Quiero dar una calurosa bienvenida a todos los aquí presentes; tenemos entre nosotros a nuevos y distinguidos huéspedes que se nos unen por primera vez y a los que todos les decimos: El Salaam aleikum y Shalom. Nosotros, la gente de »La Verdadera Vida en Dios» estamos a la búsqueda, tanto como vosotros, de la reconciliación, la paz y la unidad, con sincero amor fraterno.

Nos hemos reunido por primera vez aquí, en Rusia, para unir nuestras plegarias e implorar al Dios Todopoderoso que ilumine nuestro camino, a fin de ofrecer nuestra especial contribución – que será acorde con la Voluntad de Dios – sobre el tema: »Cómo superar nuestras divisiones».

El diálogo interreligioso ha sido siempre una fuente valiosa en sí misma, porque reúne a personas de credos diferentes, de mentalidades y tradiciones diferentes, de nacionalidades diferentes, para descubrir, estando juntos, elementos que puedan acercamos espiritualmente y sobre los cuales podamos construir un diálogo común. Los diálogos que vamos a compartir estos días no deberían quedar sólo entre nosotros, sino que deberíamos llevarnos de vuelta a casa lo que más ha conmovido nuestro corazón y transmitirlo a nuestra propia gente, para enseñarles y educarlos.

Es nuestro deber para con Dios el recordarles, ante todo, que Dios es Omnipresente, aún ahora, que Dios es el Amante de la humanidad, de Su Creación. Que nuestro Dios es misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad. Debemos repetirles continuamente que nosotros, como hijos de Dios, tenemos que vivir en paz, porque Él es un Dios de Paz, no de Guerra. También debemos insistirles que todos provenimos de Una misma Fuente, que es Dios, Nuestro Padre.

En la tierra todos vivimos bajo el mismo sol que Dios ha creado; vivimos bajo la Luz de Dios y por lo tanto somos una única gran familia viviendo en este hermoso planeta que Él ha creado para nosotros y que nos lo ha dado de regalo. Por lo tanto, no importa qué credo practicamos o de qué parte del mundo hayamos llegado. Los que pertenecen a diferentes religiones no son menos criaturas hechas a Imagen de Dios, y destinadas, en último término, a vivir en la Casa del Padre.Y como seres humanos, todos tenemos las mismas necesidades básicas: todos buscamos la felicidad, todos queremos tener buena salud, todos necesitamos ser amados. ¿Quién de nosotros no aprecia la paz? ¿Quién de nosotros no es feliz cuando tiene buena salud? ¿Quién de nosotros se opone a ser amado? Nadie.

Aunque aquí somos pocos en número, cuando volvamos a casa deberemos actuar como la levadura, difundiendo la paz donde haya caos, el amor donde haya odio, la unidad donde haya división, y así estaremos reflejando la Imagen de Dios alrededor del mundo. No debemos permanecer apáticos, preocupándonos únicamente por nuestros seres queridos, sino que debemos extender nuestro amor a los demás, a los que ni siquiera conocemos, y orar para que Dios dé un nuevo corazón a toda Su creación.

Por lo tanto, nuestra participación en estos encuentros deberá ser genuina, con el propósito de promover el entendimiento y el respeto mutuo por las tradiciones religiosas de cada uno, y abstenerse de denigrarlas. Con esto, Dios estará de nuestro lado y ganaremos el trofeo, que es: la reconciliación, la paz y el amor. En nuestras Escrituras está escrito: Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, aún está en tinieblas. (I Jn 2-9)

Así que pidamos a Dios que cree en nosotros un corazón limpio para obtener la Sabiduría que viene de Él, a fin de que nos conduzca a Su Luz y a la santidad para ser dignos ante Sus Ojos. Dios nos está pidiendo que nos hagamos reparadores de brechas y pacificadores, sembrando semillas que darán frutos de santidad.

¡Debemos ser como una ciudad construida sobre una colina, que no puede pasar desapercibida! Sólo podemos ser así si nos hacemos semejantes a un olivo que crece en la Casa de Dios, y ponemos nuestra confianza en el amor de Dios. Ruego para que el Dios Todopoderoso de la paz, nos haga estar dispuestos a hacer Su Voluntad en cualquier clase de buena obra; y nos convierta a todos en lo que sea aceptable para Él. ¡Bienvenidos!