Una charla de Vassula en Jerusalén, mayo de 1998
Cómo cultivar la Verdadera Vida en Dios. Me gustaría concentrar mi charla en este final del día en darles algunas instrucciones sobre el modo que pueden cultivar «La Verdadera Vida en Dios». Quizás deba recordarles que cualquier paso que tomo, que concierne a este noble tema que Nuestro Señor nos has dado, yo le pido Su consejo. Incluso una cosa tan pequeña como el título de esta charla, le pido a Jesús que me lo dé. La charla se llama: «Cómo cultivar La Verdadera Vida en Dios». Pero antes de continuar me gustaría compartir con Vds. una línea de un mensaje que me dio nuestra Madre Bendita el mes pasado, el 9 de abril: antes de que Ella acabase Su mensaje, yo le había pedido brevemente que me ayudase a poner las cosas de modo correcto sobre el papel durante nuestra reunión de dos días y Ella dijo:
«Jesús te revelará Sus intenciones, permanece en Su Paz».
Así pues, en mi fe de niña, creo que lo que he escrito aquí son realmente Sus intenciones.
Quiero dar las gracias a todo el mundo aquí, no sólo por venir hasta Tierra Santa para este retiro y peregrinación, sino también por todo el duro trabajo que habéis estado haciendo por la Verdadera Vida en Dios, y por los esfuerzos que estáis poniendo en la difusión de esta Obra divina.
Hermanos y hermanas, vosotros habéis sido llamados, como sabéis, para compartir las Obras del Señor. No obstante, tenéis que estar siempre vigilantes y despiertos en caso de que caigáis en auto indulgencia u otras muchas tentaciones. Nosotros estamos todos llamados en la paz de Dios a trabajar sin protagonismo, con armonía, con paz y amor y con el Espíritu de Jesús. Si hasta ahora la Verdadera Vida en Dios está todavía viva y extendiéndose, incluso con más fuerza que antes, a pesar de todos los obstáculos que se le han puesto y la salvaje persecución que ha sufrido, es porque la ha sostenido el Espíritu del Señor. «Nosotros sólo somos las vasijas de barro que guardan este tesoro, para hacer claro que el poder tan abrumador viene de Dios y no de nosotros. Nosotros tenemos dificultades por todos los lados, pero nunca estamos acorralados. No vemos respuesta a nuestros problemas, pero nunca desesperamos. Hemos sido perseguidos, pero nunca desamparados; derribados, pero nunca matados…» (2Cor 4;8-9)
Como dije el año pasado, Jesús nos quiere humildes. Nadie debe trabajar con un espíritu de competición o presunción, pues estaríais en contradicción con la imagen de Cristo. San Pablo instruyó a sus apóstoles y les dijo que considerasen siempre a la otra persona mejores que ellos mismos (Ph 2,3). De ahí que nadie debería nombrarse coordinador o presidente o secretario de la Verdadera Vida en Dios. Todos nosotros somos trabajadores de este divino mensaje y debemos trabajar juntos.
El Espíritu Santo nos urge a trabajar rápido pero con eficiencia, nunca perdiendo nuestra armonía y paz. El paso de Jesús es rápido y el signo de esta urgencia es el tremendo trabajo que Jesús pidió de mí los meses pasados, enviándome a salir a misiones imposibles pero posibles en el Nombre de Dios. Algunas veces quiero hablar a Jesús sobre ciertos acontecimientos que deben venir ahora que mi «pronto» está empezando a parecerse a Su «pronto»; los acontecimientos están sin embargo muy próximos. El signo de esto es la rapidez con que Nuestro Señor está trabajando. Cuando hablo acerca de acontecimientos, no es para que se pongan en el catálogo de la fatalidad o la tristeza sino en el de la esperanza y el júbilo.
