Algunos lineamientos de Vassula para los grupos de oración de la Verdadera Vida en Dios

Aprovecho esta ocasión para daros más información sobre los «grupos de oración».

Quiero informar a los lectores y a los grupos de oración cómo en la Verdadera Vida en Dios vivimos una Verdadera Vida en Diosbasada en el pensamiento de Cristo, para llegar a ser como Él y seguirle. En los mensajes y en la espiritualidad de la Verdadera Vida en Dios, aprendemos a tener compasión, a pasar inadvertidos, a ser pequeños, humildes, pacientes, tolerantes, dulces, amables, unidos, débiles en el sentido en el que Jesús lo entiende y totalmente abandonados a Cristo. Queremos ser como niños.

¿Queréis crecer en el amor de Dios? Pagad el mal con amor; amaos los unos a los otros. Luego convertíos en testigos y podréis atraer a miles de personas a las enseñanzas de la Verdadera Vida en Dios. Jesús me ha enseñado cómo leer la Biblia y me la ha explicado Él Mismo. Yo soy su alumna. Al explicármela a mí, la explica a todos los lectores de la Verdadera Vida en Dios porque todo lo que me ha enseñado a mí está allí explicado. Jesús nos da ahí el suficiente alimento para nuestro tiempo. Observamos que los que han leído y subrayando pasajes de la Verdadera Vida en Dios, y que han releído 2, 3, 4, 5 veces los mensajes, desde el principio cada vez, siempre han sido los más grandes apóstoles de la Verdadera Vida en Dios y han producido abundantes buenos frutos para ofrecer a nuestro querido Señor. Han creado muy fácilmente grupos de oración pues ellos han sido formados de la misma forma que yo fui formada: en el espíritu de la Verdadera Vida en Dios y han permanecido firmes. He observado que aquellos que están profundamente enraizados en La Verdadera Vida en Dios son igualmente los que son muy, muy fuertes en el sentido de hacer frente a la oposición y a la persecución y saben cómo proceder en ese caso; desde luego que esto es dado por el Espíritu.

Si alguien prepara un grupo de oración, debe tener siempre en mente lo que San Pablo ha dicho: «No debe haber ninguna competencia entre vosotros, ninguna vanidad, y cada cual debe intentar pasar inadvertido. Considera siempre al otro mejor que tú… En vuestros pensamientos, debéis ser como Jesucristo».

Si Dios quiere dar un carisma, nadie podrá impedírselo y lo dará; pero si sois vosotros mismos los que deseáis ese carisma, podría ser el demonio el que viniese. Por tanto, es necesario estar en guardia. De hecho, incluso si pensamos que hemos obtenido, por gracia, un carisma o un favor místico, es necesario que lo neguemos, rechacemos y le combatamos desde el principio y, si no viene de Dios se irá, pero, si viene de Dios redoblará su intensidad. (Durante casi tres meses, al principio, yo ahuyentaba a Jesús, porque me dijeron que aquello podía ser el demonio).

Cuando la gente me pregunta si poseo el don de sanación, yo digo: «No, no lo tengo». Yo no curo, aunque haya habido casos de curaciones. Yo no curo, incluso a aquellos que han sido milagrosamente curados de un cáncer o de cualquier otra clase de enfermedad mortal. Sé que no soy yo y que no puedo decir que tengo ese don. Siempre digo: «no curo y no tengo el don de sanación». Si alguien ha sido curado, es a causa del Espíritu Santo que es el dador de Vida… El Sanador es Él; no yo. Yo no soy nada, no hago nada, y no merezco nada…

Los que imponen las manos a la gente deben permanecer pequeños, humildes, inadvertidos, sabiendo que esta bendición no está en su poder sino en el poder del Espíritu Santo. La humildad máxima es no ser nada.

Sin embargo, me gustaría advertir a vuestros grupos sobre ciertas cosas que pueden ir apareciendo y acaban por destruir al grupo. Si un grupo es superficial, y no se incrementa nunca, sino más bien disminuye o pierde el interés y comienza a seguir otros mensajes y otras espiritualidades, que a lo mejor ni vienen de Dios, podría ser que no hubieran leído meditativamente los mensajes, y tampoco hayan abierto las Escrituras, para crecer en santidad y ser imbuidos por el amor de Dios, y así se secarían. Serían de aquellos que se centraron en determinados eventos y hablaron solo de ellos, señales de fechas, etc.

¿Qué es lo que hace que esta gente haya retornado a su estado inicial, justo antes de su conversión? Hemos descubierto que los que no han leído nunca los mensajes, mensajes que son contemplativos y que nos enseñan a estar en oración silenciosa con Dios y a sentir Su presencia, con la que Dios eleva el alma y la une a su Amor. Las Escrituras nos advierten diciéndonos: «Aspirad a la paz con todos y a la santificación, sin la cual nadie verá al Señor, inspeccionando a ver si alguno carece de la gracia de Dios, a ver si alguno se perturba por la raíz de la amargura, que crece hacia arriba y por causa de ella se han infectado la mayor parte de los hombres.” (Heb 12, 14-15) Por lo tanto, imitad a Jesús. Dios mismo ha dicho: «No te fallaré ni te abandonaré». Donde hay amor está Dios.

Recordad que la conversión es el milagro más grande de todos.

Vassula, 8 de diciembre de 1998