17 de enero de 1990

La paz esté contigo. Flor Mía, permíteme utilizar hoy tu mano para escribir Mi Mensaje1. Os doy Mi Paz. Amadísimos, os he levantado para utilizaros como medio para dar a conocer Mis Mensajes por todo el mundo. Os he levantado para hacer de vosotros altares vivientes, comunicándoos Mi Llama. Os he levantado para transfiguraros en templos vivos. Mi Gracia está sobre vosotros, Mis Ojos no se apartan nunca de vosotros. Venid a extraer de Mis Riquezas. Venid, complacedme diciendo estas palabras:

“Bendito seas, Señor,
todo Misericordioso.
Toda la grandeza, el poder, y el esplendor
son Tuyos. Tuya es la soberanía
y Tú eres el Soberano de todo y sobre todo.
Por Ti y a través de Ti
descenderá la Unidad como un relámpago
para honrar y glorificar Tu Cuerpo.
Amén.”

Y Yo os digo que, en la Unidad, seréis como vasos portadores de Mi Luz, proclamando Mi Reino y enseñando la Verdad con toda libertad y sin obstáculos de nadie.

(Anota unas líneas más para Mis elegidos).

Estad preparados para algunas tribulaciones más. Yo estoy delante de vosotros para abriros el camino, así que no temáis. Muchos se escandalizarán, pero el que proclama la Verdad jamás está exento de pruebas. Vuestros opresores os rodean, pero ¿habéis sentido a alguno? Yo os digo que aun antes de que os alcancen, Yo los disperso. Yo, el Señor, camino a vuestro lado.

Escuchadme: para uniros, todos tenéis que ceder. No debe haber competencia entre vosotros, ningún engreimiento, sino que cada cual ha de desdibujarse. Yo soy Divino y divinos deseo que seáis. Amadísimos Míos, debéis doblegaros todos, puesto que todos compartís Mi Espíritu. Yo, el Señor, os bendigo.

¿Jesús?

Yo soy.

Yo, Jesús, te amo, hija. Dime, si Yo no hubiera venido a ti de esta manera, para salvarte, ¿estarías esperándome, sirviéndome? Y si Yo no te hubiera levantado, ¿te habrías dado cuenta de todo lo que sucede en Mi Iglesia?

No, no Señor, pero yo no soy digna de haber recibido todo esto.

Flor, aunque seas indigna, Yo estoy aquí contigo para bendecirte y atraerte a lo más profundo de Mi Corazón. Aliméntate de Mí de esta manera. Recibe Mi Paz.

Alza tus ojos hacia Mí

y Mi Santo Rostro brillará sobre ti. Yo te he ungido para ser una de Mis esposas. Te he elevado para que seas Mía. El Amor te ama… Te he impregnado de Mi delicada fragancia, he esparcido Mi fragancia hasta tus amigos. Te he adornado con Mis joyas para que te asemejes a Mí. Te he atado a Mí.

Alza tus ojos hacia Mí

y mira Mi Santo Rostro. Yo soy tu Salvador que te ama. Acepta mi modo de guiarte. He trazado Mis Planes mucho antes de que nacieras. Ayuna, amada Mía, mortifica tus sentidos, repara por aquellos que Me hieren.

Alza tus ojos hacia Mí

y siente cómo Mi Amor te envuelve y te consume. Expía por los demás para complacerme. ¡Mira! Yo soy Quien más te ama. ¿Resistirías Mi llamada? ¿Te resistirías a Mí? A Mí que te he llamado por tu nombre y te he modelado a Mi Imagen, a Mí que te he resucitado de entre los muertos y he liberado tu alma de las regiones subterráneas.

Alza tus ojos hacia Mí

y mira a tu Rey que ha adornado tu desnudez con Sus Bendiciones. Te he desposado Conmigo y te he educado con Sabiduría. Ah, Vassula, alumna Mía, alégrame y comparte Conmigo.

Alza tus ojos hacia Mí

y mira a Quien te ha salvado. Yo soy Aquél, Aquel que te ha creado.

Alza tus ojos hacia Mí

y mírame. Yo soy Quien te ha revelado Mi Santo Rostro. Yo soy Quien ha hecho florecer tus sentidos. Yo soy el Señor que te ha mirado y valorado, y derramado en ti Mis Enseñanzas. Observa Mis Labios2… De estos mismos Labios de tu Dios has aprendido todo lo que sabes hoy. De los Labios de tu Dios has recibido el dictado, y todo el Conocimiento que tienes procede de Mí. Yo soy tu Educador, ¿estás dispuesta a que te lleve caminando sobre Mis Huellas hasta el fin?

¿Me permitirás hacer eso?

De Tu propia Mano he recibido Alimento,
sin ningún mérito.
¿Quién soy yo para haber sido colmada de tales gracias?
Todo viene de Ti.
De Tu propia Mano he recibido esos dones.
Te bendigo, oh, Señor.
Exultaré y me alegraré en Tu Amor
y Te seguiré fervorosamente, con más determinación aún,
hasta el final.

Entonces toma Mi Cruz de Amor y de Paz y continuaremos juntos. Recuerda, amada Mía, que Yo estoy todo el tiempo junto a ti. Recuerda Mi Santidad para que puedas caminar santamente. Ofréceme tu miseria y Mi Alma te sosegará. Tu Salvador está a tu lado. Yo soy Quien levanta a los pobres del polvo. Sabes, Vassula Mía, es por la fe y la confianza en Mí por lo que te he hecho entrar en este estado de gracia.

(El Señor quiere decir que me he acercado a Él con Su Gracia y por la fe, mediante una fe de niño.)

Yo, Jesús, te amo. Deléitame siempre.


1 Mensaje para ser leído el 18 de enero de 1990, primer día del novenario para la Unidad de los Cristianos, y mi cumpleaños.
2 Jesús dijo esto señalando Sus Labios con dos dedos.