Como el año pasado, os pediría de nuevo que dieseis a Dios una prueba de vuestro amor. El año pasado dije, y voy a tomar las mismas palabras:
«Me habría gustado ver a más gente de la Asociación extender los mensajes de Cristo de una forma más poderosa y eficaz.» Lo que quería decir con esto era evangelizar preparando conferencias. Y dije: «suponed que yo ya no puedo salir más, entonces ¿qué haríais con la Verdadera Vida en Dios?» ¿Qué pasa con el mensaje que recibimos diciendo que al final de los tiempos Jesús y María suscitarían apóstoles, los instruirían y los enviarían a evangelizar? Yo os pedí en el Nombre de Jesús que empezarais a evangelizar. Aquí, antes de escribir las palabras «en el Nombre de Jesús», yo dudé y le pregunté a Jesús sobre ello y que me mostrase mediante las Escrituras que esto es cierto. Abrí y leí las palabras de San Pablo: «Estoy diciendo todo esto, no para avergonzaros sino para traeros, queridísimos hijos, a vuestros sentidos. Vosotros podéis tener miles de guardianes en Cristo, pero no más de un padre, y yo fui quien os engendró en Cristo Jesús predicándoos las Buenas Nuevas. Eso es por lo que os pido que me copiéis y por lo que os he enviado a Timoteo, mi querido y fiel hijo en el Señor: él os recordará el camino que yo vivo en Cristo, como lo enseño por todas partes en todas las iglesias». (1 Cor 4:14-17)
Jesús dice que si vosotros decís que tenéis fe y no evangelizáis, es en vano… evangelizar es además un acto de caridad, pues vosotros lo hacéis por la salvación de las almas. Pero ahora, un año después, este mensaje de Jesús no ha obtenido mucha respuesta. Sólo unos cuantos han actuado según Sus palabras.
Yo diría que realmente el Padre Milheiro de Portugal junto con la hermana Isabel han hecho un tremendo trabajo de caridad evangelizando la Verdadera Vida en Dios en todas las prisiones de Portugal y dejándoles los libros. Sé que Ewa Allan en Inglaterra está preparando un seminario y vigilia para el final de mayo. Ella va a evangelizar sola pero tiene al Padre Rudolf y a Bernard Knowles que también son conferenciantes. Por ejemplo, en Grecia, el grupo de jóvenes de Atenas, se las arreglaron para encontrar diferentes canales de TV que aceptaran su testimonio regularmente. Así que ellos lo hacen por TV. Cualquiera de vosotros que quiera recibir consejos de estas personas, por favor animaos y hablad con ellos mientras que están con nosotros. Si alguien quiere discutir esto también conmigo, no dudéis en venir a hablarme durante estos días. Cualquier reunión próxima que queráis organizar durante 1999, por favor consultadme en los próximos días y lo discutiremos, y fijaremos fechas. Ya hay muchas fechas cogidas para varios países.
Lo que quiero hoy remarcar más que nunca es que muchos de vosotros estáis «maduros» para ser testigos de estos mensajes. Jesús necesita apóstoles. Así pues, ¿por qué estáis dudando y teméis el dar este paso adelante? Dejadme contaros una historia:
Se trata de la historia de cómo unió nuestro Señor la muñeca del Padre James a la Suya y cómo lo arrastró hasta el podium de Kerala para dar testimonio, del modo como lo hago yo. Fue cuando no pude ir a la india por no tener visado. El Padre James Fannan, que me acompañaba, tenía visado y pudo entrar en la India. Yo tenía un programa desde el día siguiente a mi llegada. Las reuniones no eran pequeñas, contaban con varios miles de personas. Gracias al Padre Mattam y otros colaboradores estaban estupendamente organizadas. Pero aquí estaba yo, atascada, sin visado, y allí esperándome la gente en la India. Supe entonces que el Señor quería que el Padre James empezase este apostolado y por teléfono le dije -para que comprendiese lo que el Señor quería exactamente-, yo le dije: «Sé exactamente mi eco. Cópiame. Sé el eco del Eco.»
Nuestro Señor Jesucristo ha preparado a muchos de vosotros y os ha nutrido suficientemente mediante estos mensajes, y os ha dado sus gracias para que seáis capaces de ir y servirle con obras de amor. Al servirle a Él de este modo estaréis sirviendo también a vuestro prójimo. Servir, como dije, es un acto de caridad, pues os donáis a otros; os sacrificáis vosotros mismos. Tenéis, sin embargo, que contar con el Espíritu Santo mientras hacéis este trabajo, pues si en algún momento empezáis a contar con vuestra propia fuerza, aunque vuestra actuación demuestre celo, no tardaréis mucho en caer.
