13 de noviembre de 2006
Vassula Mía. La paz esté contigo; me encanta cuando vienes a Mí de este modo; cuando hables en Mi Nombre, que la congregación de fieles se consagre a Mí; que se arrepientan ante Mi con estas palabras:
Señor,
me has soportado todos estos años
con mis pecados,
pero a pesar de ello has tenido compasión de mí;
me he descarriado en todos los aspectos,
pero ahora no quiero pecar más;
Te he agraviado y he sido injusto;
ya no lo seré nunca más;
renuncio al pecado, renuncio al demonio,
renuncio a la iniquidad que ensucia mi alma;
libera mi alma de todo lo que es contrario a Tu santidad;
Te suplico, Señor, que me salves de todo mal;
ven ahora, Jesús;
ven ahora a habitar en mi corazón;
perdóname, Señor, y permíteme descansar en Ti,
porque Tú eres mi Escudo, mi Redentor y mi Luz,
y en Ti confío;
desde hoy, Señor, Te bendeciré en todo momento;
rechazo el mal y a todos los demás dioses e ídolos,
porque Tú eres el Altísimo por encima del mundo entero,
trascendiendo de lejos a todos los demás dioses;
con Tu Poderoso Brazo, sálvame de la mala salud,
sálvame de estar cautivo, sálvame de los conflictos
y derrota a mi enemigo el demonio;
¡ven pronto en mi ayuda, oh Salvador!
amén.
Yo Dios, te amo, bienamada; ¿nosotros?
Yo Soy