Hablar del amor divino implica entrar en la esencia de la religión y sus profundas dimensiones espirituales. El “amor” es el objetivo final de las enseñanzas de todas las religiones celestiales, resumida por el dicho islámico: “¿Acaso la religión es otra cosa que amor?” De hecho, esta afirmación resuelve la definición de religión, y la limita únicamente al amor.

Y no hay mejor que las palabras de Jesús – que la paz sea con Él -: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldigan, haced el bien a los que os odian y orad por los que os ofenden”. Estas palabras representen la cima de la elevación moral.

Son siempre las mismas enseñanzas, a pesar de sus muchas fuentes y ambientes culturales y sociales diferentes.

El amor en le era de la digitalización

En nuestro mundo de hoy, necesitamos hablar mucho sobre el alma, el amor, Dios y la religión, unas palabras que deben estar a la altura de todas las realizaciones del mundo actual.

Quizás nuestro cometido, que debemos desarrollar en el marco de la iniciativa de “La Verdadera Vida en Dios”, es mantener el ritmo con la era del desarrollo material a través del desarrollo espiritual, sin dejarnos distraer por asuntos de menor valor e importancia. Organizar nuestras prioridades nos hace considerar este tema como la más alta prioridad, y esto es una gran responsabilidad que puede ser asumida por el grupo de “La Verdadera Vida en Dios”, y todos estamos sirviendo a esta causa, principalmente la predicadora de Dios, la viajera por el mundo entero (Vassula Rydén), a la que debemos sus tremendos esfuerzos por un mundo de paz, prosperidad y amor.

Hermana Vassula,

Aunque soy un predicador de Dios al modo islámico, no puedo remediar el poner presión en sus manos para que avance en sus creativos y maravillosos proyectos, que me recuerdan las palabras del Mensajero de Dios, Mahoma: “Las personas mejores son las que son más útiles a las demás”. Si la considero una de las mejores personas, es porque es usted una de las personas más útiles a las demás.

Vassula: Podemos sentirnos cautivados por algunos conceptos de nuestra religión, o algunas de nuestras costumbres heredadas, o algunas de las limitaciones de nuestra sociedad, pero usted vive en medio del Espíritu, del amor, de Dios y de Cristo. Aspiramos a que usted intensifique sus esfuerzos, no porque nosotros seamos incapaces, sino porque nuestro planeta necesita esfuerzos como los suyos.

Queridos damas y caballeros:

Sean conscientes de que una de las plagas de la era moderna, con la que tendremos que enfrentarnos, o con la que ya nos enfrentamos, es una especie de superposición de todas las culturas, religiosas, sociales, culturales y políticas… El ser humano, en nuestra época ya no está satisfecho con una sola cultura heredada; muchas de las cosas que se le proponen resultan incapaces de responder a sus deseos y ambiciones, y tenemos que estar a nivel de los desarrollos. Si he de sugerir una visión de la obra de “La Verdadera Vida en Dios”, considero que su cometido consiste en lo siguiente:

A- Este grupo puede ser un oasis que trate de conciliar las dos vertientes: la vertiente material y la espiritual. Muchas sociedades sólo experimentan un desarrollo material, y algunas sociedades sólo viven un progreso espiritual sin ir acompañado de ningún desarrollo material…La brecha entre los dos lados es aún profunda.

B – “La Verdadera Vida en Dios” debería desempeñar una función mayor entre las religiones, como ha desempeñado una gran función entre los grupos religiosos cristianos… En esta tarea podemos ayudar con todos nuestros esfuerzos.

C – Como una de nuestras metas más importantes, que es también la suya, es “la paz” y “el amor”, podemos avanzar desde esos dos conceptos como base intelectual para todos nuestros movimientos, especialmente en sociedades faltas de ello.

Finalmente: Nuestra peregrinación es un deber, una responsabilidad y una oportunidad: un deber de reunirnos como personas diferentes, religiosa, regional y culturalmente… Una responsabilidad de difundir nuestra manera de pensar por todo el globo y una oportunidad de servir a Dios y a la humanidad; debemos también aprovechar esta preciosa oportunidad. Estamos trazando la historia de la humanidad con nuestros pasos, dibujando los hitos de una era religiosa que tomará forma en nuestro próximo futuro. Es una responsabilidad que Vassula ha asumido, y será inmortalizada por ello en la historia. Dios también la recompensará, así como Cristo, Mahoma, Moisés y todos los justos, santos y mártires.

 

Sheikh Mohamad Ali El-Hajj Ali Al-Amili

Director del Seminario del Imam As-Sajjad, Beirut