En el nombre de Alá {Dios), el Benevolente el Misericordioso.

El amor es el sentimiento humano más sublime, y Dios ha privilegiado con ello a los humanos, distinguiéndolos de todos los demás seres…y con este amor el hombre transciende por encima de todos los demás seres.

Ef Cristianismo ha privifegiado a Dios con un nombre que ninguna otra religión Le ha dado, que es » Amor» . El discípulo de Cristo, Juan, dice en du primera epístola: «Dios es Amor»

Y el Islam, que llegó al pueblo como una guía a través del Profeta Mahoma – la paz esté con él – dice de Dios:

«El Más Benevolente, el Más Misericordioso, el más Clemente…» En el concepto islámico, Dios está más cerca de sus creyentes que «ia vena yuguiar·».

Este amor del que hablamos no es simplement e una idea religiosa que queremos destacar, sino una convicción moral arraigada en nuestra cultura y nuestra conciencia y, sin ese amor, no sabemos cómo el ser humano derivaría en esta vida.

Por mi parte, como especialista en Doctrina y Ley islámicas, considero que la vida es igual al amor y que ei amor es iguai a ia vida.

En mi exposición de hoy voy a evocar dos modelos de nuestro patrimonio espiritual:

El primer modelo es una mujer devota, una ermitaña; se llama Rabia AI-Adawiyya, que alcanzó en su amor por lo Divino un nivel sublime nunca visto en los anales de fieles y místicos. Algunas de sus palabras revelan el amor que llevaba dent ro:

rengo dos maneras de amarte:
Una manera egoísta
Y otra manera que es digna de Ti.
En mi amor egoísta me acuerdo de Ti, y sólo de Ti.
En el otro amor, levantas Tu velo
Y dejas que mis ojos se recreen en Tu Rostro Viviente.

No tengo alabanza por cosa alguna,

Sino que todas mis alabanzas son Tuyas por todo

El segundo modelo es Jala! ad-Din al-Rumi que puede compararse, en el Cristianismo, a San Francisco de Asís.

Jala! ad-Din al-Rumí es el padre de la orden musulmana sufí de los Derviches y dijo en uno de sus cuartetos:

Cuando mi pecho se inflamó del fuego del amor,

Su llama abrasó todo Jo que había en mi corazón.

Desdeñé la mente refinada, la escuela y los libros.

Entonces me esforcé en adquirir destreza en la poesía y aprendí a componer/a.

Y éstas son sus palabras acerca del Amor:

Si no Me encuentras en tu interior… nunca Me encontrarás.

Porque Yo estoy contigo desde el principio de los tiempos.

Si estás buscando a Dios, tienes un problema:

Dios está en ti y tú no lo sabes.

Tu apariencia visual, que crees ser tú, es limitada

Porque tu verdadero ser no tiene límite.

Lo que parece contradictorio…es armonía incomprensible

Tú eres el universo con su movimiento extático…

En el tercer milenio que estamos viviendo, este milenio trastornado de mil maneras diferentes por la ausencia de amor, encontraremos inspiración en el espíritu de amor, de pasión y de misericordia de estos dos amantes, para caminar con Dios pacíficamente y con tranquilidad de espíritu a fin de conseguir el nivel más alto de perfección en el amor, para no ver en el otro más que a un hermano, una hermana, a los que amar. Y antes de terminar mi alocución, quiero que penséis en la tierra y en la naturaleza, y en el amor a la tierra y a la naturaleza que son nuestro primer y último hogar.

 

Jeque lyad Abdallah

lmam, Conferenciante y Profesor

Miembro del Encuentro Espiritual Libanés Denominación Sunita – Líbano