19 de febrero de 1987
Vassula, acepta el sufrimiento, todas Mis almas elegidas han sufrido. Tu alma se purifica con el sufrimiento como el oro se purifica en el fuego. Sucede lo mismo con el alma. Tu sufrimiento está en tu enseñanza.
¿De qué modo en mi enseñanza, Jesús?
Aunque Yo te permita llamarme así, en cualquier momento, y estar juntos de esta manera, también permito que las puertas del maligno se queden abiertas. Esta enseñanza no será una tarea fácil, porque tendrás al maligno luchando contra ti, desanimándote, dándote la palabra equivocada…
Pero entonces, Señor ¡Tu enseñanza puede confundirme!
No, nunca te confundirá, ni a ti ni a nadie. Te he enseñado a reconocerme, Vassula.
He escogido a alguien con incapacidad de dominar cualquier lengua, una persona que dependerá de las palabras que Yo le dé. Te he enseñado a oírme; estoy entrenando tu oído. Ven, sé paciente, aprende a aceptar, aprende de Mí.
(Empecé a inquietarme.)
Vassula, todo irá perfectamente. Vassula, edita1: Soy Yo, Jesús.
(¡Otra vez las dudas!)
¡Oh, vamos! Deseo ardientemente decirte algo. Mi cielo está en ti porque Me siento glorificado y descansado.
Jesús, yo Te amo, sí, y mucho. Te amo veinticuatro horas al día. Incluso cuando me despierto por la noche, mi primer pensamiento eres Tú; cuando estoy comiendo, pienso en Ti; cuando trabajo en casa, pienso en Ti; cuando conduzco, pienso en Ti; cuando juego al tenis, Tú estás en mi pensamiento y el amor por Ti está en mi sangre, puesto que mi cuerpo me duele de amor. Pero no puedo aceptar que yo pueda darte descanso o que Tú encuentres el cielo en mí. Porque, ¿qué soy yo? Una mota de polvo. Soy imposible. Y cuando me dices esto, me siento aún peor en Tu Presencia, y avergonzada.
Todo lo que has dicho de ti misma es verdad, pero Yo te amo y encuentro realmente descanso en ti. He regado tu corazón con Mi Sangre y lo he colocado en el Mío. Lo he purificado y le he dado Mi Paz y Mi Amor, bienamada.
Vassula, Yo que vine a ti y quise siempre tu amor, ahora he triunfado y Me deleito en ti. Ámame sin reservas, reparando por aquellos que Me olvidan y que no hacen más que multiplicar Mis heridas. Ámame, Vassula, sanando a Mis amadísimas almas. Sé Mi cielo.
(Más tarde:)
Dios mío, ¡me doy cuenta de que eres Tú, pero no acabo de creérmelo del todo!
Vassula, algún día lo harás.
Si me diera cuenta de verdad, ¡creo que me desmayaría!
Cuando Mi Palabra se cumpla. Vassula, siempre se ha sabido que mantengo Mi Palabra. Yo, Yahveh2, vengo de lo alto. El Cielo está hecho por Mi Gracia.Yo cumpliré Mi Palabra. Confía en Mí, Vassula, no te preocupes demasiado, bienamada. Permanece junto a Mí, siénteme, ámame y glorifícame. Déjame a Mí todo lo demás, vive en paz.
Te estoy formando con Sabiduría; recibe Mi gracia. No te canses de sanar almas. ¿Estás contenta de estar ahora unida a Mí?
Sí, Señor, estoy muy contenta de sentirme unida a Ti, aunque no pueda atreverme a pensarlo.
¿Por qué, Vassula?
¿Por qué? Porque no soy digna de Ti.
Vassula, Yo siempre he suspirado por estar unido a ti y por tener una profunda intimidad contigo, sin embargo, no olvides nunca que Yo soy tu Dios y soy Santo.
Vassula, ¿seguirás trabajando para Mí?
Te he dado ya mi consentimiento. Estoy dispuesta a seguir trabajando para Yahveh.
Yo soy Yahveh. Bendita seas.
(Más tarde:)
(Leí el “Acordaos”, la oración de San Bernardo a Santa María.)
Hija, es Jesús quien te guía. No temas, Vassula. Hija Mía, escúchame: Yo, tu Santa Madre, estoy aquí presente, junto a ti. Te estoy ayudando. Te amo. Yo te ayudaré a comprender la manera de actuar de Jesús. No te preocupes.
