12 de mayo de 1993
(Tel Aviv – Israel)
Señor, haz que mis oídos estén alertas,
que mis ojos perciban,
y que mi corazón sea sensible
como el de un discípulo,
para que pueda absorber Tu Espíritu.
Fíjate, te lo estoy dando todo: un corazón sensible, una mente de discípulo y un anhelo de complacerme. Permíteme utilizarte de esta forma. Ahora ya no deberías estar perpleja: todo esto lo hago Yo para Mi Gloria… Quiero que tú y otros compartáis un día Mi Gloria Conmigo… Por lo tanto, permanece en Mi Amor, hija de Mi Luz.
Señor, Te agradezco que me hayas invitado a Tu patria.
Me complació tenerte en los lugares en que estuve antes. Creo que sabes lo que más deseo de ti… Sí, Vassula, ¡quiero que Me traigas almas para que Mi Aliento las reviva! Acaríciame con tu amor, acaricia Mi pesar, acaricia Mis dolores, acaricia Mi Corazón traspasado. Ven a Mí y seca Mis Lágrimas de Sangre.
¿Hija? Ora junto a Mi Corazón y susúrrame tus oraciones. Realizaré Mis planes en ti con todo poder, puesto que tú Me has dado tu ‘sí’. Todo lo que pido ahora de ti es amor, obediencia y tu corazón. IC.