Las 27 respuestas
Entonces, ¿Has estudiado las 27 preguntas para dar testimonio, y quieres saber cómo han sido tus respuestas? Aquí puedes ver las respuestas de Vassula, para que puedas compararlas con las tuyas.
- ¿Cuál es el primer paso que debemos dar, para que el Espíritu Santo invada nuestra alma con Su Luz?
- Actualmente, muchas almas están áridas como desiertos. ¿Cómo podría nuestra alma ser transfigurada para que se note que glorifica a Dios?
- ¿Cuáles son las dos medidas a tomar, que el Padre nos enseñó al principio para acercarnos a Él, y que Lo harán levantarse de Su Trono, dejar Su Corona de lado, y correr hacia nosotros?
- ¿Cómo describe Jesús al Padre? Bastan unas pocas palabras.
- ¿Cómo somos descritos por Dios, para indicar que procedemos del Padre?
- ¿Qué es lo que el Padre nos pide, por encima de todo?
- ¿Cuál es la Voluntad del Padre?
- ¿Qué significa el término «caminar con Dios”?
- ¿Cuál es el mayor servicio que podemos ofrecer a Dios?
- ¿Qué es la oración incesante?
- ¿Cuál es el significado de la «Verdadera Vida en Dios»?
- ¿Puedes explicar qué es la oración del corazón?
- ¿Puedes explicar lo que significa “igualdad de amor”, cuando Jesús nos pide dar igualdad de amor?
- ¿Qué significa ser «dioses por participación”?
- ¿Podemos ser deificados o divinizados, mientras estamos aún aquí en la Tierra?
- ¿Qué tenemos que hacer para ser deificados o divinizados?
- ¿Qué significa el término «reinar con Dios»? y ¿puede alguien, aún estando en la Tierra, reinar con Él?
- ¿Qué es el Segundo Pentecostés?
- ¿Cuál es el significado de “los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra”, y de “la Nueva Jerusalén”?
- Jesús habla de los Tesoros de Su Sagrado Corazón. ¿Cuál es el Mayor Tesoro que alguien puede obtener de Dios? En los Mensajes, Él habla de algunos de ellos, pero enfatiza Uno en particular.
- Escoge 5 líneas que nos han sido dadas, para describir al Espíritu Santo o Su Acción en nosotros y en la Iglesia.
- ¿Qué representa la Cruz para ti? Jesús la describe.
- Jesús habla de dos llaves que unirán la Iglesia. ¿Cuáles son esas dos llaves?
- ¿Cuál es la unidad que Jesús repite en Sus Mensajes?
Vassula: La pureza en el alma es esencial. Por eso, el primer paso que debemos dar es el ARREPENTIMIENTO. El verdadero ARREPENTIMIENTO arde como un fuego dentro del alma. El ARREPENTIMIENTO permite al Espíritu Santo descender sobre nosotros, para completar Su Acción Divina, «destruyendo todas las impurezas e imperfecciones que Lo enfrentan… con el fin de prepararnos para esta Unión Perfecta, Él necesita purificarnos…». Durante este período de ARREPENTIMIENTO, con lágrimas en los ojos y con gran remordimiento, al ver lo miserables que somos delante de Dios, comenzamos a ser un instrumento dócil para Él. El ARREPENTIRSE con todo el corazón, lleva los ojos del alma a apreciar nuestra indignidad, y, de este modo, nos humillamos. Uno no puede invocar al Espíritu Santo para que nos invada, ya que el Espíritu Santo se aleja del pecado, y no entra en un alma hipócrita sumida en el pecado. «Cuanto más humildes seáis, más fácil será, para Mí Espíritu, encontrar Su Camino hacia vosotros». Conclusión: el ARREPENTIMIENTO es la puerta que conduce las almas de la oscuridad a la luz.
