30 de julio de 1989

(Rodas)

(La lectura del día era de la Carta a los Colosenses 2, 1-15. Esto ocurrió después de conocer a un hombre que pertenecía a la Iglesia Pentecostal. Me dijo que todos los mensajes eran muy hermosos, ¡pero que seguramente había intervenido el demonio tomando el nombre de Nuestra Madre! ¡Dijo que el demonio será el que una a las Iglesias! Es sorprendente como puede engañar Satanás a gente buena…)

¿Señor?

Yo soy. Recibe Mi Paz. Mi Paz es tuya.

De verdad, no te dejes engañar por la filosofía racional y las enseñanzas erróneas. Cumple tu misión para Mi Gloria y repite todas las cosas que Yo te he estado enseñando. Yo soy la Sabiduría y tu Educador. Estás aprendiendo de Mis Propios Labios Repite Conmigo estas palabras:

“Señor, tómame en alma, tómame en espíritu.
Jesús, mi Señor, toma mi corazón Todo es Tuyo.
Tu Amor es mejor que la vida misma.
Yo pongo mi esperanza en Ti.
Amén.”

Pequeña, el Amor permanecerá siempre junto a ti. ¿Recordarás siempre quién es tu Redentor?

El Cielo está en duelo día y noche a causa de las herejías que se han infiltrado en Mi Cuerpo, herejías que están devorando Mi Cuerpo. Se desarrollan en el interior de Mi Cuerpo como un cáncer. Su levadura se ha infiltrado en Mi Pan… Yo te digo con toda solemnidad que esas gentes cargarán con el peso de sus faltas y las faltas de quienes les siguen. Ese peso será tan grave como el de las faltas de sus antepasados que adoraban a Baal.

Flor, acuérdate de Mi Santa Presencia. Mis Ojos no se apartan nunca de ti. Ven. ¿Nosotros?

Para siempre