21 de diciembre de 1988

Señor, ¡probablemente debe entristecerte que algunas personas malinterpreten Tu Amor en Tu Mensaje y lo comparen al amor sentimental! ¿Señor? (Yo había oído una o dos observaciones de ciertas personas).

Yo soy.

En esta era, Mi amor no es ni apreciado ni comprendido. sabes cuánto amo a Mis hijos1, ¡los amo con locura! Pero los pecados de vuestra era son tan graves y de tal magnitud ¡que ya no Me reconocen a Mí, vuestro Dios! ¿Han olvidado el rescate que he pagado por ellos? Fui humillado, atormentado, torturado, y sufrí voluntariamente una muerte muy dolorosa. Todo por amor. ¿Por qué, entonces, no puedo repetirme diciéndoos millones de veces cuánto os amo? Y tratando de haceros comprender Su profundidad y Su grandeza, ¡Me repito y Me repetiré hasta que Mis Palabras penetren en vuestro corazón! Incluso ahora estoy dispuesto a repetir Mi Pasión, incansablemente.

¡Oh, Creación! ¡Cuánto sufrimiento Me causas! Mi Amor por vosotros es Infinito. Tratad de comprender este Amor.


1 Al decir esto, Jesús se volvió hacia mí y me miró de frente.