22 de octubre de 1996
Señor mío,
Vigilante de mi alma,
Guardián de mi corazón,
Salvación de mi espíritu,
ven a quemar en mí, hasta la raíz,
todo lo que no seas Tú.
Pasa a través de mí
para revivir lo que está muerto.
Gobernante de Bondad,
Justicia e Integridad,
¡Háblame a mí, Tu hija!
Hija de Mi Iglesia, si tú permaneces obediente a Mi Iglesia, no Me fallarás… Confiesa tus pecados a menudo, admitiendo que eres una pecadora, a fin de que la Víbora, el padre de la mentira, sea incapaz de engañarte… Con tu arrepentimiento siempre producirás el fruto apropiado: el fruto del amor; así pues, ven y crece en Mi Amor… Ven ahora y escribe Mi Mensaje:
Yo te digo solemnemente que el hombre que se lanza voluntariamente a los pies de la Bestia, adorándole y aceptando sus reinos del mundo, será arrojado al fuego del infierno. Quiero que ruegues por esas almas, hija, pues son tan preciosas para Mí como lo eres tú. Mira, hija, aunque sean tus enemigos, debes rezar por ellos para que sean liberados. No se dan cuenta de que, haciéndose amigos del mundo, hacen de Mí, su Dios, su enemigo. Por eso Mi Ley, Mis Preceptos y Mi Tradición no les atraen…
Cuando fui conducido por el Espíritu al desierto para ser tentado por el demonio, y el demonio Me mostró desde una montaña muy alta todos los reinos del mundo, ofreciéndomelos todos si le adoraba, Yo repliqué: “¡Márchate, Satanás! Porque las Escrituras dicen: “Sólo al Señor tu Dios adorarás, y sólo a Él servirás”.
Hoy, para Mi gran pesar, una enorme población, de todos los países, está siendo arrastrada a adorar a la Bestia, que se ha convertido para ellos en su gobernante y su dios, pues han aceptado sus reinos y su lujo. Se han convertido en los traficantes de la tierra. ¡Sí! Han puesto todo su afán en los frutos del mundo. Engañados por Satanás, promueven el error, obsesionados con sus pecados, promueven el liberalismo y cosas similares, desafiando la Verdad y la Tradición de Mi Iglesia. La Mentira está desafiando a la Verdad…
Así pues, quiero que ruegues por ellos, hija, pues Yo los amo también. Ora, porque están bajo la influencia de fuerzas malignas. Esos oscuros poderes del inframundo los están engañando e interfiriendo en su ministerio sacerdotal… Estos poderes malignos del infierno están tras Mis almas consagradas para arrastrarlas a creer lo que no es cierto. Tú eres bien consciente de la profundidad de Mis Heridas y Yo te he permitido saber cuánto sufro, vertiendo lágrimas de sangre por tus ojos1. Cómo podría Yo no sufrir cuando veo a los Míos propios, a los que amo tiernamente, tan completamente engañados y aceptando este veneno mortal… Por eso te estoy diciendo con insistencia: ruega por ellos, y considéralos como hermanos tuyos que necesitan corrección.
Hoy, este veneno mortal está afectando a Mis almas consagradas. Éste es el humo que ha penetrado en Mi Santuario. Están quebrantando la Ley de Mi Iglesia2 y su pecado los condenará, a menos que se arrepientan. Ellos son ahora la gangrena de Mi Cuerpo, que escuchan Mi Palabra, pero no la obedecen. Nadie puede imaginarlos irreligiosos cuando los ven, pero tú siempre los conocerás por su fruto, que es la desobediencia.
Desobediencia a esta3 Ley de Mi Iglesia.
Desobediencia al Vicario de Mi Iglesia.
Desobediencia a la Tradición de Mi Iglesia.
Desobediencia a Mi Ley entera.
