12 de mayo de 1989

¿Jesús?

Yo soy. Siénteme y contémplame. Yo soy Amor y Santo. Ámame y sé santa. Yo te enseñaré, porque Yo soy la Sabiduría. Ven, Mi Madre te ama. Ella va a escribir ahora el Mensaje.

(Mensaje para la reunión del 19 de mayo de 1989 en Martigny, Suiza.)

Hijita Mía, Yo, tu Santa Madre, te bendigo. He aquí Mi Mensaje:

La paz esté con todos vosotros. Os amo a todos y os bendigo. Escuchad y prestad atención a Nuestras Llamadas de hoy. Sed conscientes de cómo apremia el tiempo.

Jesús y Yo os llamamos noche y día a la conversión. Nuestras Llamadas a la conversión se han difundido ahora por el mundo entero, y se multiplicarán. El tiempo apremia, hijos Míos.

Hoy Mi Corazón está lleno de dolor porque muchísimos de vosotros parecéis no entender la urgencia de Nuestras Llamadas. Os pido que meditéis y os examinéis. Examinad si estáis convertidos y si vais por el Camino de Dios. Amadísimos hijos Míos, no basta simplemente creer en Dios y orar. Estar convertido es agradar a Dios, estar con Él en total contemplación. Estar convertido es ser santo y vivir en santidad. Estar convertido es hacer las paces con Dios y amarle con toda vuestra alma. Pensad en el amor que Jesús está derramando en vosotros. Vivid en Cristo, purificaos y abrid enteramente vuestro corazón para que Jesús os sane. Estar convertido es desear estar con Dios, anhelarlo con todo vuestro corazón.

Muchos olvidan que el mayor don espiritual es el amor. Os recuerdo de nuevo el mandamiento de Jesús: “Amaos los unos a los otros, como Yo os amo”. Complacedme y vivid Nuestros Mensajes. Sed Nuestros pequeños portavoces, esparciendo Nuestras semillas por todas partes. Que los que tengan oídos, oigan. Sed conscientes de la urgencia de Nuestros Mensajes.

Estoy contenta de veros aquí esta noche, todos reunidos. Bendecimos todos los objetos religiosos que tenéis con vosotros. Que esta noche sea una noche especial de meditación, un profundo examen de vuestra alma. Jesús y Yo estamos siempre presentes para ayudaros. Por tanto, habladnos con el corazón, y Nosotros escucharemos.

Yo os bendigo a todos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.