8 de junio de 1990
Señor, ayúdame a cumplir el voto que he hecho.
La paz esté contigo. Yo te ayudaré, queridísima alma. Recibe Mi Espíritu Santo de Gracia. Recuerda Mis Enseñanzas. Recuerda que Mis Caminos no son vuestros caminos. Pide discernimiento.
Te ruego, Señor, que me concedas
el don de discernimiento
a fin de proteger Tu Palabra
y ser capaz de distinguir
lo acertado de lo equivocado,
el bien del mal,
la Verdad de la Mentira.
Yo te alimentaré de discernimiento. No te dejaré sin ayuda. Permanece en Mi Amor. Escúchame: grita a las naciones que Mi Retorno está próximo a vosotros, que todos los que tengan oídos, oigan, y todos los que tengan ojos, vean. Yo, el Señor, desciendo por Mi Ilimitada Misericordia para advertiros y llamaros de vuelta a Mí.
Escuchad, justo antes de Mi Retorno, daré a la humanidad Señales aún mayores de las que os estoy dando ahora. Estad vigilantes porque, cuanto más grandes se hagan Mis Señales, con más fuerza caerá la furia de Satanás sobre vosotros.
Yo he suscitado profetas para anunciar el Fin de los Tiempos, y os estoy enviando a Mi Madre como Maestra para enseñaros a todos alrededor de la tierra. Os La envío para preparar en este desierto una senda para Mi Retorno, una ancha vía allanada para Mí, vuestro Dios, a través de vuestro desierto. Permaneced alertas porque, cuanto más multiplique Mis portavoces, tanto más multiplicará Satanás falsos profetas para confundiros a todos. Orad, amadísimos Míos, para discernir a unos de otros. Orad para no ser engañados.
Os he advertido que no corráis tras esos falsos profetas. Recordad que el que siembra buenas semillas para Mi Gloria, será recompensado más tarde. Quiero también recordaros que entre las buenas semillas que se han sembrado y están creciendo para producir una buena cosecha, Mi enemigo no pierde jamás su tiempo: él también envía a sus falsos profetas a sembrar sus semillas en medio de Mis buenas semillas. Dejadlas hasta el momento de Mi Cosecha. Como dije en Mi parábola de la cizaña1, no tratéis de separar lo uno de lo otro, no sea que arranquéis también Mi mies. Dejadlas crecer a ambas hasta la cosecha. Y cuando llegue el tiempo de la siega, Yo diré a los segadores: recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para ser quemadas, luego recoged Mi cosecha en Mi granero.
No obstante, permaneced vigilantes y seréis siempre capaces de discernir y reconocer la diferencia. Sed prudentes y pedidme que os guíe. Que todos escuchen Mi consejo. Estad alerta, Mi enemigo es como una bestia salvaje que ha sido herida, volviéndose así más salvaje y más peligrosa, porque la Hora de Mi Retorno os llegará pronto; y puesto que os daré Señales mayores que las de hoy, en vísperas de esas Grandes Señales, Satanás está propagando ya, en Mis Santos Lugares, la confusión entre vosotros para conduciros a la disensión.
Estad en paz todos vosotros, confiad en Mí y apoyaos en Mí. Haced todo lo que podáis, y lo demás seré Yo quien lo lleve a cabo con Mis Obras. Recordad que Yo tengo las llaves de todas las puertas, y que abriré cada puerta en el momento que Yo elija.
El Amor os ama. Yo os bendigo. Bendecidme y amadme.