15 de julio de 1996
Dios mío, concédeme hablar
como la Sabiduría quiere que hablemos.
Otórgame, Padre,
las directrices de la Sabiduría,
a fin de que yo transmita
a mis hermanos y hermanas,
de buen grado y sin reservas,
las riquezas de Tu Reino.
1Hija Mía, te habla tu Padre, Yahveh es Mi Nombre.
Puesto que tu corazón suspira por pronunciar palabras de Sabiduría y entendimiento, para revelar Mi Santidad y las Riquezas de Mi Reino, Yo te concederé este favor para que multitud de naciones puedan escuchar Mi Voz y llegar a conocerme y comprender que Yo soy Padre. Sí, hazles saber que Yo soy su Padre y que todos vosotros sois la obra de Mi Amor.
Mi Yahveh es Grande
y sumamente digno de ser alabado, ¡sí!
¡Que mis labios tengan sabiduría
para pronunciar palabras
únicamente para Su Gloria;
que mi corazón sólo busque sano juicio
y mi mente absorba Su dulce conversación
para que Tu Amor, Padre,
que es tan alto como el cielo,
sea conocido por los desconocidos,
a fin de que también ellos se alegren
y caminen en Tu Presencia
por siempre jamás!
Sabed que cualquiera de vosotros que se vuelva hacia Mí con el único deseo de complacerme, con todo Mi Corazón, sí, con todo Mi Corazón, Yo le concederé Mis favores… Les revelaré Mi Imagen de Bondad para que terminen su viaje Conmigo. ¿No habéis notado cómo envío, desde los santos cielos, a Mi Espíritu Santo, portador de Sabiduría? Lo que parecía ser para todos vosotros Inaccesible e Inalcanzable2 será impulsado a descender sobre vosotros por Mi Buena Voluntad.
“¡Libéranos!”, suplicáis algunos de vosotros.
“¡Ven a fortalecernos, Padre!”, oigo como un grito de Mi creación.
“¡Envíanos pronto Tu Espíritu Santo, desde lo Alto!”, gritan otros en medio de su sed. O,
“¡Levántate! ¡sálvanos!”.
Ante estos gritos, dije: “Exhalaré un perfume3 como de incienso sobre Mi creación. Esparciré Mi perfume como nunca antes en la historia. ¿No habéis leído ?4 “Yo, como canal de un río, como acequia que cruza un jardín, voy a regar Mi huerto”. Me propongo empapar Mis macizos de flores. Y mirad: Mi canal se ha convertido en un río y Mi río se ha convertido en un mar. Ahora haré brillar la disciplina, y enviaré su luz por todas partes. Derramaré enseñanzas como profecías, como legado para todas las generaciones futuras. Y Mi pueblo dirá: ‘¡Mira! ¡Mira cómo avanza nuestro Padre como las nubes! ¡Mira cómo está derramando Su Espíritu Santo con una Bendición!’ ”5
Yo quiero sanar vuestra deslealtad, quiero sanar vuestra apostasía y daros a todos un corazón puro, para que no tengáis que evitarme por vergüenza. Muchos de vosotros quedaréis espantados, perplejos y estupefactos, otros albergaréis dudas en vuestro corazón, otros endureceréis vuestro rostro más que una roca ante la Poderosa Presencia de Mi Espíritu. Sin embargo, únicamente estoy cumpliendo la Promesa de Mi Hijo…
Y cuando la gente te pregunte: “¿Quiénes son esos que vuelan como una nube, como palomas hacia su palomar?6, respóndeles, diciendo: “Estos son los hijos e hijas que han encontrado la libertad en el Espíritu. Son los que clamaron a su Padre: ‘Padre mío’, y que van a adornar de nuevo Su Santuario y se alimentarán ahora de la Abundancia de Su Espíritu Santo. Son los que el Padre ha bendecido. ¡Sí! El Espíritu Santo, el Dador de Vida, será su esplendor, y ellos continuarán siendo amamantados con las Riquezas de Su Espíritu Santo…” Esto es lo que dirás a Mi pueblo…
Ven.