por Vassula Ryden
a) La acción del Espíritu Santo
b) La renovación de la creación
c) El Gran Regreso
a) La acción del Espíritu Santo: Probablemente vosotros estáis todos enterados de la cantidad de mensajes que nos han dado acerca del Espíritu Santo en la Verdadera Vida en Dios. Es posible que sea porque nosotros hemos desatendido tanto al Espíritu Santo.
El Señor nos enseña mediante los mensajes que no hay otro modo para que el alma viva que en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un aliento de vida que respira en nosotros una verdadera resurrección en nuestra marchita alma, para una Verdadera Vida en Dios. Sin el Espíritu Santo nosotros estamos espiritualmente muertos. En el Espíritu Santo nos movemos, respiramos y vivimos como los peces que se mueven, respiran y viven en el agua. Si sacamos al pez del agua de la que extrae su vida, morirá y se secará. Y lo mismo pasa con nosotros en el Espíritu Santo. Esto es por lo que estamos llamados a unirnos con el Uno que es la Verdadera Vida, y el dador de Vida Que es el Espíritu Santo, el Uno que nos genera, nos renueva y nos revive en Cristo.
«El poder interior dentro de vosotros es Mi Espíritu Santo en quien respiráis y os movéis, sin dejar nunca de ser. El encanto interior, la grandeza, elocuencia y belleza en vuestro interior es Mi Santo Espíritu. La luz interior de vuestra alma es Mi Espíritu tres veces santo, que hace vuestra alma inmortal, llena de gracia, Mi cielo, Mi descanso y la perfecta morada para Mí, vuestro Dios, trino pero Uno en la unidad de la esencia. El intercesor interior dentro de vosotros que eleva vuestro espíritu en una nube y os pone en comunión con Mis Santos y Mis Ángeles es Mi Espíritu Santo… (9.1.96)
Sí, porque en el Espíritu Santo todo el cielo contempla la tierra, y escucha nuestras oraciones y las lleva a Dios. Yo he dicho muchas veces, y lo he aprendido de estos mensajes, que nosotros sólo podemos conocer a Dios mediante el Espíritu Santo, y esto no viene de nuestra inteligencia ni de nuestras mentes. Esto es por lo que Dios nos invita a hacer amistad con el Espíritu Santo para conocerle y cuando lo hacemos nos damos cuenta de que Él es el Árbol de Vida dentro de nosotros, nos damos cuenta que Él es Todo. Nuestra vida cambiará entonces haciéndose un festival permanente de alegría, porque la presencia del Espíritu Santo dentro de nosotros es alegría.
«El Espíritu Santo será la luz de vuestros ojos, el motivo de vuestro ser, el movimiento de vuestro corazón, la articulación de vuestra capacidad de hablar, vuestra risa y vuestra alegría. Él será el adorno real de vuestra alma, el guardián de vuestro espíritu. Él será vuestro himno, vuestro amén al Amén» (9.1.96)
El Señor nos dio el Espíritu Santo, y nosotros escuchamos el Tema de Amor del Señor, y de este modo olvidamos la tierra por la dulzura del amor de Dios. El amor de Dios es una llama ardiente de amor que no permite que los pensamientos carnales o terrenos penetren dentro de vosotros. Aquél que ha experimentado este amor tiene sed de él incansablemente, día y noche, y es arrastrado hacia él. En un pasaje aquí el Señor explica esto en unas pocas palabras. «La fuerza interior de Mi Iglesia es Mi Espíritu Santo, ese Fuego que os anima, os purifica y hace de vuestro espíritu columnas de fuego, braseros ardientes de amor, antorchas vivas de luz, para proclamar sin miedo Mi Palabra… (15.4.91)
El Señor nos ama y aunque nos creó del polvo nos adornó con el Espíritu Santo. Sin el Espíritu Santo no somos más que una mota de polvo pecaminosa flotando en este vasto universo. Esto es por lo que nos dice el Señor: «El poder interior de Mi Iglesia es Mi Espíritu Santo que os transfigura, os eleva y os convierte en verdaderas copias de Mí Mismo…» (15.4.91)
El Señor nos instruye mediante el Espíritu Santo y con Su purísimo Cuerpo y Sangre, y todo el que sigue al Señor es a semejanza de su Señor y Padre. El Espíritu Santo nos ha hecho parientes del Señor: El signo en nosotros de este parentesco es la paz de Dios que experimentaréis y el amor que tendréis para todos. Por tanto, Sin Dios no hay ni paz ni amor en el alma. Tenemos aquí un mensaje en el que se nos muestra como es este parentesco con el Señor: «Mi Santo Espíritu será vuestro hermano, vuestra hermana y vuestro fiel amigo» (9.1.96).
