor eterno y Mi Ternura por vosotros es una Fuente Inagotable. Escucha, hija, di esto a los extranjeros y a los tuyos, diles cuánto sufre Mi Corazón por falta de amor.

(Jesús me envía a una prisión en los Estados Unidos, para dar testimonio.)


1 Ap11,3.