Algunos preguntaréis: «¿Cómo nos las arreglaremos entonces?»
Tenemos muchos vídeos de media hora o de una hora, que yo he hecho, en inglés y en francés, y Tom Austin los tiene en Suiza. Podéis mostrar en vuestras conferencias uno de estos vídeos, especialmente los que hablan del comienzo de estos mensajes, pero depende de la gente que asista. Podríais anunciar vuestras conferencias en pequeños posters como si lo hicieseis por mí. Podéis hacer esto en diferentes ciudades en vuestro propio país y presentar el mensaje; o me podéis copiar dando vuestro testimonio citando pasajes de los mensajes. Podéis hablar del Espíritu Santo, o del Triunfo de los Dos Corazones, o de la Unidad, o sobre la Apostasía, o del íntimo Amor de la Santísima Trinidad, etc.
Habiendo dicho esto, quiero pedir a la gente que sean fieles al mensaje de la Verdadera Vida en Dios cuando den testimonio, y que nunca lo mezclen con comparaciones respecto a otros mensajes, aun cuando puedan ser auténticos. Si la gente quiere saber por qué pueden venir a preguntarme.
Muchos de vosotros me habéis escuchado varias veces y sabéis lo que digo, y que todo lo que he aprendido lo he aprendido de estos mensajes. Pero para este paso, que es un paso mayor que la formación de grupos de oración, los que hagan la evangelización deben leer varias veces los mensajes. El Padre Umaña, que no está con nosotros, de Colombia, y ha escrito un libro sobre la Verdadera Vida en Dios, me dijo que él los leyó seis veces. Sé que el Padre O’Connor, de la Universidad de Notre Dame, en EE.UU, que ha escrito varios artículos sobre la Verdadera Vida en Dios, también leyó los mensajes varias veces.
Yo aconsejaría a los que tienen tendencia a sacar temas que no están en los mensajes, que sean precavidos cuando den testimonio. Los que testimonien deben dar el mensaje de la Verdadera Vida en Dios en toda su pureza. Recordad que el mensaje es un mensaje de Esperanza que da paz a las almas. Es la Carta de Amor de la Santísima Trinidad. Si alguien no presenta el mensaje de esta manera, y habla más de Satanás que de Dios, estaré obligada a decirles que dejen de evangelizar, pues sus charlas no estarían en la luz del mensaje. Jesús me instruyó una vez y nunca olvidé lo que dijo. Él dijo que cuando yo hable use sólo las cosas que él me instruyó en los mensajes y nada más. Ésta es una de Sus preciosas reglas que yo sigo para no desviarme.
Desafortunadamente, hay algunas personas en nuestros propios grupos que siempre tienden a salirse del curso recto y toman caminos que conducen a especulaciones vacías. Algunos otros creen que tienen carismas de curación y de lectura de almas. Algunos proclaman cosas que no existen en los mensajes, inventan estaciones y acontecimientos que Jesús nunca ha anunciado. Sus actos y sus palabras probablemente únicamente suscitan dudas irrelevantes en cualquier extraño, acerca de los mensajes, en lugar de promover los designios de Dios que son revelados en la fe. Al sostener sus creencias están dañando los mensajes y su veracidad. Yo les pediría que, en su lugar, volviesen sus corazones al amor de Dios y la fortaleza de Cristo.
Así pues, cuando testimoniéis, que vuestro hablar sea agradable y con un rasgo de humor, y que tratéis de ajustar vuestras respuestas a las necesidades de cada uno. Rezad para que nuestro Padre del cielo nos dé oportunidades y puertas abiertas para anunciar el mensaje y proclamar el amor y la misericordia de Dios.
Jesús me dijo en un mensaje:
«El fruto de tu labor debe multiplicarse en sus manos»(3.3.95),
queriendo decir que Él desea ahora de vosotros hechos y evangelización. No es suficiente ser sólo un grupo de oración encerrado como en un capullo, sin actos de caridad. Uno tiene que ceder su tiempo, su ocio y de hecho incluso dar la vida de uno por vuestros hermanos y hermanas, que están ahí fuera en el desierto, y que también están en mucha necesidad de conocer el Amor de Dios.
