Queridos hermanos y hermanas todos en los Corazones unidos de Jesús y María:

El 4 de abril de 1987, Jesús le habla con dolor a Vassula así:

“Mi cuerpo está cansado y herido, Mi cuerpo necesita descansar y sosegarse”.

¿Te refieres a la Iglesia, Señor?

-Si, Mi cuerpo es la Iglesia, Vassula, deseo consolidar Mi Iglesia, deseo unir a todos Mis Sacerdotes como un ejército, un ejército de salvación Mis ovejas están dispersas, todos los Sacerdotes deben unirse.

-Dios Mio, personalmente estoy bautizada como greco-ortodoxa, ¿A quién te refieres, Señor? ¿A los Católicos, a los Protestantes, o a otras religiones o sectas? Si me atrevo a preguntarte esto, es porque existen.

Oh Vassula, Vassula. Yo soy uno, Yo, Dios soy uno. Mis hijos han sido todos creados por Mi Mano, ¿por qué están todos mis hijos dispersos? Yo deseo la Unidad. Quiero que mis Hijos se unan. ¡Yo Soy un solo Dios y deben comprender que la Santísima Trinidad está toda en Uno! El Espíritu Santo, el Padre Santo y Jesucristo, el Hijo, los tres son Uno. Vassula, aférrate a Mí, aprende de Mí.

-Dios mío ¿Y qué significa la luz?

-Yo Soy la Luz, Yo Soy uno”.

La nueva Beata mexicana, Concepción Armida, mística, esposa, viuda y fundadora del Apostolado de la Cruz, que consagró su vida por los Sacerdotes, en sus confidencias con Jesús, recogidas en su Obra “A Mis Sacerdotes”, profetizó hace más de 90 años lo siguiente:

“Si el Sacerdote tiene tan alto origen, nada menos que en el seno amoroso de la Trinidad, tiene el deber ineludible de la unidad, simplificándose en mi Voluntad manifestada por los superiores, es decir por el Papa y los Obispos de quienes el Sacerdote depende.

Al Padre, debe el Sacerdote imitarlo siendo Padre, en su purísima fecundidad y caridad con las almas, con todas las cualidades de un Padre y del Padre que está en los cielos, en cuyo entendimiento fue engendrado.

Debe imitar al Hijo que Soy Yo, El Verbo hecho Hombre, transformándose en Mí, que es más que imitarme. Siendo otro Yo en la tierra, sólo para glorificar al Padre en cada acto de su vida y darle almas para el cielo.

Y debe imitar al Espíritu Santo siendo amor transfundiendo amor, enamorando a las almas para el cielo.Y debe imitar al Espíritu Santo siendo amor, transfundiendo amor, esparciendo y dando testimonio del Verbo por el amor y unificando a todas las almas en la Trinidad, que es amor en todos los visos, en todas sus infinitas consecuencias.

Unión: Solidaridad.. In judgments, opinions and desires, unifying all, minds and hearts in the Trinity.

En juicios, opiniones y quereres, unificando todo, entendimientos y corazones en la Trinidad.

Esto pido hoy en estas secretas confidencias de mi corazón, para que se remedien. Quiero abrillantar mi Iglesia con Sacerdotes santos, según el ideal de mi Padre, y en el molde Santísimo y perfecto de la Trinidad. Quiero, repito, una reacción poderosa en mi Iglesia, para gloria de la Trinidad y salvación de muchas almas que la esperan.

Tengo sed de ser imitado y amado así, como vengo explicando, y quiero obsequiar a mi Padre, delicia de mi Corazón, con Sacerdotes modelos, con Obispos transformados en Mí. (CC 49,362-382)”.

Finalmente me hago eco de un joven Místico, llamado Manuel de Jesús, quien también se ha consagrado por los Sacerdotes. En un llamado de Amor y de Conversión del Sagrado Corazón de Jesús, del 22 de junio del 2016, le dice:

“…El Sacerdocio es el Sacramento del Sacrificio y del Servicio. Cada hombre que escuchó mi llamado y respondió “FIAT” a mí invitación, recibe Mi Santo Espíritu, y con Él, la autoridad para actuar en Mí Nombre y servir a Mí pueblo “In persona Christi”.

Las manos ungidas de mis Sacerdotes han sido consagradas para hacerme presente en el altar y ofrecerme al Eterno Abba por las almas. El sacerdote, en el altar, deja de ser él para ser verdaderamente Yo, actuando y entregándome en sacrificio a Mí Padre.

Este hermoso Sacramento tan amado por Mí, es un Sacramento de servicio y de entrega, de Cruz y Oblación, de amor y reparación; Sacerdote y Eucaristía es unión Mística de cada alma Sacerdotal, porque sin sacerdote no habría Eucaristía y sin Eucaristía, ¿de qué se sustentaría Mi Iglesia? Hijo, este Sacramento nace de Mi Iglesia especialmente para la Eucaristía.

Ora por los sacerdotes para que aprecien y valoren este Ministerio – Sacramento que comparto con ellos”.

 

OREMOS

Padre Tierno y Misericordioso, Tu Hijo en su oración Sacerdotal, antes de padecer, te suplicó: “QUE TODOS SEAN UNO COMO TÚ Y YO SOMOS UNO, PARA QUE EL MUNDO CREA”. Hoy renovamos este deseo aquí, en este encuentro Ecuménico.

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS VENGA A NOSOTROS TU REINO EUCARÍSTICO, A TRAVÉS DEL TRIUNFO DEL DOLOROSO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, NUESTRA MADRE, EN LA DIVINA VOLUNTAD Y EL TRIUNFO DE LA CRUZ EN EL ESPÍRITU SANTO, EXTENDIENDO LA LLAMA DE AMOR SANTO Y DIVINO EN TODOS LOS CORAZONES. AMÉN, AMÉN.

 

Fr. Teófilo Rodríguez ¡Paz y alegría!