El Espíritu Santo no se revela a sí mismo a aquellos con orgullo intelectual, sino que se revela a los simples y a los pobres de espíritu. Pues el Espíritu Santo dice: «Yo te haré rico, por tu pobreza; fuerte a través de tu debilidad, celos y fiel mediante tu miseria; un altar vivo para Nuestra Santidad Trinitaria a través de tu nada» (17.7.96).
El Espíritu Santo nos ha dado a conocer la esencia de la vida eterna. La conocemos en parte: el Espíritu Santo es vida eterna. El alma vive en el amor de Dios, en la humildad y mansedumbre del Espíritu Santo. Pero nosotros debemos de dar al Espíritu Santo espacio en nuestras almas, tenemos que hacerlo, no sólo abrirnos, sino que tenemos que morir a nuestras pasiones y especialmente a nosotros mismos que obstruimos el paso al Espíritu Santo. Verdaderamente, el Espíritu Santo es vida eterna. El Espíritu Santo dice: «La libertad y el amor se encuentran en Mí. […] Yo soy como una tierra fértil, si siembras tus semillas en Mí, tu cosecha será: Vida Eterna, y el paraíso será tu hogar.» (17.7.96).
El alma es como una novia, y el Señor el Novio. Y ellos se aman uno al otro, y suspiran el uno por el otro. El Señor en Su amor anhela el alma, y se aflige si no hay lugar en ella para el Espíritu Santo; mientras que el alma, habiendo llegado a conocer al Señor, ansía de Él, pues en Él yace su vida y su alegría. El Señor en nuestros días nos dice cuán ansioso está el Espíritu Santo por hacernos Sus desposados.
«El Espíritu Santo como un Novio, aparece en vuestros días para cortejaros, seduciros y desposaros» (23.12.93).
Y como un Novio, el Espíritu Santo adornará a Su novia con Sus regalos: «Yo os llenaré con una variedad de dones de Mi Santo Espíritu. […] Venid y ganad la amistad de Mi Santo Espíritu para haceros colaboradores con Él, pues Él os iniciará benévolamente en Nuestros misterios abriendo vuestra mente y vuestros ojos para comprender y percibir lo Imperceptible que, sin embargo, se os ofrece de buena gana y sin coste» (9.1.96).
b) La renovación de la creación: En estos días Dios está enviando el Espíritu Santo sobre nosotros como nunca antes en la historia para renovarnos y abrir nuestras mentes, para barrer el moho que se ha incrustado en nosotros, para que podamos comprender y conocer a Dios y convertirnos en otro paraíso. «Sin Él (Mi Espíritu) incluso Mis discípulos nunca pudieron entender plenamente ni a Mí ni Mis enseñanzas. Pero en ese día en que regresé al Padre les envié al Paráclito para que les recordara todo lo que Yo les había dicho mientras estaba con ellos. Ahora estoy totalmente preparado para ir a vosotros, pero aún no habéis comprendido cómo ni de qué manera…» (10.12.95)
En muchos mensajes Nuestro Señor habla de una renovación que está a punto de venir por el Espíritu Santo y que vendrá mediante fuego: «Por esto, cuando veáis el cielo disolverse en llamas y a los elementos fundirse en el calor, sabed que ésta es la señal del comienzo de Mi Promesa, y de los Nuevos Cielos y de la Nueva Tierra: la renovación de Mi Iglesia, el resurgimiento de Mi Iglesia, el resurgimiento de vuestros corazones» (19.12.90).
