14 de abril de 1991
“Bendito sea Yahveh
que me ha brindado
maravillas de amor”1.
La paz sea contigo. Ahora, dime, alumna: ¿estás contenta de tenerme como tu Director Espiritual?
Sí, Señor, más que contenta. ¡Estoy aprendiendo muchas cosas directamente de Tu Boca, y otros también lo están aprendiendo!
¿Quieres escribir?
Estoy dispuesta a servirte,
Dios mío,
prepárame y abre mi oído
para oír sólo Tu Voz.
Entonces, escúchame:
Benditos los que trabajan por la Paz: prosperarán en Mi Paz e irradiarán Mi Luz por siempre jamás.
Benditos los compasivos: verán la Misericordia en el Día del Juicio.
Benditas las almas generosas que comparten Mi Cáliz: serán llamadas herederas de Mi Salvación.
Benditos los que se desposan Conmigo: ese mismo gozo que siento Yo como Esposo, lo sentirán también ellos el día que se encuentren Conmigo cara a cara.
Benditos seáis los que no habéis aceptado ningún otro testimonio más que la Única y Sola Verdad, que Yo Mismo os he dado. Yo os digo: ¡Venid! Entrad en Mi Reino y compartid Conmigo todo lo que Yo tengo.
Benditos los que no se diferencian entre sí bajo Mi Santo Nombre, sino que muestran su unidad mediante su humildad y su amor: serán llamados Pilares y Cimientos del Santuario de Dios.
Benditos vosotros que creéis sin haber visto: alegraos por la Gracia que habéis recibido de Mi Padre, y orad por los que aún no han recibido esa Gracia.
Benditos los que aceptáis ser flagelados, humillados y clavados Conmigo en la Cruz, y lleváis las marcas de Mi Cuerpo en el vuestro: vuestro aposento en el Cielo se abrirá para recibiros y vuestra recompensa será grande. Benditos los que conservan Santo Mi Nombre: cuando llamen y pidan en Mi Nombre, Yo los escucharé.
Benditos los pequeños que Me alaban y Me adoran: haré grandes cosas en ellos.
Benditos los fieles que observan Mis Mandamientos y no cambian de las Escrituras ni una coma de lo que ha sido escrito: suyo es el Reino de los Cielos.
Benditos vosotros, Mis corderos, que sois perseguidos por lobos voraces como presas de caza, por Mi causa: porque Yo he compartido a vuestro lado vuestra comida, os digo que todos vuestros sufrimientos no son en vano. El Padre ve todo esto y toma nota de los actos de cada uno. Lo que les sucedió a Sodoma y Gomorra no será tan duro como lo que les sucederá a ellos por haber perseguido a Mi Espíritu Santo.
Por lo tanto, permaneced despiertos, porque nadie sabe el Día ni la Hora de Mi llegada; vuestro Rey llegará pronto. Aquel que habéis estado esperando tanto tiempo llegará repentinamente sobre vosotros. Así que, ánimo, bienamados. Ciertamente el humo del demonio ha penetrado en Mi Santuario, pero ¿qué humo dura para siempre? Yo, con el Aliento de Mi Espíritu Santo, disiparé y alejaré ese humo, y ninguna autoridad ni ningún poder de abajo podrá intervenir.
Vengo a traer Fuego a la tierra y a purificar nación tras nación. Benditos seáis.