4 de agosto de 2014

Mi sacerdote1, no flaquees, pon tus pies en Mis Huellas, de este modo no te perderás… Mi Presencia en tu corazón te aportará no sólo entusiasmo, armonía y gozo, sino mucho más: te llevará a descubrir las riquezas de Mi gracia; descubrirás muchos de Mis misterios: la divinización de la naturaleza humana; puedo convertir lo que hoy es escoria 2 en alma angelical, perfeccionada a Mi semejanza, sublime y superando todas las bellezas terrenales;

escúchame: los sarmientos toman vida de la vid y la savia es lo que los mantiene vivos para producir fruto; ¿lo ves?, ahora te he estado alimentando a ti y a otros con el fin de que produzcáis vuestro fruto; te he escogido, a ti que eras como la escoria, y te he transformado, sanándote, para asegurar que seríais fructífera para Mi gloria; eras débil, ¡pero Mi Sabiduría te concedió favores que debían ser utilizados para tu crecimiento y para la mayor gloria del Padre!

la misión que te he dado, Vassula, en particular, no es una misión fácil, pero te digo que Mi Corazón palpita de Amor por ti; porque en medio de esa debilidad y esa pobreza, he observado cómo has puesto tu fe, toda entera, en Mí; no necesito perfección, lo que necesito es un corazón clemente, indiviso, contrito y dispuesto; dispuesto no sólo a disfrutar de Mi Presencia, sino dispuesto a hacer Mi Voluntad; dispuesto a ser arrojado como víctima, a sacrificarse por Mi Iglesia; a cambio estarás, y estás, disfrutando de Mi Compañía que te da la fuerza para enfrentarte a tus pruebas; este Himno de Amor, que se os ha dado a todos, conducirá a cada uno al arrepentimiento, a través de una transformación espiritual y en unión Conmigo; regresando a Mí se logra la realización perfecta, porque entonces ¡Yo te estaré poseyendo a ti y tú Me estará poseyendo a Mí!

Yo seré el Esposo de esa alma, su Santo Compañero, disfrutando de nuestro íntimo y divino Amor con tranquilidad: será Mi salario para esa alma por servirme; Yo, Jesús soy el Esposo más dulce, que conoce el anhelo de Su esposa: estar en la Visión Beatífica, en la Vida eterna; qué razón tienen las Escrituras cuando dicen: “ahora, el Amor y la Lealtad se encuentran, la Rectitud y la Paz se abrazan; la Lealtad se eleva de la tierra y la Rectitud se inclina desde el cielo” (Sal 85, 10-12)

te otorgo la felicidad, proveyéndote de dones ungidos como ningún humano puede jamás proveerte, muy amadísima Mía; mirra Mía, realizaré milagros que sólo Yo, Dios, puedo ejecutar con una sola Palabra; adórame a Mí, tu Dios, porque Yo soy tu refugio; situaré a Mis ángeles para que se encarguen de guardarte adondequiera que vayas en Mi Nombre; ¡recuerda a Mi pueblo cómo, al invocar Mi Nombre, Yo salvo! Vassula, Yo, Jesucristo, Hijo de Dios y Salvador, te bendigo; ic


1 Ex 19, 6; 1 P 2, 5 y 9-10: “Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real…”
2 Significa un alma indigna.