Por Vassula Rydén
Jesús dijo:
Sin Mí, tú vivirás como el mundo, Conmigo, tú vivirás como en el Cielo. Sin Mí, tus rasgos serán mundanos, pero Conmigo, tus rasgos serán los Míos. Permanece en Mí, enraizada en Mí; no desdeñes nunca tu don; colócame en primer lugar y dedícame tu tiempo.» (20.5.94)
¿Cuál es la Espiritualidad Trinitaria de ‘La Verdadera Vida en Dios»?
- En primerísimo lugar, La Verdadera Vida en Dios es estar ansiosos de encontrarse con Dios, y llegar a conocerlo como Él realmente es; es abrirnos a tener una relación especial e íntima con Él. Sin esta intimidad, no podemos acercarnos a Él. Él siempre estará distante, lejos, en algún lugar «allá arriba» y a tal distancia que no podremos amarlo. Lo que Él nos pide hoy es un diálogo con Él, una simple conversación de corazón a corazón, incluyéndolo a Él en nuestra vida diaria, tratándolo como a nuestro mejor amigo, y sin embargo, sin olvidar nunca que Él es Santo.
- La Verdadera Vida en Dios es aprender a rezar continuamente. Rezar sin cesar es vivir en perfecta unión con Dios y en Dios, es decir, vivir diariamente el «Nosotros, nos», que Jesús nos ha enseñado. Es aprender a tener una conversación de corazón a corazón con Dios.
Estar en oración constante es el primer mandamiento, porque es el fruto de nuestro amor a Dios, deseando estar con Él siempre. Este amor brotará de nuestros corazones a los corazones de nuestros vecinos, amándolos, que es el segundo mandamiento.
Para esto, tenemos que estar dispuestos a sacrificar a Dios nuestra voluntad diariamente y a abandonarnos por completo a Él, para que podamos vivir con los pies en la tierra y con nuestro corazón y nuestra alma en el cielo. A Jesús no le gustan los tibios. Él desea un corazón sincero.
Si no nos abandonamos completamente a Dios, es como si atásemos Sus Manos. Su Voluntad no puede realizarse en nosotros. Tenemos que arraigarnos plenamente en Él. Estar arraigado en Dios significa llegar a ser como Él, imitar a Jesús; es amar a Dios y amar a nuestro prójimo. No podemos hablar de Paz y Unidad sin estar arraigados en Dios. - La Verdadera Vida en Dios es expandir el Reino de Dios y dar a conocer al Dios Trino. Es revelar la verdadera imagen de Dios nuestro Padre para que nuestro espíritu le llame «¡Abba!»
- La Verdadera Vida en Dios es poner en practica los actos de caridad y de amor que agradan a Dios. Jesús ha dicho: “En el día del Juicio seréis juzgados por la medida de vuestro amor.»
- «La Verdadera Vida en Dios» es ser testigos del Altísimo, testigos del Amor de Dios, para que podamos decir al mundo que, aunque ellos se hayan olvidado de Dios, Él, en su Amor fiel, en Su eterna Misericordia, no se ha olvidado nunca de ellos, y que por muy miserables que seamos, su Amor hacia nosotros es infinito.
Nuestro Padre Celestial ha dicho: «Hijo Mío, tú no estás huérfano. Yo Soy, El que Es, es tu Padre. Tú no estás abandonado, sin cobijo, Mi Reino, Mi esplendor, y la Verdad son tu casa. Tú no estás sin alimento, pues con Mi propia mano, Yo he llenado tu boca de Mi boca, con Mi Palabra… Mi favor está sobre vosotros y así, todo lo que Yo hago en estos días es para la salvación de vuestra generación.» (26/2/95)
- «La Verdadera Vida en Dios» significa permitir que el Espíritu Santo transforme nuestra alma en un cielo, para que Él sea la Luz de nuestros ojos, la razón de nuestro ser, el latido de nuestro corazón, nuestra risa y nuestra alegría, el majestuoso adorno de nuestra alma, nuestro himno al Himno y nuestro amén al Amén. Debemos morir a nosotros mismos, a nuestra voluntad, a nuestras pasiones, que Le impiden hacer nuestra alma imperecedera, llena de gracia y convertida en un cielo, para glorificar a Dios.
- La Verdadera Vida en Dios es permanecer fieles a la Santa Madre Iglesia y a su Tradición. Es ofrecer a Dios oraciones del corazón, ofrecer sacrificios y ayunar.
- La Verdadera Vida en Dios es convertirnos en hijos de la Madre de Dios, porque su Corazón lnmaculado no puede estar separado del Corazón Sagrado de Jesús, sino que está en perfecta unión con Él.
- La Verdadera Vida en Dios es visitar el Santísimo Sacramento y acompañar a Jesús. Deberíamos pedir al Espíritu Santo que nos conceda el don de Piedad, para aprender a adorar al Santísimo Sacramento y observar con reverencia lo que es verdadera Carne y verdadera Comida, lo que es verdadera Sangre y verdadera Bebida.
Jesús ha dicho: «Apoyaos en Mí y Yo os guiaré a Mi Tabernáculo donde os espero día y noche, donde Me ofrezco a vosotros cada día… todo lo que os pido es amor, amor y adoración.» (01/06/89) - La Verdadera Vida en Dios es rezar por la Unidad y por la unificación de las fechas de Pascua, puesto que es el mayor deseo de Nuestro Señor Jesucristo. Nosotros podemos ser la primicia de la Unidad reuniéndonos y rezando juntos, en una sola voz y en un solo corazón. Jesús ha dicho:«Necesito humildad y amor, para que se conviertan vuestros corazones y sean el fundamento de vuestra Unidad.»
Que el lema de la Verdadera Vida en Dios sea:
Devolver amor por mal.
Porque, como Jesús nos diceEl Amor es la raíz del árbol de las virtudes. Sin esa raíz el árbol no tiene virtud, no da frutos. “El corazón del Señor es el Amor, y el corazón de la Ley está basado en el Amor.”
Escrito está: “No juzgarás”. ¡La lengua es lo peor de todo! Porque la lengua que recibe la Santa Comunión es también la lengua que juzga, critica, blasfemia. Por eso Jesús dice: “Me gustaría que ayunarais, pero también con los labios”