26 de septiembre de 1988
(Mensaje dado para le reunión del grupo de oración.)
¿Dios mío?
Yo soy. Vassula Mía, trátame como a un Rey. Conduce a todas las almas hacia Mí. A los que quieran escuchar, los levantaré y los pondré en Mi Sagrado Corazón.
¡Bienamada!
¿Sí, Santa Madre?
Sí, escúchame. He difundido Mi perfume entre vosotros1. Daos cuenta de que Nuestra Presencia está en medio de vosotros, a la escucha de vuestros corazones. ¡Cuánto os amamos! Hijos, Yo soy vuestra Madre. Permitid que Mi Hijo os guíe y os sane, purificándoos. Dejaos sanar por Jesús. Recibid esta gracia que os ofrece Mi Hijo. Comprended por qué busca Él a cada alma. ¡Jesús os ama sin límites!
Yo, la Madre de toda la humanidad, la Madre de vuestro Salvador, estoy junto a vosotros, hijos, y siempre dispuesta a ayudaros.
¡Venid! Abridnos vuestros corazones. Nosotros somos vuestra Santa Familia. Recibid Nuestra Paz. Jesús y Yo os bendecimos a todos.
Yo Te bendigo, Santa Madre, Madre de Dios.