V: Sólo podremos ser transfigurados por el Espíritu Santo cuando Él encuentre el espacio necesario dentro de nosotros, después de que hayamos muerto a nosotros mismos. Sólo cuando morimos a nuestro ego y nuestras pasiones, y nos volvemos totalmente desprendidos, el Espíritu Santo puede invadirnos y poseernos, transfigurándonos, de tal manera que nuestra mente se convierte en la Mente de Cristo. «Mi Espíritu Santo puede transfigurar vuestras almas, de un desierto a un jardín, donde Yo puedo descansar en vosotros. Mi Espíritu Santo puede transfigurar vuestras almas en un Palacio, donde Yo puedo ser Rey y reinar sobre vosotros. Mi Espíritu Santo puede transfigurar vuestras almas en un Paraíso, y en ese Paraíso Yo seré glorificado».
V: Los primeros dos pasos que el Padre nos pide que demos son: ser ÍNTIMOS con Él, y el segundo paso es poner en práctica el «TEMOR DE DIOS». El Temor de Dios es el principio de la Sabiduría, es la Corona de la Sabiduría. El Temor de Dios es evitar toda maldad. «Vengan y hereden lo que perdura para siempre, permitiendo a Mi Espíritu que ilumine su mente y su cuerpo con Su Luz Divina, permitiéndole animar vuestra alma en la intimidad que deseamos de vosotros, en Nosotros…». «Venid y acercaos a Mí, concedme y aprended a amarme. Para esto, debéis tener Intimidad Conmigo. Sin embargo, nunca os olvidéis de que YO SOY SANTO»..»
V: Jesús describe al Padre, de esta manera: «Mi Padre es Rey, pero a la vez, tan Maternal. Él es Juez, sin embargo, tan Tierno y Amoroso; Él es el Alfa y el Omega, pero a la vez, tan Modesto».
V: Somos descritos como Su SEMILLA, pero no sólo como Su semilla. Él nos recuerda que somos de DESCENDENCIA REAL y que descendemos de la Soberanía. «¡Hijos e hijas! ¡Vosotros sois descendencia del Altísimo! ¡Vosotros descendéis de la Soberanía y del Esplendor! ¡Vosotros Nos pertenecéis, vosotros pertenecéis al Cielo! ¡Vosotros sois de Ascendencia Real, vosotros estáis bendecidos por Nuestra Imagen, así que, Permitidme que Yo os vista con Mi Esplendor. Abrid vuestro su corazón y Yo os salvaré.» En otros pasajes, Dios nos recuerda que somos hueso de Su Hueso, carne de Su Carne.
V: El Padre nos pide nuestra voluntad y nuestro corazón, y que nos abandonemos a Él, para que Su Voluntad se pueda realizar en nosotros. «Una vez que tenga vuestro consentimiento, Mi Voluntad se hará en vosotros». «Yo no vengo a vosotros a la fuerza, con Mi Santo Espíritu, para violar vuestra libertad, ni tampoco vengo a condenaros. Vengo a vosotros, Impulsado por Mi Misericordia, para daros, libremente, el pleno conocimiento de Mi Voluntad».
V: Nuestra Señora ha dicho: «He venido a recordaros, a todos, que un verdadero apóstol de Dios es aquél que hace la Voluntad de Dios. Amar es hacer la Voluntad de Dios». (He aquí dos hermosos pasajes de Jesús de los que uno puede escoger, o tomar ambos). «El Amor está sobre todo. Amar es hacer Mi Voluntad. Es su llave de entrada a Mi Reino en el Cielo. Si vosotros decís que estáis viviendo en Mí, pero no tenéis amor, entonces, no podéis decir que estáis viviendo en Mí: una verdadera vida en Mí es estar viviendo el mismo tipo de vida que Cristo vivió». «No es aquél que Me dice: «¡Señor, Señor!», el que entrará en el Reino de los Cielos, sino aquél que hace la VOLUNTAD DE MI PADRE que Está en el Cielo. Así que, ¡hablad con amor y Yo os escucharé! ¡Dad con amor y Yo os conoceré! ¡Orad con amor y las Puertas de Mi Reino se abrirán para recibiros! ¡Actuad con amor para que Yo pueda decires un día: «¡Vosotros sois Míos, vosotros sois Mi semilla! ¡Venid a vuestro Padre!». Otra cita: «El amor está sobre todo. AMAR ES HACER MI VOLUNTAD. Es vuestra llave de entrada a Mi Reino del Cielo».