Luego, en otro pasaje, el Señor nos explica el Capítulo 21 del Apocalipsis; lo que significa los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra. Sólo tomo unas cuantas líneas de un texto largo. Aquí Nuestro Señor compara nuestras almas con una tierra y un cielo. Esto es lo que dice: “Permite a Mi Espíritu Santo cultivar tu tierra y hacer un Edén terrenal en ti. Deja que Mi Espíritu Santo haga una Nueva Tierra para mejorar tu suelo en ti, a fin de que tu primera tierra, que era propiedad del diablo, se consuma. Entonces, Mi Gloria brillará de nuevo en ti y todas las semillas divinas plantadas en ti por Mi Santo Espíritu germinarán y crecerán en Mi divina Luz…” (3.4.95)
En cuanto a los nuevos cielos:«Mi Espíritu Santo, consorte de Mi Trono, brillará en tu oscuridad como un espléndido sol en el cielo, porque la Palabra te será dada para expresar pensamientos y discursos del modo que Yo desearía que tú pensaras o hablaras, todo lo expresado será de acuerdo con Mi Imagen y pensamiento. […] Y como las sendas de los que recibieron Mi Espíritu Santo serán enderezadas, así también serán su oscuridad y lobreguez iluminadas y restaurados, convirtiéndose en estrellas fulgentes que iluminen su oscuridad por siempre jamás…» (3.4.95)
«Aprende que sólo las semillas plantadas por Mi Espíritu Santo en ti pueden dar frutos en abundancia. ¡Sin estas semillas divinas tu alma seguirá siendo un desierto, baldío, y una tierra de sequía! Así es que di estas palabras: «Señor, danos Tu Reino para que podamos obtener incorruptibilidad y la divinidad, a fin de tener vida eterna. Amén.» (27.2.95).
Cuando el Señor habla aquí sobre el Reino, Él quiere decir que este Reino es Su Santo Espíritu: así, las palabras podrían ser: «Señor, danos Tu Santo Espíritu, para que podamos obtener incorruptibilidad y la divinidad para tener Vida Eterna”:
Y finalmente en cuanto a la Nueva Jerusalén, como nosotros somos la ciudad de Dios, seremos renovados en el Espíritu santo.
c) El Gran Regreso
Pero ¿cuál es de nuevo la esperanza del mensaje? La Esperanza es que podemos estar seguros de que Nuestro Señor derramará Su Santo Espíritu a toda la humanidad y nos llevará a unirnos completamente y que Su Retorno es inminente… Porque es inminente el Señor envía antes que Él a Su Santo Espíritu para preparar el camino de Jesús. A pesar de que ambos son perseguidos con frenesí y cazados, no temáis, Dios ejecutará Su Plan como Él ha predicho, porque el reinado del Reino de Dios está a la mano y en este reinado Su Voluntad se hará en la tierra como en el cielo.
«Mi Voluntad se hará en la tierra como lo es en el Cielo, y bajo Mi Santo Nombre muchas naciones vendrán desde muy lejos, desde todos los confines de la tierra, para morar junto a Mi Santo Nombre, ensalzando Mi grandeza por la divinidad que Yo os devolveré» (19.12.90).
Cuando Jesús habla de Su Regreso, Él además hace obvio que no se trata del fin del mundo. Así pues, ¿cómo se podría explicar Su Regreso? Cuando planteé la cuestión a Jesús de cómo vendrá, Jesús entonces sólo me dijo esto: «El Amor regresará como amor». El Espíritu del Señor es amor y para mí quería decir que el Espíritu Santo nos renovará como nunca antes en la historia, en un segundo pentecostés generalizado, y nos enseñará a vivir en el amor de Dios. Así entonces sólo fue una cuestión del Espíritu Santo como un gran regreso.
