24 de agosto de 1987
Vassula, ¡arrepiéntete!1
Perdono tus pecados. ¡Ahora quiero que Me alabes!2
(Vacilaba, buscando las palabras adecuadas.)
Vassula, di: “Gloria a Dios Todopoderoso”. ¿Sabes quién soy Yo?
Tú eres el Alfa y la Omega, el Creador de todo.
Has dicho bien, hijita Mía. Ahora te digo esto: Benditos los que leerán Mi Mensaje y creerán que Yo lo he escrito, sin haberme visto escribirlo. Benditos los que escuchen Mi Mensaje y lo sigan. Benditos los que se unan y propaguen la paz y el amor. Difunde Mi Mensaje, difunde Mi Paz y que reine en todos los corazones. No dudes nunca de Mi Amor.
¿Cómo quieres que lo difunda, cómo puedo yo hacer algo? No tengo recursos.
Espera, Vassula, y verás. Yo te ayudaré. Vamos. ¿Nosotros?
Sí, Dios mío, nosotros.