1 de marzo de 1991

(Londres)

(Un día antes de la conferencia y de la reunión de oración.)

¡Oh, Yahveh! Tú eres mi Dios,
bendito sea Tu Nombre.
Has llevado a cabo Tu Plan
y me has traído aquí, a esta tierra,
para dar testimonio y darte Gloria.
Abre mi boca en Tu Asamblea
para glorificarte únicamente.

Lo haré. Yo, el Señor, te bendigo. Escúchame: profetízales, confía en Mi inmensa Fuerza. Cada logro proviene de Mí y no de ti. Pongo fuego y agua delante de cada alma y la dejo escoger. Nunca violaré la libertad del hombre, jamás…

Permito a los hombres escoger, y quiero que sepan cuánto Me alegro cuando escogen lo correcto. No obstante, siempre perseguiré al pecador para que deje de pecar. Iré en todas direcciones para conquistarlo. Y cada vez que caiga, Yo estaré siempre allí para levantarlo. No le rechazaré ni le reprobaré. Sus enemigos podrán alegrarse, pero Yo, Yo sólo tendré lágrimas en los Ojos y le pediré que se arroje en Mis Brazos. Y si lo hace, le preguntaré entonces si Me permite habitar en él. Si acepta, haré entonces de su alma Mi Posesión y en ese Territorio, en él, plantaré Mi Tienda. Y de ahí en adelante rodearé Mi Propiedad con Mi Amor, para asegurarme de que ningún intruso penetre en lo que Yo acabo de hacer Mío y para siempre. Dichoso el hombre que habita Conmigo: ganará Conocimiento y entrará en la Vida eterna.