4 de diciembre de 1987
¿Jesús?
Yo soy. Hija, quiero que Mis palabras queden claras. No acuso a los que persiguieron las apariciones. Sólo quiero que se den cuenta y admitan sus errores, y que vengan a Mí para arrepentirse. Yo los perdonaré, olvidando su pecado. Hija, muchos volverán a perseguir Mi Mensaje, negando que venga de Mí, Jesús, por miedo a admitir su culpa. Porque esto está de nuevo más allá de su sabiduría, hijita1.
Quizá no tengan intención de negar que se trate de Ti, quizá lo crean en su subconsciente. Lo más probable es que no lo hagan a propósito, ¡porque estoy segura de que, si tuvieran conciencia de ello, te alabarían! Solo que no lo entienden.
Me encantan tus razonamientos. ¿Por qué los defiendes?
Porque no lo saben, y puesto que no lo saben y no lo comprenden…
Te estoy escuchando.
Entonces, si me atreviera a pedírtelo, Te pediría Tu perdón y Tu misericordia para ellos.
Pero, hijita, ellos serán tus perseguidores y causarán sufrimiento a tu alma. Te flagelarán.
Incluso así, si no entienden, entonces no lo hacen a propósito. No saben lo que están haciendo, porque son débiles. Tú puedes, con Tu divino amor, ayudarles a comprender que eres Tú. Dios mío, no dejes que tu mano divina caiga sobre ellos, porque al hacerlo, muchas almas inocentes podrían ser también castigadas.
Vassula, Mi creación ha degenerado: han de hacerse enormes reparaciones. Quiero que Mi creación se dé cuenta de hacia dónde se dirige. Quiero que Mis almas sacerdotales extraigan de Mí e impregnen a Mis corderos de amor y conocimiento. Ahora mismo, están2 viviendo en una oscuridad total.
Si, Jesús, pero ilumina a las autoridades eclesiásticas. Aunque esta manera “poco ortodoxa” de estar Contigo supere su entendimiento, ¡abre sus ojos y sus oídos, Señor!
Sólo daré sabiduría a simples niños y no a los eruditos.
Pero entonces, Señor, tienen pocas probabilidades, ¡están perdidos!
Estarán perdidos, a menos que vengan a Mí como niños…
Vassula, aumentaré tu capacidad de sufrimiento, porque serás flagelada3. Déjame libre y no te interfieras en Mis Obras.
Señor, ¿les perdonarás y pasarás por alto sus debilidades?
(Aún me atrevía a interferirme).
No soportaré ver que te hagan daño, hijita.
No sé qué decirte, pero ¿puedo pedirte que pases por alto su debilidad?
Flor, no quiero verte pisoteada por ellos. No soportaría que te aplastaran.
Pero no los castigues. Enséñales, Señor.
Tendrán que abrir sus oídos entonces. Vassula, sabes lo que te espera. Has visto Mi Cruz. Recuerda que, aunque tus pruebas serán duras, nunca dejaré de estar a tu lado. Tengo junto a Mí a tu Santa Madre, escucha Sus Palabras:
“Hija querida, santifica Garabandal. Me he aparecido en Garabandal dando Mi Mensaje. Mi Mensaje no fue difundido como se debía. Muchas almas sacerdotales han rechazado Mis apariciones, denegándonos así un lugar en su corazón. Pero Yo no he olvidado a Mis bienamadas hijas. Hubo un tiempo en que ellas mismas dudaron y, cayendo en la confusión, negaron Mis apariciones. Esto fue permitido como ejemplo, para mostrar a Mis hijos4 cómo y hasta qué punto reina la confusión en la Iglesia de hoy. He prometido que confirmaré Mis Apariciones de Garabandal. Las horas vuelan y Mis Mensajes no han sido debidamente propagados, ni Mi Santidad ha sido honrada.”
Dios mío, suena tan urgente como si tuviera que ser difundido hoy mismo, en este momento. Depende de Ti abrirnos el camino. Estamos dispuestos a difundir Tus mensajes, pero danos la fuerza, el valor y las posibilidades de cumplir Tus deseos.
¿Te abandonaría Yo ahora, Vassula Mía?
No, Señor. Necesito Tu fuerza para continuar.
Recibirás la fuerza suficiente para llevar a cabo lo que has sido llamada a realizar.