Frenéticos perseguidores de Mis mensajeros, que les dejan al descubierto a ellos y sus planes ante el mundo entero, promotores del liberalismo. Perseguidores de Mis Abeles4, que se les oponen y que instruyen a Mis corderos en la virtud, defendiendo Mi Ley. Es de éstos5 de quienes las Escrituras dicen: “Éstos son los que han guardado su virginidad6 y no se han mancillado con mujeres. Siguen al Cordero adondequiera que vaya. Han sido redimidos de entre los hombres para ser las primicias para Dios y para el Cordero. Nunca permitieron que una mentira atravesara sus labios, y no puede hallarse falta alguna en ellos”7. “Ellos son los doctos que abastecen a Mis corderos con veracidad y que brillan con tanto resplandor como la bóveda del cielo, y con tanto fulgor como las estrellas, por toda la eternidad”8.
Los que producen el fruto de la desobediencia son una abominación viviente a Mis Ojos y una condenación a la manera en que desobedecen la Ley dada por Mi Iglesia…¡Ay de ese Día! ¡Ay, por Mi Día que se aproxima! Ese día será un día de gran dolor. Para los que no acatan la ley será el terror, porque Me pusieron a prueba a Mí, su Señor. Pero Yo te digo, los que apoyan a la Bestia caerán junto con su orgullo y su poder, y todo lo que tienen se deshará en polvo.
¿Por qué no Me escucharon cuando dije esta parábola a la gente? La parábola de los viñadores malvados9. Los escribas y los jefes de los sacerdotes que estaban allí, escuchándome, se enojaron inmediatamente, y si no hubiese sido porque temían al pueblo, Me habrían puesto las manos encima. Hoy sigo teniendo arrendatarios, que están en Mi Viña10, que actúan con los que les estoy enviando como los viñadores malvados. No sólo los maltratan, sino que estarían dispuestos a vender también Mi Sangre11. Oh, qué dolor, hija, qué agonía verlos posar como hombres devotos de Mi Ley. Pero Yo, que leo en su corazón, conozco el contenido de ese corazón…
¿Han mirado quién está a su puerta, llamando? Y sin embargo, ¿a quién han permitido sentarse a la mesa junto a ellos y compartir su comida? Han permitido que esas fuerzas malignas cenen con ellos y se sienten a su mesa, codo con codo. No han leído: “Fue la piedra rechazada por los constructores la que se convirtió en clave de bóveda”. Con esto, Yo os12 digo de nuevo que, el día que tropecéis con esa piedra, os haréis añicos. Todo aquel sobre el que caiga esa piedra, será aplastado.
Y tú, hija de Mi Iglesia, si los poderes malignos y todo el infierno están obrando contra ti, a través de ellos, es porque se han dado cuenta de que eres un peligro para ellos, y que Mis Mensajes referentes a la Bestia del Apocalipsis de Juan13, les señalan. Sí, te has convertido en una amenaza para todos esos poderes de las tinieblas, y Satanás llegará incluso hasta poner la naturaleza en tu contra. Este poderoso enemigo te está pisando los talones14, pero no temas, Mi Espíritu Santo, que vive en ti, es mucho mayor y mucho más poderoso que todo el infierno junto. Así pues, ve a llenar todas las naciones de Mis Palabras.
Déjame recordarte, queridísima alma, que Yo te he educado para que destroces la iniquidad y perturbes y derribes a todo espíritu maligno que encuentres en tu camino o en las ciudades a donde vayas a dar testimonio. Así que no te sorprendas cuando esos poderes del infierno aúnen fuerzas para tratar de impedirte que ejercites tu ministerio profético. Esos ataques te llegarán sin falta en cuanto se den cuenta de que estás totalmente encaminada a incomodarlos y a extirpar a muchos de ellos. Ciertamente te has convertido en una amenaza y en la principal preocupación del demonio, pues no sólo llevas Mi Palabra, que es Santa y te santifica, sino que también les aterroriza el poder de Mi Espíritu Santo que vive en ti, pues Mi Espíritu Santo da al mundo la plena convicción de que tú provienes de Mí, el Cristo…
Yo también te he educado para ayudar a reconstruir las ruinas de Mi Santuario y a plantar en este desierto. Así pues, no tengas miedo, “lo tedhal”15, Yo ya te he prometido que acabaremos tu misión, los dos de la mano, con éxito y con victoria.
