1 de junio de 1988
(Hablando de nuestro Padre del Cielo con una joven griega, me vino a la boca, de nuevo, la palabra “Abba”, “O Babas” en griego.)
Vassula, llámame “Baba”. Recibo con amor esa palabra, esa forma de llamarme. Yo soy tu Padre Celestial.
¿Nosotros?
Sí, Señor, para siempre.