14 de mayo de 1987
(Hoy, ¡qué alegría! Al leer la vida de Santa Teresa de Ávila, que tenía visiones, me topé con la visión del Infierno que ella describe. Me complació mucho comprobar que su descripción encajaba con la mía de la visión del infierno que me había dado Dios. Ella lo explica de este modo: “oscuro y muy reducido; el suelo parecía cubierto de agua, semejante a cieno inmundo y fétido…” etc. Sí, todo ello parecía como una gruta de techo bajo… Mi descripción fue escrita el 7 de marzo de 1987)