Encuentro Internacional de la Verdadera Vida en Dios en Tierra Santa

«Recuérdame a tus amigos.
Tus amigos son Mis amigos.
Paloma mía, cuéntales lo que dice su amabilísimo Padre: diles que, si permanecieran en Mí, en Mi Amor, su gozo sería completo y todo lo que emprendieran, por amor a Mí, en su trabajo, pero que no alcanzaran a completarlo o a tener éxito, debido a su fragilidad humana, Yo, como Padre, habiendo visto su nobleza de pensamiento, tomaría en consideración sus buenas intenciones por querer complacerme. Y así Yo, a mi vez, suministraría lo que les faltare, para que muchos creyeran en Mi Obra y en mi Divino Tema del Amor; lo creerían, no por ellos, sino por la evidencia de la Obra Perfecta que se realizará en Mi Divinidad.»

Una introducción


por Jonathan y Erwin

Más de doscientas personas recibieron la gracia de participar en el Encuentro Internacional de Oración por la Unidad de 1998, en el espíritu de la Verdadera Vida en Dios, en Jerusalén.

La reunión se llevó a cabo en el hotel Knight’s Palace Guest House, el 2 y 3 de mayo, dentro de las murallas de la Ciudad Vieja, a pocos pasos del Gólgota. Las charlas se impartieron en inglés, con traducción simultánea al francés, alemán, español, árabe y japonés. Diecisiete clérigos de las tres ramas principales de la Iglesia (católica, ortodoxa y protestante) estuvieron presentes.

Algunos habían viajado durante días, literalmente, para llegar desde Australia, Bangladesh, Brasil, India, Indonesia, Japón, Tailandia, México, Nigeria, Filipinas, Papúa Nueva Guinea, Perú, Uruguay, Estados Unidos, Canadá y Europa.

Estas personas compartían una cosa en común: los mensajes de la Verdadera Vida en Dios habían cambiado sus vidas y en respuesta, cada uno a su manera y por propia voluntad, alimentaban un deseo sincero de vivir y evangelizar con los mensajes dados por la Santísima Trinidad a través de Vassula.

El retiro de dos días se abrió con una solemne procesión, donde el clero y Vassula, acompañados por los rítmicos himnos cristianos locales, entraron en la sala de conferencias. Esto fue seguido por una breve introducción de cada sacerdote. Fue realmente inspirador y alentador ver que Jesús había reunido a clérigos de todos los rincones del mundo: católicos, ortodoxos rusos y protestantes.

Luego, Vassula llegó al podio con una gran vela encendida, que sostenía por encima de su cabeza, y saludó a la asamblea con las palabras griegas ‘Christos Anesti’ (Cristo ha resucitado). Los participantes ortodoxos de Grecia, espontáneamente, entonaron el himno tradicional de su vigilia oriental. Así se abrió, con mucha alegría e innumerables bendiciones del generoso Corazón de nuestro Padre Celestial, el Retiro y Peregrinación Internacional de la Verdadera Vida en Dios de 1998, en Tierra Santa. La efusión de gracias, sanación y conocimiento descendía sobre todos los presentes, aumentando de a ratos, cuando Vassula y los otros oradores invitados se dirigían a la reunión con sus inspiradas enseñanzas.

Durante los 2 días de reunión, seguidos de 5 días de peregrinación, los participantes de 36 países vivieron la realidad futura del cristianismo. Ortodoxos, católicos y protestantes rezaron juntos, concelebraron misa juntos y aprendieron juntos. La Unidad, como dicen los mensajes, era «en el corazón». Si hubiera una manera de transmitir la verdadera alegría, la real amistad en el Sublime Amor de Dios y la Paz que hubo en esta reunión, nuestro deseo sería utilizar esa manera. Creemos que esas presentaciones, inspiradas por Jesucristo y que contenían Sus palabras y las del Padre, podían ayudar a aquellos que tienen oídos para oír la verdad y avanzar en su vida espiritual.

Las circunstancias de esta reunión tan especial no fueron por coincidencia, pues Jesús nos asegura en Sus mensajes, que Su Divina Providencia provee de tales gracias. La importancia de Jerusalén, a través de la Historia de salvación, siempre está en la mente de la gente. Porque era hace casi 2000 años que «había hombres devotos de todas las naciones bajo el cielo … viviendo en Jerusalén. Y Pedro, lleno del Espíritu Santo, se puso de pie para dirigirse a la multitud. Citando al profeta Joel, Pedro dijo:

Sucederá en los últimos días, – dice Dios –
que derramaré Mi Espíritu sobre toda carne;
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas,
vuestros jóvenes verán visiones,
y vuestros ancianos soñarán sueños.
Y Yo, sobre Mis siervos y sobre Mis siervas derramaré
Mi Espíritu, y en esos días profetizarán.
Haré prodigios arriba en el Cielo y señales abajo en la tierra.

(Hechos 2,17-20)

Estas palabras eternas se están cumpliendo en nuestros días, en muchos lugares de la tierra. La reunión internacional de la Verdadera Vida en Dios en Jerusalén debe ser, sin duda, un hito significativo en el deseo de Jesús de llevar su Himno de Amor Divino a la humanidad en estos últimos tiempos.