V: El término «caminar con Dios» significa que uno está totalmente unido a Dios y bajo Su Divina Voluntad. «Aprended que cualquiera de vosotros que se vuelva a Mí, con el único deseo de agradarme, Yo, con todo Mi Corazón, sí, con todo Mi Corazón, le concederé Mis Favores. Yo le revelaré Mi Imagen de Bondad para que termine su camino Conmigo».
V: El mayor servicio que uno puede ofrecer a Dios es traer un alma de regreso a Él. Al daros cuenta del valor de cada alma, cruzaréis a través del fuego, para ganar almas para Dios. Ganar almas para Dios sobrepasa cualquier otro servicio que vosotros podáis ofrecerle, ya que Dios aprecia un alma más que cualquier otra cosa. Así que Dios nos pide que evangelicemos: «Id y evangelizad con amor, para El Amor».
V: La oración incesante es cuando nuestro espíritu está completamente, absorto en Dios, volviéndose sensible a la Presencia de Dios. En esos momentos, ya no necesitáis palabras para expresaros a Dios, ya que todo vuestro ser se convierte en una llama viva, inflamada de amor por Dios. Es la oración contemplativa. Vuestra alma será envuelta por Dios y habitará permanentemente en Dios. Vuestras almas tendrán sed de Dios todo el día. «Y Yo, por Mi Parte, agitaré vuestro amor para que tengáis ansias de Mí, aumentaré vuestra sed para que busquéis solamente Mi Corazón…».
V: La «Verdadera Vida en Dios» significa habitar en el Amor de Dios y en Dios. El objetivo de Dios es atraer a todos hacia Él, a Él, y en Él. El alma no puede vivir sin Dios, sino que toma su vida de Dios. «Venid y Yo os enseñaré, si vosotros estáis deseosos, lo que significa la «Verdadera Vida en Dios». Yo os digo, solemnemente, que cualquiera que viva en el amor, vive en Mí, su Dios, y Yo vivo en él».
V: La oración del corazón es una simple conversación con Dios, que sale de nuestro corazón. Una oración que sale del corazón vibra de veracidad, y Dios la escucha. «La respuesta a vuestros problemas se puede encontrar en la oración constante. Que ésta sea vuestra arma. Orad con el corazón, conversad con Dios. De esa manera Satanás huirá cada vez que vosotros invoquéis a Dios con amor».
V: Dios dijo: «Vuestro Dios desea igualdad de amor de vosotros». «Recibid más de Mí, permitiéndome recibir más de vosotros. Mi deseo es daros más de Mí Mismo, para que vosotros podáis darme más de vosotros mismos. Yo obtendré, de esta manera, todo lo que ya Me pertenece». «Nadie puede jamás alcanzar, en la Tierra, esa Altura de Mi amor… Yo, únicamente, pido lo que ya Me pertenece…» Así que, cuanto más nos abramos al Espíritu Santo, al arrepentirnos y vaciarnos de nuestras pasiones, vicios, pecados e iniquidades, mayor espacio le daremos al Espíritu Santo de Amor, para que Se derrame en nosotros.
V: Ser dioses por participación significa convertirse en hijos adoptivos del Altísimo. A través de Su Divina Unión con nosotros, Dios nos atrae a un amor filial. «Yo Soy Aquél que os trajo al amor filial con Nuestra Divinidad, para llevar una vida Divina, y convertiros en hijos, por adopción, del Padre». «Como un verdadero hijo de Dios, te convertirás, en este elevado estado de gracia, en la Imagen Perfecta del Dios Trino, y todas tus empresas se realizarán sin fallas, ya que éstas serán Divinas y de acuerdo con Nuestra Mente y Nuestra Voluntad».
V: Sí, podemos ser divinizados o deificados mientras estamos aquí en la Tierra. Eso no significa que tomemos la Naturaleza de Dios, sino que se nos da la Imagen de Dios. «A través de la Santa Comunión (de la Santa Eucaristía), Yo santifico a todos los que Me reciben, divinizándolos para convertirlos en carne de Mi Carne, en hueso de Mi Hueso. Al comerme y beberme a Mí, que Soy Divino, vosotros y Yo nos convertimos en Un Sólo Cuerpo, unidos espiritualmente. Nos convertimos en familiares, ya que Yo puedo convertiros en dioses por participación; a través de Mi Divinidad, Yo divinizo a los hombres… ¿No hbéis oído: «Vosotros también son dioses, hijos del Altísimo, todos vosotros» (Salmo 82,6)?». De nuevo, esto significa tomar la Imagen de Dios, pero no la Naturaleza de Dios.
