3 de agosto de 2016

Yo Soy; querida alma, muy pocos oran en tu generación, menos aún son los que vienen a arrepentirse; algunos de tus amigos no paran de preguntarte: “¿Seguirá Yahveh nuestro Padre, sin aplacarse? ¿hará caer todavía sobre nosotros un castigo de fuego?”

he estado adoptando medidas aquí y ahora, derramando sobre esta generación, como nunca antes en la historia Mi Espíritu Santo, Mi Espíritu de Gracia, para reavivar en vosotros Mi Llamada; para recordaros vuestros verdaderos fundamentos; he dado a pueblos alrededor del mundo visiones de Mi Gloria, y de que Yo Soy el que Soy; he estado pidiendo a todos actos de reparación, he estado pidiendo amor sacrificial, pero muy pocos Me han respondido; muy pocos;

miro desde lo alto y observo cómo muchísimos se están marchitando como árboles que no han sido regados adecuadamente; veo esta tierra convirtiéndose en un desierto, secándose, y los hermosos árboles que planté en el pasado, cubiertos de verde follaje y con fruto abundante, alimentando a todos, están ahora devastados; oigo voces estridentes, gritando con rabia: “Dios no tiene poder sobre nosotros”, mientras que, por otro lado, no admiten nunca su miseria, sin ver jamás que sus ramas se están secando, agrietándose más que el pergamino; uno pensaría que esto solo les llevaría a admitir y a comprender que se están autodestruyendo por su vanidad, y a decidir bajarse de las alturas en las que se han colocado, admitiendo que, sin Mí, no hay Vida; pero no, el demonio los infesta y los empuja a estar más ansiosos que nunca por continuar su rebelión contra Mí.

Yo estoy aquí, dándote señales, Vassula, para restauraros a todos vosotros; estoy enviándoos a vuestra Madre Santísima para reeducaros y enseñaros las cosas fundamentales de Mi Ley, recordándoos a todos que no estáis solos, y que vuestra vida, aquí en la tierra, no es más que una sombra que no durará para siempre; sólo morís una sola vez, y después de eso viene el juicio; ¿debo talar esos árboles secos? ¿cortar sus ramas? ¿o quemarlos del todo? ¿o los arrancará Mi Mano de raíz, sacándolos de la tierra?

tálalos y corta sus ramas, entonces quizás tengan una oportunidad de crecer de nuevo, pero regándolos Tú Mismo…

querida alma, que amo tan profundamente, por el bien de los que Me aman, y por el bien de esas almas que no han cesado nunca de estar sedientas de Mí, los talaré y cortaré sus ramas, luego los regaré con rocío Celestial, y a los que estuvieron una vez en desgracia, cavándose su tumba, Mi Presencia los salvará;

escúchame: se Me conoce por ser Misericordioso y también por estar atento a vuestro sufrimiento y vuestra miseria, pero quiero que esta generación de pruebas de sí misma ante Mí, mostrándome su buena disposición, y Yo los perdonaré y llenaré su mesa, y seré su Todo;

¿no has leído: ‘los Ojos del Señor velan sobre los que Le aman, Él es su protección poderosa, y su firme apoyo, su pantalla contra el viento del desierto, su refugio del sol de mediodía, su guardián que les protege de los tropiezos y su seguridad contra las caídas; Él reaviva el espíritu y hace brillar los ojos; concede la sanación, la vida y la bendición’?1 guardaos de la tentación; preguntaréis: ‘¿cómo he de guardarme de la tentación? como todos, soy un ser mortal, débil de espíritu’; Mi respuesta a eso es ‘estar en constante oración, orando incesantemente y deseándome, teniendo sed de Mí, suspirando por Mí’; ésta es Mi respuesta:

aprended a amar,
amar es vuestra llave de entrada al Cielo;
amarme os lleva a orar incesantemente;
una respuesta de amor trae Mi Reino sobre la tierra,
prodigios del cielo y paz a todos sus habitantes;
una equivalencia de amor vence a la Muerte;
el amor nunca muere,
el amor os lleva a conocerme a Mí, vuestro Dios,
y a reconocerme como el Altísimo;

puesto que todos vosotros sois tan amados por Mí y tan valiosos a Mis Ojos, vosotros también debéis amaros los unos a los otros, puesto que Mi Espíritu Santo habita en cada uno de vosotros; algunos de vosotros vivís atemorizados, ¿por qué? si vuestro amor se perfecciona, entonces no puede haber ningún temor en vosotros, porque temer significa que sois culpables de dudas y por eso teméis Mi ira, Mi fuego y Mi Juicio; limpiaos de pecado y permitid que Mi Espíritu sea vuestro deleite, vuestro Santo Compañero, la Lámpara a vuestros pies, el Único que os hará ganar Mi Amistad; Mis Palabras, querida alma, son para ti, para que aprendas a evitar que tu alma peque; el Espíritu Santo ha sido dado a cada persona y además con un buen propósito; Él es quien os da el verdadero Conocimiento, impregnando y penetrando todas las cosas;

generación débil, agotada por el pecado, dirigiendo el mundo hacia el caos, ven y decide cambiar tu vida; no digas que la Luz de la Justicia no se ha acercado nunca a ti, que te ha evitado o ignorado; ¿querrías hacerme creer que tu esperanza es como paja arrastrada por el viento? ¿cómo fina bruma empujada por el huracán hacia el mar? escucha generación, aún hay tiempo, y Yo soy capaz de aplacarme totalmente, si admites tu culpa y te arrepientes; por lo tanto, nadie puede decir que Yo, Dios, no puedo ablandarme; ¿qué hombre puede, en efecto, conocer Mis intenciones, jugando a ser Dios?

hoy os digo que todos aquellos que han hallado refugio en Mí y resistido a temibles demonios, y han continuado siéndome leales, serán como una luz brillando en este oscuro mundo para conducir a muchos a Mí, con la Cruz en una mano y el Rosario en la otra; serán las columnas de luz, el contraste con las tinieblas;

por tanto, hijita Mía, di a esta generación, cuando des testimonio en sus asambleas, que Yo, Dios, vuestro Padre, que soy vuestro Creador, dejé de lado Mi Corona y, ante Mis Ángeles, bajé de un salto desde los Cielos, desde Mi Trono Real, al interior de los corazones de una generación condenada y apartada de Mi Palabra, para recordarle que Yo los he engendrado, y que son hueso de Mi Hueso, carne de Mi Carne, y que si su esperanza está vacía, sus logros son improductivos, su vida es apática e infeliz, es porque Me han abandonado;

Vassula, mira a Mi pueblo y siente lástima de su destino; muchos de ellos no comprenden, ni siquiera entra en su cabeza, que este Fin de los Tiempos es un Tiempo especial de Gracia y Misericordia que espera a cada persona en la tierra; ora por los pecadores, ora por los que claramente se han alejado de la Verdad; diles, recuérdales que cada uno morirá y desaparecerá de esta tierra como una sombra; apenas nacidos, dejaréis de existir, pero vuestra alma nunca morirá; os amo a todos;


1 Eclesiástico (Sirácida) 34,16-17 — Dios me indicó este pasaje para que lo escribiera.