12 de julio de 1991
¿Señor mío?
Yo Soy.
La paz esté contigo. Que Me alegre al sentir que tienes los oídos abiertos para Mí. Alma, siente Mi Presencia. Yo Soy está contigo cada minuto de tu vida. Vassula, dime: ¿eres feliz estando Conmigo de esta manera?
Sí, Señor mío, y Te bendigo.
Deléitame y trata de seguir Mis Labios cuando te hablo, cuando Me inclino sobre ti, cuando te miro. No finjas que no estoy ahí. Flor, levanta hacia Mí tu cabeza y absorbe Mi Luz.
Yo te embelleceré, revitalizaré tu tallo. Paz, te doy Mi Paz. Permíteme utilizarte como Mi tablilla sólo durante un poco más de tiempo, luego… luego, Yo, tu Salvador, te arrancaré y te trasplantaré a Mi Jardín para siempre jamás.
Yo, vuestro Redentor, resucitaré muchos corazones para que Me adoren. Ora incesantemente, conversa Conmigo, bendíceme a menudo por todo lo que Yo te estoy dando. Puesta a prueba, lo serás siempre. Eso, amadísima Mía, es para tu crecimiento. Quiero estimular tu deseo de Mí, tu sed de Mí y, ¡ah… qué no haría Yo por tu alma para perfeccionarla! Aunque tuviera que hacerte sufrir cien azotes, hasta llevarte casi a la muerte para la perfección de tu alma, lo haría sin dudarlo, para salvarte.
Señor, ¡esto podría quizás conducir a un alma a estar al borde de abandonarlo todo!
¿Estás dudando de Mi Sabiduría?
No, pero quizás algunas almas no sean capaces de asimilar todo esto.
Yo conozco la capacidad de cada alma, así que confía en Mí. Recuerda una cosa más: ¿quieres glorificarme?
Sí.
Para glorificarme debes pasar por Mi Crucifixión. Necesito almas víctimas más que nunca. Ora más a menudo y pliégate a Mis demandas. Abandónate a Mí y ofréceme tu voluntad para que pueda llevar a cabo Mis Obras Divinas en ti. Lleva Mi Cruz cuando Yo esté cansado y consuela Mi Corazón que sufre por falta de amor.
Abba está cerca de ti todo el tiempo. Deléitame bendiciéndome.