Hace algún tiempo recibí una postal de un sacerdote. En la postal estaban impresas estas palabras: «Sal de tu camino para ser considerada, sal de tu camino para ser amable, sal de tu camino para hacer favores, y hazlos sin pensarlo dos veces.» Así pues, sigamos todos nosotros también estas inspiradas palabras. Sí, si amáis a vuestro prójimo como a vosotros mismos, saldréis de vuestro camino para alcanzar a cualquier alma que necesite conocer que Jesús también lo ama.
Así que dejad de tener miedo. Salid y evangelizad probando vuestra fe al evangelizar. De esta manera glorificaréis a Dios. Muchas veces me ha dicho Dios: «¡Sé Mi Eco!». Hoy yo os digo: «copiadme». Pues siendo el eco del Eco, estáis haciendo eco de los mensajes de Dios, como yo lo he hecho, y recordad siempre nuestro lema: pagar el mal con amor.
Si os dejáis guiar por el Espíritu no estaréis en peligro de caer en las tentaciones o desviaros. Si alguien va a morder a otro y hacerlo pedazos, dice San Pablo: «Mejor que hubieses vigilado o destruirás toda la comunidad». Pues esta clase de espíritu no viene de Dios. Lo que trae el Espíritu es muy diferente: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, confianza, gentileza y autocontrol. Así pues, abandonémonos al Espíritu Santo y dejémosle a Él ser nuestro director y nuestro guía.
Tenemos más revistas y boletines que el año pasado, lo que es un signo de buen fruto. Tenemos este año muchos más grupos de oración que el año pasado, y esto es también un buen fruto. Y lo que tengo son más invitaciones para nuevos países que quieren oír los mensajes. ¡De quién pensáis que viene todo esto sino de Nuestro Señor mismo que nos da Su Mano Poderosa cuando estamos abiertos a Él y hacemos Su Voluntad!
Como me dice Jesús: tu carrera no ha acabado, y lo mismo os digo yo también, vuestra carrera no ha terminado. Esa milla que yo tenía que hacer con Él de la que me habló hace algún tiempo, parece que se ha alargado, como un elástico, y se ha hecho ahora interminable. Aquí estoy pues, asiéndome al doble de su toga mientras que Sus Pasos se hacen más rápidos por minuto…
No olvidéis nunca que el Señor está a nuestro lado. Él siempre ha estado junto a mí y me ha dado Su poder en los días de persecución y con los que contestan todo lo que hago o digo. «Yo creí y por lo tanto hablé» (Ex 34,33). Dios nunca me fallará sino que me dará siempre el poder para que a través de mí la totalidad de Su mensaje pueda ser proclamado para que lo oiga todo el mundo. El Señor siempre me rescatará con Su Mano Poderosa de toda tentativa maligna contra mí, y me llevará un día a salvo hasta Sus cortes celestiales. A Él sea la gloria, por siempre jamás.
Hagámonos pues dóciles como corderos, pues en esa docilidad sentiremos la presencia del Espíritu Santo. Su presencia será sentida dentro de nosotros como un fuego de amor que consume. Dejad que nuestro soberano dirija nuestras vidas y nos conduzca con hilos de amor para hacernos testigos del Altísimo y proclamemos sin miedo Su Palabra, haciéndonos celosos apóstoles de estos últimos tiempos. En un mensaje nos dijo Nuestro Señor:
«Estos apóstoles de los últimos tiempos acudirán a Dios su Padre y Dios su Padre acudirá a su espíritu, sus lenguas atravesarán a los enemigos de Mi Iglesia, como una espada de doble filo, desenmascarando sus herejías. Ellos no se tambalearán ni conocerán el miedo pues yo les daré un espíritu de valor… Ellos destruirán las herejías y edificarán en su lugar fidelidad y verdad».
Por lo tanto, sumerjámonos en el Corazón de Jesús y María y saquemos fuerza de estos Dos Corazones para salir al mundo y ser los guerreros en esta batalla del fin de los tiempos, para proclamar sin miedo la Palabra de Dios, para proclamar la Verdad. Amén.