Aquí está el típico mensaje sobre Su Gran Regreso: «Mi Regreso es inminente y os estoy dando constantes signos para prepararos. El Amor está en la Senda del Regreso, Yo estoy en Mi camino de vuelta a vosotros.
Decidme, cuando un rey entra en una ciudad, ¿no se harán preparativos para recibirle? La ciudad entera será un alboroto, y el rey enviará delante de él a su elegido y a su corte imperial para preparar su camino y hacer rectas las sendas. Él enviará a sus mensajeros para anunciar su venida, y les dirá que griten con voz fuerte: «Aquí está vuestro Rey, vuestro Rey viene…»
Por esto es por lo que envío delante de Mí, antes de Mi Regreso, al Arca de la Alianza, la Mujer del Apocalipsis, la Segunda Eva, que aplastará la cabeza de la serpiente con su calcañar. Yo os estoy enviando delante de Mí a Mi Madre para abrir una vía espaciosa y la allane, en este desierto, y hagáis la paz Conmigo, vuestro Rey, antes de Mi Gran Regreso. […] Yo envío a Mis Ángeles para recordaros Mi Santidad, Mi Magnificencia y Mi Esplendor. Yo envío a Mis portavoces para que griten y proclamen sobre los tejados de las casas las bodas de Mi Espíritu Santo. […] ¡Pronto, ahora muy pronto abriré los cielos y bajará con toda Su fuerza!» (10.10.90).
Ahora, recientemente, el Señor me ha estado abriendo mi mente para comprender más cosas sobre Su Regreso. Llegué a comprender que no sólo sería que el Espíritu Santo nos purificará y nos unirá en Un Cuerpo y que viviremos bajo la Divina Voluntad de Dios, permaneciendo indisolublemente unidos a Él, y que Su reinado glorioso del Reino sobre la tierra pronto estará con nosotros, cuando Él dijo que: «Su Espíritu Santo de Gracia está siendo enviado a los cuatro extremos de la tierra para enseñarnos a ser santos y resucitarnos de nuevo en seres divinos, y que la tierra se convertirá en una copia del cielo, y así se cumpliría Su Voluntad, y que se realizaría la oración que nos enseñó recitar» (22.4.90).
Bien, no sólo será de esa manera, pero últimamente Dios me ha hecho comprender un sentido más profundo de Su Regreso.
Al principio pensé que debía guardar esta comprensión para mí misma y dudaba de compartirlo con vosotros hoy o con alguien, pero cada vez que pienso en ello, mi corazón salta de alegría, y en esta alegría yo reconozco la presencia del Espíritu Santo. Así que he decidido compartir lo que sé hasta ahora. Pero antes de expresarme me gustaría prepararnos con algunos textos de los 4 evangelios que están tomados tras la Resurrección:
(Mateo) «Mientras los once discípulos partieron hacia Galilea, a las montañas donde Jesús había arreglado encontrarles. Cuando ellos le vieron cayeron ante Él, aunque algunos dudaron. Jesús vino y les habló…»
(Marcos) «Al alba del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena… Después de esto Él se apareció bajo otra forma a dos de ellos mientras caminaban por el campo… Por último se apareció a los Once mientras estaban sentados a la mesa…»
(luego Él se apareció a los dos en el camino de Emaús y sabemos que se apareció a Pedro. Después se apareció a los Once.)