Te he hecho fuerte para poder hacer frente a este poderoso enemigo. Te he otorgado el Espíritu de Fortaleza para que proclames Mi Palabra y Mi Tradición tres veces bendita, al máximo de tu capacidad. Y el poder que desciende benévolamente de Mi Espíritu te dará capacidad de expresión. Mi Espíritu será tu fuerza para que lleves las cruces con valor, hasta el final. Así pues, que Mi Palabra golpee a través de ti y atraviese todos los reinos del mundo, arrastrándolos a todos a la destrucción.
¡Sí! Yo continuaré utilizándote contra esos poderes malignos mediante Mi Espíritu de Fortaleza. Y además, en esta batalla, cuando de vez en cuando estés empapada en sangre por sus violentos ataques, Mi Madre y Yo te sostendremos. El látigo destructivo no te alcanzará. Yo, el Cristo, caminaré delante de ti para que, con Mi Cetro, pueda señalarte a los traidores de Mi Iglesia que necesitan tus oraciones.
Yo te animaré a perseguir a los pecadores, a los grandes y los orgullosos, a los hipócritas, los rebeldes y los oradores pomposos. Con Mi Cruz en una mano y el rosario en la otra, has de destrozar las herejías y edificar la Verdad y la Fidelidad en su lugar. Yo seguiré dándote la libertad de poder coronarme con tus frutos.
16¡Oh, esclavos de la Bestia! ¿Es que no veis cómo él17 os está llevando lenta y disimuladamente hacia vuestra destrucción?18 Pero por mucho que maquines hacer daño a Mi Iglesia y urdas tu plan, no puedes ni podrás triunfar. Yo seré al final el triunfador. Ya he desenmascarado a las naciones parte de tu plan, y el día que aparezca el Rebelde “ese día en que tú19 aparezcas, Yo desenmascararé ante las naciones todo tu plan de destrucción. Yo revelaré al mundo entero las intenciones de tu corazón…”
Ahora ve y recuerda a Mis hijos que Yo soy su Roca, y que nunca les fallaré. Les he avisado solemnemente antes, y seguiré avisándoles con persistencia.
Permaneced siempre fieles a Mí y a la Tradición de la Iglesia, permaneced fieles a la Institución de Mi Eucaristía, reconociéndome en Mi Cuerpo. Permaneced fieles a las enseñanzas de este Papa, que son sólidas porque están fundadas en la Verdad. Yo soy la Verdad. Hijitos Míos, no os extraviéis lejos de la Verdad, permaneced en la Verdad. Permaneciendo en la Verdad permaneceréis en Mí.
Tus Ojos, mi Señor, están vueltos hacia los reinos pecaminosos del mundo, para barrer a cada uno de ellos de la superficie de la tierra. Pero ¿habrá perdón para los que han sido tentados?
Si se arrepienten, reconociendo su pecado, y juran lealtad ante Mi Trono, recordaré el juramento que hicieron Conmigo cuando fueron ordenados, y los perdonaré con todo Mi Corazón. Vamos, no olvides rogar por esas almas…
Ven. En medio de tus persecuciones, Mi Padre en el Cielo te bendice para que te mantengas firme. En medio de tus pruebas, Yo estoy a tu lado para sostenerte. En tiempos de peligro20, Mi Espíritu Santo es tu Guía y tu Protector. Así pues, proclama Mi Mensaje con fe y con valor. Yo soy un Dios benévolo, que te ama. Y recuerda: ¡el consuelo se encuentra en Mí! IC.