V: Ser deificados o divinizados por Dios significa que el alma, después de haber pasado por un proceso de purificación y de abandono a Dios, tendrá impresa la Divina Imagen de Dios, grabada en ella y se convertirá en hijo de Dios, por la Gracia de Él. Entonces, Dios Estará mirando Su Propio Reflejo, en esa alma. Dios nos dice el por qué, cuando dice: «Su espíritu estará inmerso en Nuestra Divinidad». «Vosotros estáis llamados a ser transfigurados en Nosotros y ser uno con Nosotros». Así, nuestro nuevo yo quedará revestido de Cristo, después de haber muerto a nuestro viejo yo. Los ángeles dirán: «¡Mirad! ¡Él tiene el manantial de Yahvé en él! El Señor, ahora, puede regocijarse en él y contemplar, Admirado, Su Propio Reflejo.» Hay otro pasaje en el que el Espíritu Santo dice: «Yo Soy la Substancia Vivificante de vuestra alma, y Aquél que os trajo a un amor filial con Nuestra Divinidad, PARA LLEVAR UNA VIDA DIVINA y convertiros en otros tantos hijos, por adopción, del Padre».
V: Reinar con Dios significa gobernar con Dios. Debemos permitirle a Dios que nos edifique para poder llegar a ser hijos de Dios, «quienes como Él dice, «siendo Nuestra Descendencia, como cualquier vástago, tendrá también el derecho a compartir y dar su opinión. E incluso, gobernar con su Padre, ya que en la tranquilidad de Mi Aliento, en vosotros podréis ver las cosas a través de Nuestra Luz y de la manera en que Nosotros las vemos… Déjame, también, llamarte hijo del Altísimo y tú reinarás con Nosotros». San Pablo dijo: «Aquél que está unido a Dios se vincula en un espíritu con Él». (I Corintios 6,17). En otro bello pasaje, el Espíritu Santo nos dice: «Yo Soy el Maestro Soberano de vuestra alma, pero también vuestro Amigo, dándoos acceso a hablar, libremente, permitiéndoos expresar vuestra opinión, vuestros pensamientos y vuestro libre albedrío, el cual Yo os he restaurado…».
V: Explicar el Segundo Pentecostés es explicar, también, Apocalipsis 21. El Segundo Pentecostés ya ha comenzado y es individual. Cualquiera que, estando muerto espiritualmente, es levantado por la Gracia y es encendido por el Espíritu Santo, volviéndose celoso por la Casa de Dios, ya ha recibido este Segundo Pentecostés, dentro de él. Es una resurrección por el Poder del Espíritu Santo, una renovación y una transformación total. El Espíritu Santo es como Fuego: «El Poder Interno de Mi Iglesia es el Espíritu Santo, el Fuego que os anima, os purifica y hace de vuestro espíritu, columnas de fuego, ardientes braseros de amor, antorchas vivientes de luz, para proclamar, sin miedo, Mi Palabra». «Habrá un Segundo Pentecostés para que Mi Reino en la Tierra, (la Iglesia) sea restaurado».
V: Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra es una manera metafórica de decir que la persona misma se transforma y ve todo nuevo. Se convierte en una hermosa novia engalanada para su Novio, como unos nuevos cielos y una nueva tierra o una nueva Jerusalén, que viene de Dios, del Cielo. Hay toda una explicación, dada el 3 de abril de 1995, sobre la que uno podría dar una conferencia completa, únicamente sobre ese tema. He aquí algunas breves citas: «Los Nuevos Cielos serán cuando Mi Espíritu Santo Se derrame sobre todos vosotros desde arriba, desde el más Alto Cielo, para hacer un Cielo de sus almas, para que en este Nuevo Cielo, Yo Sea Glorificado». «Dejen que Mi Espíritu Santo haga una Nueva Tierra para hacer próspero, en vosotros, su suelo, para que su primera tierra, que era propiedad del demonio, desaparezca. Entonces, una vez más, Mi Gloria brillará en vosotros y todas las semillas divinas sembradas en vosotros, por Mi Espíritu Santo, germinarán y crecerán a Mi Luz Divina».
