31 de agosto de 1987
Vassula, en el silencio de la noche, vendré. La hora está cerca. No estás sola. El mundo parece olvidar Mi Presencia. Yo soy Dios, pero ¿cuántos piensan en Mí? Muy pocos.
(Vi una noche estrellada, silenciosa y, detrás de esas estrellas, los Ojos de Dios sobre nosotros.)
Permanece en vela, porque en esta quietud de la noche, descenderé. He trazado Mis planes antes de crearte, pequeña. Te elevaré hasta Mí para mostrarte algo.
Ahora, bienamada, descansa.