15 de octubre de 1992
(Habla nuestra Santa Madre.)
(Yo me había unido a los peregrinos que iban a Polonia, Checoslovaquia, Rusia y Roma.)
La paz esté contigo, Vassula Mía. Recuerda que Yo estoy conduciendo esta peregrinación.
Todo lo que te pido es que escuches a Jesús y dejes venir todo lo que se te presente. Permite que Jesús obre y hable a través de ti. Pequeña, aún no has comprendido cuánto te ama Jesús. Bendícelo. Mi Corazón está verdaderamente unido al Suyo y al final Nuestros Dos Corazones triunfarán.
¿Nosotros?
Sí, ¡Gloria a Dios!