V: El Tesoro más Grande del Sagrado Corazón de Jesús es el Conocimiento de Dios, al cual sigue inmediatamente el Tesoro de la Intimidad; Ambos están casi Unidos en Uno Sólo. El Tesoro de conocer y entender a Dios es el Prodigio de los Prodigios. Sabemos que lo más importante en nuestro camino espiritual es hacer la Voluntad de Dios y caminar con Él, pero para hacer esto, debemos ser capaces de entender y conocer a Dios. Es solamente a través del Espíritu Santo, que uno puede conocer a Dios. Este Tesoro se obtiene por la Gracia, a través de una santa contemplación. Cita: «Es bueno hacer buenas obras por Mí y seguir algunas devociones, al igual que actos de amor, acciones de gracias y actos de reparación, pero Yo estaría muy Decepcionado, si vosotros murierais antes de haberme conocido. Yo estaría muy Afligido, si vosotros murierais ahora, antes de haberme comprendido.» Muchos de vosotros estáis ocupados con vuestros quehaceres diarios, lo cual Me agrada, si son hechos con amor y van de acuerdo con Mi Mente, pero todo esto estaría incompleto, si vosotros no os abrierais a la Gracia y Me reconocierais en Mi Intimidad. Así que venid y aceptad Mi Familiar Compañía y Yo, con Mi Buena Disposición, os llevaré a los Misterios y a los Secretos Ocultos de Nuestro Corazón. Vosotros y Nosotros estaremos inseparablemente Unidos en Nuestro Amor, para siempre».
V: Hay muchos pasajes. He escogido éste: «El Espíritu Santo será la Luz de tus ojos, la Razón de tu existir, el Movimiento de tu corazón, la Expresión de tu discurso, tu risa y tu alegría; Él será el Adorno Real de tu alma, el Guardián de tu espíritu; Él será tu hermano, tu hermana y tu amigo fiel; Él será tu Fiesta, tu Banquete, tu Tesoro Escondido: la Perla, tu himno al Himno, tu amén al Amén, la Tierra Prometida y el Fundamento de todas tus virtudes, sobre las cuales Él inscribirá Su Santo Nombre».
V: Este tema también podría ser ampliado hasta ocupar una conferencia completa. El Señor dice: «Abrazarme es abrazar Mi Cruz; en este abrazo, vosotros sois bañados por Mi Luz; el camino, y lo diré de nuevo, el único camino para una Unión de Amor Divino Conmigo es cuando vosotros, voluntariamente, abrazáis con amor Mi Cruz, la cual vosotros sabéis que conlleva sufrimientos, pero también alegrías, las que os conducirán donde vuestra alma será exaltada: al Calvario». Uno se puede preguntar, ¿Cómo puede alguien soportar todo eso? Será, únicamente, cuando nuestra alma esté desbordando de Ríos de Amor Divino, y esté sedienta de servir a Dios y de atraer el mayor número de almas hacia Dios.
V: Las dos llaves que unirán a la Iglesia son la humildad y el amor. «La humildad y el amor son las llaves para la unidad. No es la elocuencia del discurso prolongado lo que os conducirá a la unidad. Por lo que, inclinaos, para que podáis ver Mi Voluntad. Bajad la voz, para que podáis oir a la Salvación que os habla, desde las Alturas de la Gloria». Aquí hay otro pasaje: «Algunos dirán: ‘Pero nosotros siempre hemos observado la Ley de la Iglesia y la hemos obedecido…’ No es suficiente con observar la Ley de la Iglesia y obedecerla. Yo necesito humildad y amor, y la conversión de vuestros corazones, para que sean el fundamento de vuestra unidad».
V: La unidad de la que Jesús habla es una unidad espiritual del corazón. El Señor dice: «El verdadero cristiano es aquél que es cristiano en su interior, y la verdadera Unidad está y estará en el corazón. L