Yahveh me visitó.
Como una ráfaga de viento,
Su Espíritu me levantó
y me mostró
Su Semblante.
Él me reveló:
Ternura, Amor y
Bondad Infinita
Luego me inundó de Bendiciones
y me ofreció Maná en abundancia
para compartirlo con mis hermanos.
Caminó conmigo en la tierra del olvido.
De abajo, de entre los muertos,
me tomó;
de entre los que Lo han olvidado,
me levantó,
devolviendo la memoria a mi alma.
Oh, Señor Yahveh, ¡cuán agradecido estoy!
Que Tu dulzura, oh, Señor,
esté con todos nosotros.
Bendito sea Yahveh
por siempre jamás. Amén

(29.12.1989) (Extracto tomado de: Una Llamada Nupcial Divina ‘) 16 de enero de 1992