Jesús te ha unido ahora a Él, ¡alégrate, Vassula! Debes creerme cuando te digo que tu alma sana a otras almas en el Hades3. Vassula, haz lo que Jesús te pide. Él conoce tus necesidades y lo único que quiere de ti es amor. Ámale sin reservas, glorifícale, repara por aquellos que Le producen amargura, llámale siempre para decirle que Le amas. No Le abandones. Cumple también tus otras obligaciones con amor, por amor, pues los actos de amor son los que más cuentan para Él. Por muy pequeños e insignificantes que te parezcan, tienen un gran valor a Sus ojos y por ello se vuelven grandes. Síguele y repara por los que Le olvidan.
Hija, al estar ahora unida a Él, sentirás Su Cruz, sentirás Su Corazón.Te pedirá que compartas Sus sentimientos, te pedirá que Le ayudes, te pedirá descanso, te pedirá que participes de Su Cruz. Sufre cuando Él sufra, alégrate cuando Él se alegre: tus sufrimientos serán los Suyos. Sométete a Sus deseos, pues Él es Dios. Aprende a reconocerle. Recuerda todo lo que te ha enseñado, pues es un Dios Cariñoso, Todo-Misericordia. Os ama a todos con una ternura inefable. Nunca os pedirá nada que pueda haceros daño. Él es suave y bueno. Aprende a reconocerle, Vassula.
Es un Dios lleno de Amor, nunca adusto. Él velará sobre ti, protegiéndote de todo mal. No te abandonará jamás.
Vassula, ¡ánimo, hija! Llámame cuando lo desees. Te amo.
También yo Te amo, Madre. Enséñame a amarte más.
Jesús, Te amo.
Estoy aquí, bienamada. Soy Yo, Jesús.
(Me abandoné de nuevo totalmente.)
Te amo. Dame tu pequeño corazón en el que sembraré las semillas de Paz y Amor. Te formaré como Yo deseo que seas. Nada será en vano, todo será para salvar a Mis hijos. No temas, deja que Yo te dirija, hija Mía.
(Esta mañana, mi amor a Jesús me desbordaba. Pero también tenía miedo de que me abandonara, puesto que soy una nada, y una “nada” que ama a Dios, probablemente ofende Su Santo Nombre.)
¡Oh, hija, te amo! Quédate Conmigo. Jamás te abandonaré, pequeña Mía. Pocos son los que Me glorifican como tú.
Vassula, Vassula Mía, Yo cuido de ti. Cuando haya terminado con Mi enseñanza, no esperaré más. Mi Corazón suspira por tu pequeña alma… Oh, ¡cómo sufro por tenerte ahí abajo en la tierra!4 Te traeré de vuelta a Mí, liberándote y llenando Mi Corazón de alegría, pues ardo en deseos de tenerte Conmigo de nuevo. Recibe Mi Paz. Pronto estaré contigo. Vassula, ¿quieres escribir Mi próximo Mensaje?
Sí, Señor.
¿Estás preparada?
(Había eludido este mensaje durante varios días, pero ahora me sentía preparada para recibirlo. Jesús había hablado ya de ello un tiempo atrás.)
Sí, Señor.
¿Me amas?
Sí, muchísimo. Tú sabes que Te amo.
¿Deseas que también los demás Me amen?
Sí, ése es ahora mi deseo.
Entonces trabaja Conmigo y escribe todo lo que te digo. ¿De acuerdo, Vassula?
Quería simplemente decirte que esto es como un milagro, poder ser guiada de este modo, Señor.
(Mensaje de Paz.)
Yo lo he querido, Vassula. Te he elegido para mostrar al mundo que no necesito ni autoridad, ni santidad.
He elegido a una simple niña inútil y pecadora, sin ninguna autoridad y sin que conociera a ningún poderoso, para manifestar con Mi Gracia, a través de este débil instrumento, Mi Paz y Mi Amor por todos vosotros.
Quiero transmitir Mi Mensaje a este mundo de tinieblas, mostrando así al mundo Mis efusiones. Porque Mi Misericordia es inefable y Mi afecto supera toda comprensión humana.
El Cielo, con toda su Gloria, reina eternamente en paz y amor, y Yo me ocuparé de que, también sobre la tierra, la paz y el amor prevalezcan sobre el mal5. Mi Paz cubrirá la tierra como la bruma, extendiéndose desde las alturas a las profundidades y desde un extremo del globo al otro.
Vengo a proclamaros a todos Mi Mensaje y a apartaros de vuestras malas acciones. Mi Palabra será como un cedro que extiende sus ramas como brazos para sanar vuestra maldad, nutrir vuestra miseria y liberaros del mal. Vengo, una vez más, para iluminar este mundo sombrío y reanimar esta llama vacilante que está a punto de extinguirse, y para cubriros con Mi Paz6.
