9 de febrero de 1989

(El Señor me ha despertado a media noche para pedirme que escribiera este mensaje.)

Te he llamado, Vassula. Escúchame:

Sé firme, sé firme como una roca. No seas como arena movediza. Te he escogido a pesar de tu debilidad, sin embargo, sabía que no te tragarías Mis Palabras como si fueras arena movediza. Mis Palabras serán depositadas en ti, serán grabadas en ti ¡y ahí quedarán, para que todo el mundo las lea! Vassula, piensa, ¿elegiría un granjero trabajar y cultivar una tierra fértil para sembrar su grano, o iría a arrojarlo en pantanos y arenas movedizas? Vassula Mía, ¿qué has de temer? Implora el discernimiento.

Vassula, ahora voy a escribir Mi programa para la reunión del día diecisiete. Luego escribiré también Mi Mensaje para ellos. Hijita Mía, tú santificarás la sala con incienso y agua bendita. Rezarás la oración de exorcismo a San Miguel.

(En este momento, Dios me dio a entender que el resto del programa debía quedar escrito en mi cuaderno privado).

Bien, Vassula, lo has entendido. Vamos, he aquí Mi Mensaje:

Mi Palabra es Luz, Mi Palabra es Paz y Amor, Mi Palabra es Unidad y Esperanza. Venid a Mí y leed Mi Palabra con más frecuencia.

Amadísimos, soy Yo, Jesús, el Misericordioso, Jesús vuestro Salvador que desciende a través de este débil instrumento para grabar en ella Mis Palabras. Yo desciendo a esta oscuridad por Mi Infinito Amor y Mi Infinita Misericordia. Desciendo a este desierto y a esta aridez para derramar Mi Espíritu sobre vosotros. ¡Creación! Desciendo para regar esta tierra, más reseca que nunca, y convertir en ríos este suelo sediento. Desciendo para derramar sobre vosotros Mis Bendiciones como rocío matutino. Vengo a disipar todo el Mal y desarraigar toda la Iniquidad, sustituyéndolos por la Paz y el Amor.

Hoy Mis Labios están resecos por la sed de amor. Yo necesito vuestro amor, tengo sed de amor… ¡Cómo desea Mi Sagrado Corazón que aprendáis a amarme! ¡Cómo deseo que alcancéis el cenit del Amor y oíros lanzar el grito de Amor: “¡Abba!”! Entonces… sólo entonces, empezarán a curarse Mis Llagas…

¡Cómo deseo que Mis sacerdotes extraigan de Mi Amor Infinito para llenar su corazón! Mi Amor por ellos es Inmenso, tan inmenso, que hasta que no estén en el Cielo no comprenderán su plenitud. La Devoción debe ser su Estandarte, la Fidelidad su Antorcha, la Pureza su Vestido de Fiesta y el Amor su Emblema, para que Mis corderos Me reconozcan en ellos y vean claramente Mi Imagen. A Mis pastores los quiero puros para que, gracias a su pureza, su fruto sea completo.

Llenad de alegría Mi Sagrado Corazón y obedeced plenamente Mis Mandamientos. Amar es seguir Mis Mandamientos, amaros los unos a los otros. Oh, hijos de Mi Luz, escuchad Mis Palabras y vividlas… vividlas… Si Me escucháis, Yo os ofreceré la Paz por estandarte y el Amor será vuestra corona. Os renovaré si os abrís enteramente a Mí. Confiad en Mí, Yo os renovaré y haré de vosotros una nación nueva, una nación pura. Vivid Mi Mensaje, meditad Mi Mensaje. Venid a Mí con amor. Seguid Mis huellas que os conducirán a Mí, a Mi Casa, que también es vuestro Hogar. No vaciléis. Aunque seáis imperfectos, Yo os abriré Mis brazos. Aunque vuestro amor sea tibio, arrojaos en Mis brazos, y Yo, que soy el Maestro del Amor, os enseñaré a amarme y os mostraré cómo amaros los unos a los otros. Venid a Mí, incluso aquellos que no Me amáis. Yo os he perdonado. Venid y os sanaré.

Benditos seáis todos los que creéis sin haber visto. Benditas sean Mis almas pequeñas, porque siento por ellas predilección. Permaneced pequeños y sencillos, no tratéis nunca de ser algo, permaneced pequeños para que podáis deslizaros a lo más hondo de Mi Sagrado Corazón. Sed como niños, con una fe de niño, porque esto es lo que agrada a Mi Padre.

No ceséis nunca de orar. Complacedme orando con vuestro corazón. Deseo que oréis por la Unidad de Mi Cuerpo. Deseo que oréis por el Papa y por el Patriarca. Deseo que oréis por todos los sacerdotes. Orad por las ovejas que no están bajo la dirección de Pedro, para que vuelvan a Pedro y se reconcilien. Orad para que no haya más que un solo Rebaño y un solo Pastor. Orad por la Paz, la Unidad y un mayor amor entre vosotros. Orad para que podáis alabarme todos en torno a Un Solo Tabernáculo. Uníos, amadísimos Míos, y sed uno, como Mi Padre y Yo somos Uno y lo Mismo.

Yo os bendigo a todos desde el fondo de Mi Corazón.

Vassula Mía, ¿quieres escribir Mi Mensaje?

Sí, Santa Madre.

La Paz esté con vosotros.

Amadísimos Míos, hoy os voy a pedir a todos que aumentéis vuestras oraciones por la unidad, esa Unidad que Mi Hijo tanto desea.

Orad por los sacerdotes que están dispersos, para que vuelvan al Redil, al único Redil de Pedro. Orad para que puedan unirse con sinceridad. Orad por la Paz y por aquellos hijos que no se han reconciliado con Dios. Orad por esos falsos reinos, esos reinos fluctuantes, para que puedan comprender cuán errados están.

Venid a alabar al Dios Vivo que Se manifiesta en estos tiempos en diferentes lugares. Alabadlo por Su Infinito Amor y Su Infinita Misericordia. Sus Gracias seguirán derramándose sobre toda la humanidad. Que quienes Lo reciban, bendigan Su Santo Nombre. Bendecidle, porque Él es un Padre Amantísimo. Que todos los que tengan oídos escuchen este gran Clamor del Cielo:

“¡Sed santos, porque Yo soy Santo!”

Flores Mías, vivid Nuestro Mensaje, vivid Nuestro Mensaje. Habéis obtenido todos Su Misericordia. Tratad de comprender la Voluntad de Dios. Sed Sus hijos de Luz.

Yo os bendigo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.