(Lucas) «Ellos estaban todavía hablando de todo esto cuando Él mismo se presentó ante ellos y les dijo: «¡La Paz sea con vosotros!». En estado de alarma y temor, pensaban que estaban viendo un fantasma. Pero Él les dijo: «¿Por qué estáis tan agitados, y por qué brotan dudas de vuestros corazones? Mirad Mis Manos y Mis Pies. Sí, Yo soy realmente. Tocadme y vedlo por vosotros mismos. Un fantasma no tiene carne y huesos como veis que Yo tengo… Así que les dijo: «¿Tenéis aquí algo para comer? Y ellos le ofrecieron un pedazo de pescado asado, que Él tomó y comió ante sus ojos.»
(Juan) (Con las puertas cerradas) Jesús vino y se plantó ante sus discípulos. Mostrando Sus heridas y pidiéndole a Tomás que tocase la herida de Su costado, para que creyese. Más tarde Jesús se mostró de nuevo a los discípulos. Fue junto al Mar de Tiberiades. Allí, Él además había preparado fuego para un pescado. Comió con Sus discípulos de nuevo.»
El Espíritu Santo me revela, pero sólo apenas, que el Regreso de Nuestro Señor podría ser muy similar a los textos que hemos compartido. Podría ser del modo como Él lo hizo antes. Tras Su Resurrección Él se apareció durante muchos días con Su Cuerpo glorioso a diferentes personas. Así, a mi parecer, Su Gran Regreso podría ser de un modo similar, pero más poderoso; por lo tanto el modo del Gran Regreso no sería algo nuevo ni tampoco extravagante.
Nosotros oímos a muchos teólogos decir que el Cuerpo Místico, que es la Iglesia, está atravesando una tribulación que se podría comparar a la Pasión de Cristo. El Señor mismo nos dijo que esto es así. Nosotros sabemos que después de la Pasión viene la Resurrección, y tras la Resurrección las Apariciones de Jesús. Así pues, ¿podría ser que el Gran Regreso que Jesús está anunciando venga de esta manera? ¿Se aparecerá con Su Cuerpo gloriosos, aquí y allí, un Cuerpo que puede consumir alimento y que sin embargo puede aparecer y desaparecer? Como la Hostia se multiplica así podría Él estar en todas partes y al mismo tiempo, y todos podrían verlo sin caer en éxtasis.
Yo quería compartir esto con vosotros, pero recordad: el Espíritu Santo sólo apenas me ha hecho aproximarme a los márgenes de lo que Él entiende con Su Gran Regreso. «El tiempo ahora está casi acabado. Yo vengo en vuestra ayuda. Yo vengo a vosotros, oprimidos. Por la ruta que vine, voy a regresar. Yo estoy viniendo, así es que ¡estad preparados para recibirme, oh, hijos! (22.7.92)
«Bienamados, permaneced vigilantes y despiertos y oiréis Mis Pisadas. La Palabra ahora está muy cerca de vosotros y en Su Camino de Regreso.» (19.12.90).
Y terminaremos compartiendo dos mensajes de Nuestra Bendita Madre: «¡Ecclesia revivirá! ¡Ánimo! Un bautismo va a llegar, y ¡qué bautismo va a ser! Jesús va a bautizar la tierra con Fuego- hasta entonces Yo seguiré apareciéndome. Por eso ahora es el tiempo del arrepentimeinto; ahora es el tiempo de la reconciliación… Dios pide a cada alma que se arrepienta. Haced sabed que sin fervientes oraciones no seréis capaces de ver el Reino de Dios- Su reino sobre la tierra está al alcance de la mano…» (23.4.93).
«La hora está cerca, en que una Luz brillará desde lo alto, y Nuestros Dos Corazones, como Dos Lámparas que brillan cerca una de otra, revivirán este mundo, llevándolo desde las tinieblas a la luz. ¡Estos Dos Corazones que el mundo combate prevalecerán al final! Y los reinos del mundo pasarán y serán reemplazados por el Reino de Mi hijo…¡todo esto está ya muy cerca de vosotros! Cuando salgáis de aquí, id con la paz del Señor y con Mi Paz.» Ecclesia revivirá. Amén. (29.11.92). 29.11.92