Los amo, Vassula. ¡Oh, este Amor que les tengo! ¿Acaso no Me he sacrificado por ellos como un Cordero, para liberarlos? Yo he sufrido por ellos.
Muy amados Míos, ¿acaso fue Mi Sangre derramada en vano? He derramado Mi Sangre para poder sumergir en Ella vuestros pecados y que pudierais ser purificados. Os he bañado en los torrentes de Mi Sangre para vencer el mal y liberaros.
Yo estoy en medio de todos vosotros, pero, a pesar de todo, Satanás os está siguiendo porque ha encontrado medios para seduciros y haceros caer en sus redes impías.
Yo, Dios, no puedo veros dirigiéndoos hacia la perdición. Estoy aquí para desenredaros de sus vicios.
Estoy así, ante vosotros, para que sepáis quién es vuestro Salvador. Una vez más vengo con Mi Corazón en la Mano para ofrecéroslo. ¿Lo rechazaréis? ¿Rehusaréis Mi Paz?
Vengo a llamar a los que someten a Mis hijos a baños de sangre. Quiero que oigan Mi llamada, pues Mi Palabra llegará como un martillo, haciendo añicos la roca7, penetrando en todos los corazones.
Yo os pregunto a vosotros: ¿Os habéis olvidado de vuestro Dios, o es que Él tiene poca importancia a vuestros ojos? ¿No Me teméis? ¡Me canso de vuestros arrogantes propósitos! Os he enseñado a amarme, pero también a temerme8, porque Yo soy el Todopoderoso.
Así pues, ¿qué es lo que habéis hecho? Estáis cavando vuestras propias tumbas por haber sembrado semillas de maldad, dispersándolas por todo el mundo, cosechándolas ahora y alimentándoos de su fruto del mal. Aprended que en Mi Reino entero reina la Paz. Toda Mi creación fue creada en paz y amor. Mis ojos se han cansado de ver cómo os matáis unos a otros.
Yo Me preocupo por vosotros porque soy vuestro Padre que os ama. ¡Mirad! Vengo con toda Mi Soberanía, Yo, que soy vuestro Dios. Vengo a vosotros para ofreceros Mi Corazón. Aquí está: tomadlo. Es todo vuestro. Mi Corazón se desgarra y se lacera. Sentidlo.Todo Él no es más que una gran llaga… Vosotros habéis hecho pedazos el Corazón de vuestro Dios, lo habéis traspasado una y otra vez.
¡Responsables de las guerras! ¿Tendré que venir a machacaros, para mostraros Mi Poder? ¿Tendré que manifestarme con ira? Mi Cáliz de Misericordia desborda y Mi Cáliz de Justicia está lleno. Yo que os di el soplo de vida y os consagré, Yo, Dios de todo lo creado, que os sumergí en Mi Santidad, vengo a vosotros con Mi Paz, exhortándoos a convertiros y a vivir en Mi Paz.
Cubriré el universo entero con Mi Paz, permitiendo que reine sobre vosotros, pues Yo soy Paz, Amor y Todo Sabiduría. Mi llamada está dirigida a todas las naciones. Deben saber que la paz impera en Mi Reino. Yo vengo, a pesar de su maldad, para bendecirlos e iluminarlos, porque son Mis amadísimos hijos e hijas.
Escuchad este Corazón que vuestro Dios os ofrece, un Corazón que habéis olvidado y que ya no conocéis, un Corazón que os ama y os busca para impartir vida.
¡Cesad de hacer el mal! ¡Cesad de rebelaros contra Mí! ¿Tenéis miedo de Mi Ley? Mi Ley no es una ley de rebelión: Mi ley es una ley de paz y de amor. Seguid la Ley que Yo os he dado, responded a Ella y la salvación será vuestra. Vuestra debilidad es ignorar Mi Ley, fanáticos de vuestra propia ley, conduciendo así a la humanidad hacia la destrucción, antagonizando a vuestro prójimo. Vuestras leyes están basadas en la violencia.
¡Oh, hijos Míos! ¿Acaso he infundido odio en vuestra alma? Mi Alma es la Fuente del Amor y Vida en Sí misma, y de Ella proviene todo cuanto existe.
Vassula, no hagas más. Te amo. Confía en Mí. Que tu amor cubra Mi Corazón. Únete, ama y trabaja Conmigo.
Lo haré, Padre. Ayúdame a ser digna para que pueda glorificarte.